RELIGIOSOS Y
HOMOSEXUALES
James Alison, cura católico gay: "Hay
obispos y cardenales gays"
AMAYA LARRAÑETA
20.06.2013
Alison es de los pocos sacerdotes católicos que
se reconoce homosexual. Sobre el reto del papa Francisco opina que
"cambiar la cultura de la 'omertá' (ley del silencio) en lo gay será
entrar en aguas muy peligrosas". Dice que los más homófobos en la Iglesia
son los que siguen "dentro del armario".
El teólogo y sacerdote
británico James Alison es una de las figuras centrales de lo que se ha llamado
'Teología gay'. A sus 54 años, después de vivir con los Dominicos entre 1981 y
1995, James Alison trabaja como predicador itinerante, conferenciante y
acompañante de retiros espirituales. De visita en Madrid —invitado por el área
de asuntos religiosos de la FELGTB— charla, en un más que aceptable castellano,
con 20minutos sobre la homofobia en la jerarquía eclesiástica española, la
llegada del papa Francisco y el polémico 'lobby gay' del Vaticano. Usted es un
icono para los homosexuales católicos...
Yo tengo cierta precaución al hablar
de estas cosas porque el asunto gay es algo parcial de mi vida. Yo soy un
teólogo católico, que por asunto de honestidad, veo necesario hablar en primera
persona cuando se trata el tema gay. Otros hablan de ellos o ellas, aunque
deberían decir nosotros, nosotras. No soy ningún radical, de hecho como
teólogo, me considero bastante moderado. Soy más bien un hombre corriente. ¿No
es precisamente "corriente" que un cura se defina abiertamente gay?
Es que el problema es que somos pocos los que hemos escogido estar a la luz del
día en esta materia. Existe mucho miedo.
Hay obispos y cardenales gays en la
Iglesia Católica, pero también hay mucho miedo de hablar del asunto. Es tabú.
Es entendible, porque si eres honesto pierdes tu empleabilidad. En parte porque
hay un doble mensaje: lo que se dice es "les amamos porque son hijos de
Dios, con tal de que no hagan nada". No les dejamos que sean como son, y
si les dejamos, les pedimos que no trascienda. Aún pervive el oscurantismo, el
"don't ask, don't tell". ¿Qué le hizo atreverse a 'salir del
armario'? La política de 'no contar y no preguntar' era absolutamente algo
común en nuestras sociedades hasta hace 50 o 60 años. El destape de algunas
personas identificándose como gays, en la medida en que fueron trasparentes,
hizo que comenzara a ser posible que hubiera estudios científicos, para pasar a
catalogar la homosexualidad como una variante minoritaria no patológica dentro
de la condición humana. Ser gay está más cerca de ser zurdo que de ser
anoréxico. En la medida en que eso se asume,
desaparece el misterio. ¿Pero la
Iglesia no lo asume? El problema es que durante la época oscurantista la
Iglesia era un lugar seguro para ser gay porque nadie hablaba y no te obligaban
a casarte. Porque entonces la sociedad era muy castigadora en este aspecto. Ahora
han cambiado las tornas. La sociedad es un lugar muy seguro y el interior de la
Iglesia, antes una hipocresía blanda, ahora lleva a cabo un chantaje emocional
insoportable, con resultados psicológicos muy graves. Hace unos días se
especuló con que la salida del papa Ratzinger pudiera deberse a su
imposibilidad de confrontar un 'lobby gay' dentro del Vaticano, un lobby
cuya existencia confirmaba el papa Francisco. Nadie duda de que haya mucha
gente gay en el Vaticano.
Quien ha tenido trato con ellos sabe que no es ningún
secreto. Nunca lo ha sido. Ni el año pasado, ni el siglo pasado. Hay quejas ya
que datan de la alta Edad Media sobre la excesiva belleza de los efebos que
rodeaban a la alta jerarquía. Pero la preocupación más grave es que el famoso
dossier revele que el chantaje es por motivos financieros, no sexuales. Lo que
debe preocuparnos es que se mantenga esa política del chantaje. ¿Cuál es su
opinión sobre el nuevo papa? Hasta ahora me ha impresionado. No se toma a sí
mismo demasiado en serio y eso creo que le vendrá bien. Ahora, cambiar la
cultura de la omertá (ley del silencio) en lo gay son aguas muy peligrosas en
términos de las pasiones ocultas que van a salir. Confío en que su adultez y su
buen humor le sirvan para desatornillar algunas de estas cosas demasiado
trabadas que mantiene la Iglesia.
¿Qué obstaculiza la normalización de la
cuestión gay en la Iglesia? Al papa, la gran oposición no le va a llegar de los
heteros, sino de las personas que no han salido del armario, que tienen la
homofobia interiorizada. Los que se ensañan mucho con estas cosas, tendrían que
preguntarse cuál es el blanco verdadero de su terror. Pues, en general, la
jerarquía católica española ha sido bastante beligerante contra la
homosexualidad, sobre todo en contra del matrimonio gay En mi opinión hay
elementos gritones con respecto a esta materia, mientras otros más sensatos
están callados. Los sensatos se han callado y los 'deschavetados' gritan. Sí,
pero es que incluso el obispo de Alcalá de Henares propone terapias para
"rehabilitar" a los gays Contra esto solo hay un remedio, hablar de
la verdad, que es que la homosexualidad es una variante minoritaria no
patológica de la condición humana.
A estas alturas del juego, la moral de la
Iglesia debe hacer referencia a la palabra objetiva, a la verdad. La gente gay
y católica debe darse cuenta de que si lo que fluye en su comportamiento es un
desorden objetivo, hay que protegerse. Si ser gay es una variante como ser
zurdo, el comportamiento y por tanto su salud psíquica y moral va a
desarrollarse a partir de ahí y no a pesar de ello. Cada vez caen más en
descrédito los que promueven curas para la homosexualidad. Anoche en EE UU
cerró el principal grupo que promovía terapias reparadoras, reconociendo el
peso de la evidencia. ¿Cómo ha logrado usted no ser excomulgado? Porque al
final no es motivo suficiente. Es una cuestión que no es de revelación divina.
Es lo que ellos llaman una verdad de tercer grado. No es como negar la
divinidad de Jesús. La Iglesia, sin embargo, prohíbe ordenarse sacerdotes a los
gays. Ese es un mandato que, sin duda alguna, no se ha llegado a cumplir. Es la
viva prueba de que todavía en la Iglesia perdura el "obedezco pero no
cumplo". La orden data de la época de Juan Pablo II y creo que
entonces las posiciones eran mucho más duras. Con Ratzinger, pese a todo,
fueron mucho más suaves. Los que rodeaban a Juan Pablo eran terroríficos.
Quizás porque les tocaba demasiado de cerca. De hecho, varios de sus
principales hombres tuvieron después vidas desastradas. A uno de sus arzobispos
le descubrieron excavando un túnel para ir a visitar a los chavales de un
seminario. En España ha surgido un grupo de curas y religiosas de tendencia
homosexual, que se reúnen para orar y entenderse. ¿Qué le parece? Yo he
asistido a retiros de un grupo similar en Italia, con 47 sacerdotes, de los
cuales ocho eran oficiales del Vaticano. En EE UU también hay uno muy potente
que se reúne dos veces al año. Se apoyan mutuamente. Algunos obispos saben de
su existencia y lo bueno es que saben que esa gente precisamente que es honesta
no les va a dar problemas. No así la gente que tiene una vida perfecta de
fachada y por detrás hace otras cosas. A los obispos, con tal de que no causen
escándalo, les vale. Pero ya llegó la hora de que se pueda hablar adultamente
de estas cosas. El gran problema no es el sexo, sino que no se pueda hablar de
ello honestamente.
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