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29/03/2018
20 años del 'boom' de la Viagra
El consumo de
este medicamento que ha permitido volver a tener vida sexual a muchos hombres
(y a sus parejas) se ha normalizado desde que salió a la venta.
·
La Viagra fue un
accidente. Los científicos de la farmacéutica Pfizer intentaban desarrollar un
fármaco para tratar la angina de pecho, una patología cardíaca, y las pruebas
estaban siendo un total fracaso... Hasta que los voluntarios que estaban
tomando el medicamento experimental comenzaron a describir un efecto secundario
inesperado: erecciones. Y en algunos casos, hacía mucho tiempo que
no las tenían. Los promotores de la investigación debieron frotarse las manos
ante el imprevisto hallazgo.
Hace ya 20 años que llegó al
mercado este medicamento que ha ayudado a que muchos hombres que
sufrían disfunción eréctil recuperasen su vida sexual. Y a sus parejas, que
también la padecían. Hoy en día es uno de los fármacos más recetados del mundo
y su consumo ha evolucionado mucho desde hace dos décadas. Los expertos coinciden
en que la Viagra ha supuesto un antes y un después en las relaciones sexuales,
no solo por su efecto, sino porque contribuyó a poner encima de la mesa el tema
de la disfunción eréctil, que hasta entonces para muchos era tabú.
El psicólogo y sexólogo José
Bustamante explica a El HuffPost que "sin duda" su aparición
supuso una revolución. Antes existían fármacos que podían provocar una erección
"quisieras o no", pero con la pastilla de Viagra "tiene que
haber un estímulo sexual para que se produzca y si no lo hubiera sería como
tomarte una aspirina", por lo que su efecto es más real.
"Recuerdo el 'boom' que supuso", explica a El HuffPost, Marián
Garcia, Doctora en Farmacia, profesora de la Universidad Isabel I y autora del
blog boticariagarcia.com.
"Al principio, como cuando salieron los preservativos, la gente esperaba a
pedir Viagra cuando la farmacia estaba vacía y casi no había nadie. Ahora no es
que se pida a gritos, pero es algo que se pide con normalidad. Es curioso que
sigue habiendo casos en los que es la mujer la que viene porque a ellos les da
pudor".
Viagra y las cataratas del Niágara
García cuenta que hubo un gran despliegue
publicitario tras el lanzamiento de esta pastillita azul. "Todo desde el
principio estuvo muy orientado al marketing", comenta. "El santo y seña era
que fuera una pastilla romboidal de color azul, eso ya marcaba una
diferencia" respecto a otros fármacos, que la hacía muy reconocible.
Otro aspecto curioso que rememora esta farmacéutica
es el nombre del medicamento. "Lo que hicieron fue inventarse el nombre de
Viagra, que en inglés se pronuncia 'Vaiagra'. Esto suena muy parecido a la
pronunciación en inglés del nombre de las cataratas del Niágara, 'Naiagra'.
Así, tras el nombre de este fármaco hay una evocación a una catarata, un chorro
potente, un fuerte caudal".
Además, en Estados Unidos uno de los destinos de luna
de miel típicos son las cataratas del Niágara. Hay chistes y memes sobre el
tema, que dicen que la primera honey moon (luna de miel) es en "Naiagra" y
la segunda con "Baiagra", explica García.
Llegada del genérico
A lo largo de dos décadas ha habido un cambio
progresivo en el consumo del sildenafilo, el compuesto genérico de la Viagra.
Una de las barreras iniciales era el precio. Y es que en su momento el coste de
un comprimido podía rondar los 30 euros, mientras que ahora su precio puede
oscilar entre los 4 y 6 euros. Por eso, un momento decisivo fue cuando venció
la patente, lo que hizo que se creasen otros medicamentos con las mismas
propiedades y que los precios se popularizaran, con lo que la demanda aumentó.
La gente empezó a acudir a las farmacias a pedirlo incluso sin receta, cosa que
no se puede hacer porque tiene efectos secundarios.
Precisamente ese momento, cuando la gente acude a
comprar el sildenafilo, suele propiciar anécdotas de todo tipo. "Desde las
parejas que se van de viaje del Imserso y te vienen el día de antes, sin receta
—'Oye, por favor, es que nos vamos de viaje...'—, a algún cliente que "se
ha puesto farruco porque no tenía receta pero lo necesitaba en ese momento y te
dice 'lo quiero, lo quiero', lo quiero'. Pero en general la gente suele ser
bastante razonable, sobre todo porque lo utilizan de forma continuada",
comenta García.
Un "pero"
"El hecho de que sea un fármaco tan fácil de
tomar y tan seguro, y aquí viene la parte en la que hay que ponerle un 'pero',
hizo que mucha gente que no tenía un problema físico que provocase la falta de
erección, se acercase al fármaco para superar la inseguridad que era la que
realmente estaba generando el problema", indica Bustamante.
Existen alternativas al sildenafilo, siempre y cuándo
se sepa dónde está el problema: si este es de tipo físico o psicológico.
"Es un error considerar que un problema de erección tiene que llevar como
consecuencia el uso farmacológico. De hecho, un gran porcentaje de pacientes
que acude a terapia tienen un problema de tipo psicológico esencialmente
relacionado con el miedo a fallar, miedo a la ejecución (del acto sexual), y
esa presión y ansiedad es la que les genera la falta de erección",
puntualiza el sexólogo.
"Hay pacientes reticentes a usar el fármaco
porque lo viven como un fracaso, sienten que no sirven y que no es
natural", dice Bustamante, que recalca que "realmente el uso del
fármaco es una ayuda". "Hay otros a los que nos cuesta retirárselo,
porque ven que algo que veían muy costoso y casi imposible de pronto se
resuelve, de modo que se podría decir que se genera una especie de dependencia
en algunos de ellos". Algunos acuden a terapia en pareja, pero otros
acuden solos, según refiere este especialista, por miedo a que su mujer lo sepa
y para "preservar la imagen de masculinidad o virilidad frente a
ella".
Se vende bastante
Los usuarios del sildenafilo suelen ser consumidores
habituales. "Al final es como un paciente crónico", señala García.
"El medicamento se toma de forma recurrente y ya hay envases de 2, 4, 8...
Hay gente que se compra el envase grande porque tiene relaciones sexuales con
más frecuencia y el que se lleva de dos, pues ya se sabe que su frecuencia es
menor".
La aparición de la Viagra ha sido muy positiva para
los hombres, y también para las mujeres. "Algunas clientes me han pedido
que hablase con su marido para que fuera al médico porque ella también lo
sufría de forma colateral. La pena es que no tengamos una alternativa femenina.
El año pasado salió una Viagra femenina que, en realidad, es un tipo de
antidepresivo porque en la mujer suele ser falta de deseo sexual y suele estar
relacionado con mecanismos psicológicos", agrega García. Tiempo al tiempo.
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