Donald
Trup es dios y Maduro el diablo.
¿Cuánto tiempo llevamos demonizando a Maduro?
Últimamente desde que un tal Guaidó después de oír misa y comulgar, esperemos
que no violara a ningún niño, se autoproclamó Presidente de Venezuela y Donald
Trump, ¡ojo, Donald Trump!, amenazara con la posibilidad de invadir Venezuela
con sus Fuerzas Armadas, muchos, demasiados, se han pronunciado apoyando la
“legalidad democrática” de esa traición, rebelión, como si Maduro fuese el
único “dictador” que ha existido y existe.
Es muy curioso lo calladitos que están (y han estado
durante muchísimos años) en España,
actuando “sotto voce” impidiendo que un Generalísimo Criminalísimo Dictador no
pueda ser trasladado de su Valle de los Caídos a una tumba común para evitar la
peregrinación de sus admiradores como si fuese un santo varón. Mientras en las
cunetas de nuestro país hay cientos de miles de cadáveres todavía por
identificar. Víctimas de ese gran asesino que fue Franco. Vivió en “olor de
multitudes” (apestaba a cadáver) como un rey ridículo, Miss Islas Canarias 1936, Doña
Francisquita, Franquito el Cuquito, Gallina mayor, Paca la Culona y… Paquito el
chocolatero. Enano mantecoso.
Aunque a lo largo de su vida se le
comparó con el arcángel San Gabriel, con Alejandro el
Grande, con Julio César, con Carlo Magno,
con el Cid, con Carlos V, con Felipe
II, con Napoleón, Fernando el Católico,
el Gran Capitán, Agamenón (?), Almanzor, Federico II
de Prusia, Recaredo...
Francisco, Paulino,
Hermenegildo, Teódulo, Franco Bahamonde Salgado-Araujo y Pardo.
"De estatura baja, de piernas cortas, de voz atiplada, de
manos sudorosas, de mirada inquieta, de calva prematura, de bigote pequeño y
recortado. (Al principio imitando a
Hittler con su ridículo bigotito y más tarde, cuando finalizó la guerra,
taimadamente se lo alargó) Así era Franco visto de cerca. Para sus
turiferarios, sin embargo, era 'alto y hercúleo', de 'complexión
robusta', de 'voz de hierro', de 'rostro broncíneo', de 'mirada firme' y de
'pulso seguro".
La realidad era muy distinta: a Franco le
faltaba un testículo, padecía una atroz fimosis, tenía una voz afeminada,
amanerado en sus posturas, bajito y rechoncho lo que le convertía en una
lamentable caricatura cuando lo montaban en un brioso corcel en las esculturas.
Han asegurado en la televisión que era homosexual algo que por otro lado
atestiguó hace algunos años un superviviente que estuvo con él en África.
Tanto es así que siempre se ha rumoreado que Carmencita no era su hija: unos
afirman que era adoptada y otros que fue un gol que le metió la señora de
Meirás.
El problema es que el Francuzín, nunca tuvo el valor de salir del Armario.
Sí, así es, vivió como un rey y antes de morir nombró a su sucesor. Mejor dicho desde muy niño,
después de matar a su hermano, Juan Carlos, fue adoptado y amamantado, criado a
su imagen y semejanza. Y así, salvo el hecho de no iniciar una Guerra Civil,
fue un alumno aventajado, imitando y venerando a su “padrastro.”
¿Dónde estaban todos estos que aplauden frenéticamente
al autoproclamado Presidente Democrático (¿democrático?) de Venezuela.
Hipocresía pura y dura. Fascismo puro y duro.
Resulta muy cínico que todos los que se desgañitan
pidiendo la desaparición de Maduro, porque es un dictador, piensen igual que
Donald Trump. ¿En qué se diferencian el actual Presidente de los EE.UU, del
todavía Presidente NO derrocado de Venezuela? ¿Dirían lo mismo si ese nefasto
presidente norteamericano fuese el mandatario de cualquier país sudamericano?
¿O lo tratarían como otro Maduro? Claro que ese otro utópico país debería tener
muchos pozos de petróleo.
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