Mariano se las pira
Mariano se despidió en olor de multitudes, con la
bancada popular en pie aplaudiendo fervorosamente, fieles como buenos estómagos
agradecidos y temiendo quedarse fuera de las listas o en los últimos lugares,
ante las próximas elecciones que temen sean para ellos catastróficas. Dos veces
tuvo que levantar su trasero agradeciendo en tono bobalicón semejante
demostración de falsa idolatría, como si acabase de darle un orgasmo.
El resto de la Cámara permanecía estupefacto ante tamaña
hipocresía presenciando el esperpéntico espectáculo del grupo de diputados de
la derecha aplaudiendo con tal vehemencia, que resultaba grotesco, kafkiano.
Hacía unos minutos que toda la oposición lo había puesto a parir pero su
estulticia salió de nuevo a relucir con sus respuestas así como las de la minúscula,
en todos los sentidos, Vicepresidenta.
El culto sin paliativos, a cara descubierta, con una
enorme desfachatez y el culo al aire, a la personalidad de un individuo, zafio,
patán, mentiroso, cobarde, vanidoso, ególatra, mohíno…
Sin lugar a dudas su paso por la política le ha
convertido en el peor Presidente de Gobierno, probablemente, de toda la
Historia de España.
Su antecesor, el ínclito Aznar, que con su dedo “regio”
catapultó a Mariano al estrellato Popular, lo hizo con la convicción de que en
menos de un año se “vería en la obligación de volver a la política” por la
inutilidad de su sucesor del que estaba convencido, y por eso le nombró a
sabiendas de que era el más tonto de los políticos de su partido.
El gallego le salió rana y en estos últimos días,
comienzo de la campaña electoral, el vanidoso Aznar le ha lanzado dardos
envenenados que el otro ha encajado con la sonrisa helada. Los ministros y
miembros del partido se han visto desconcertados con esta guerra cainita. Ya no
saben cómo justificar el que hasta hace unos años fue su “dios” y sin haber
dejado de rendirle pleitesía, ataca con tanta ferocidad al líder que “tiene”
que volver a ganar las elecciones porque si no peligran sus emolumentos, sus
prerrogativas.
No importa que el Partido Popular esté corrompido y
un elevado grupo de malhechores formen un entramado mafioso de grandes
proporciones. Cientos de imputados donde a la cabeza se encuentra otro ruin e
innoble personaje al que sus huestes, de la mano del “cazatalentos” de Aznar
encumbró a las más altas cimas de la política, repleto de agasajos y elogios.
Rodrigo Rato que se ha convertido, además de un delincuente, en el “innombrable”
del que nadie se acuerda. “Ese señor”, le llama Rajoy, otro “cazatalentos” que “elevó
a los altares” a otro sinvergüenza delincuente, el señor Luis Bárcenas al que
mandaba correos animándole cuanto ingresó en prisión.
Mariano tampoco tiene un buen recuerdo de Fraga el
fundador del que se ha acordado en alguna ocasión. Fraga fue quien le animó a
no salir del armario si deseaba continuar en política pero además era imprescindible
arrodillarse ante el sacerdote a los pies de Cristo en el altar, pero con una
señorita de consorte. Acertó. Parece increíble pero alcanzó la cumbre. Ha llegado
a Presidente del Gobierno.
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