4-5-16
Público
Vicenç
Navarro
Autor del libro ‘Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante’. Anagrama, 2015
Autor del libro ‘Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante’. Anagrama, 2015
La causa de que no haya un gobierno
alternativo al del Sr. Rajoy hoy en España –según la dirección del PSOE y de
los medios afines a tal partido, tales como El País y los informativos
de La Sexta– es que Podemos en general, y Pablo Iglesias en particular,
se opusieron incluso a explorar la propuesta que había hecho Pedro Sánchez de
establecer una alianza PSOE-C’s-Podemos, basada en el pacto PSOE-C’s, al cual
se invitó a Podemos a sumarse, una vez alcanzado el pacto. Ha habido una enorme
movilización del mundo mediático, y de intelectuales próximos al PSOE, para
responsabilizar a Podemos en general, y a Pablo Iglesias en particular, de que
hoy no haya un gobierno alternativo al de Rajoy. Incluso personas claramente de
izquierdas han hecho y continúan haciendo declaraciones o firmado manifiestos
en los que se repite esta argumentación, insinuando la enorme irresponsabilidad
de Pablo Iglesias y de Podemos (presentado como mero seguidor del líder) en
obstaculizar el establecimiento de un gobierno alternativo al de Rajoy.
Tengo que
admitir que me ha costado entender la intensidad y repetitividad de este
argumento a la luz de una evidencia tan clara de que sí que había otra
alternativa para sacar al PP del gobierno a la que proponía el PSOE. Solo la
falta de diversidad ideológica de los mayores medios de información de este
país puede explicar esta situación, pues estos medios han silenciado e incluso
ocultado tal alternativa. Pero, una vez convocadas ya las nuevas elecciones,
parece que el Sr. Pedro Sánchez decidió referirse, por fin, a que sí que había
otra alternativa, desfigurándola y faltando a la verdad en el proceso de reconocimiento
de tal alternativa. En unas declaraciones publicadas en El País (27.04.16),
tal dirigente del PSOE dijo lo siguiente: “siempre dije que no iba a hacer
descansar el gobierno de España en fuerzas políticas que quieren romper España,
y con respeto a las mismas no contaré con ellas”.
La famosa
defensa de la “unidad de España” como argumento para no aceptar una alternativa
de izquierdas
Ahí está el punto clave del que
nunca se habló abiertamente durante la campaña, excepto en insinuaciones y
manipulaciones que se repetían también en los mayores rotativos, como El
País, que presentaban a Podemos y a sus aliados como una amenaza para la
“unidad de España”, con aliados como En Comú Podem, que eran descritos
sistemáticamente como independentistas. Es práctica común en El País referirse
a En Comú Podem como independentistas. Solo un ejemplo entre miles. Los
corresponsales de El País Anabel Díez y Pere Ríos, en su informe
publicado en primera página el día 04.04.11, titulado “Líderes del PSOE
advierten a Iceta de que no ceda al independentismo”, definen a En Comú Podem
como un partido con posiciones independentistas, lo cual se hace continuamente.
Y también El País y sus informadores se refieren al referéndum que
Podemos y En Comú Podem proponían que se realizara en Catalunya como referéndum
independentista.
La falsedad de tales aseveraciones
aparece con toda claridad cuando se leen los programas electorales de estos
partidos. Ninguno de estos partidos es independentista. De ahí que se debe
concluir que los corresponsales de El País o son incompetentes, o están
mintiendo. Una situación semejante ocurre en cuanto al referéndum. El
referéndum es para que la población en Catalunya pueda votar si quiere o no
separarse de España, referéndum que es más que probable que hoy resultara en
una mayoría a favor de su permanencia en España. En realidad, una de las
principales razones del crecimiento del independentismo es, precisamente, la
negativa a que la población catalana pueda expresar sus preferencias. El
referéndum en sí no está ni a favor ni en contra, es un mero instrumento
democrático para que la población exprese sus sentimientos.
Tales
afirmaciones de Pedro Sánchez y de los medios próximos a él eran y continúan
siendo manipulaciones y mentiras que muestran el grado de mezquindad al cual se
ha llegado en la campaña que intenta promover odio (sí, promover odio) hacia
Podemos y Pablo Iglesias, y hacia a sus aliados, presentándolos como
anti-España. Los estándares de comportamiento de los mayores rotativos
alcanzaron ya las dimensiones de las derechas latinoamericanas, que no tienen
límites en su intento no solo de vencer, sino de destruir al adversario, al
cual se le ve como el enemigo.
La famosa
defensa de la “unidad de España”
Veamos cuál
era la alternativa que apoyaba Podemos, En Comú Podem, en Marea, Compromís e
IU. Y verán que ninguna de estas fuerzas está llamando a la ruptura de España.
La otra fuerza política a la que se proponía invitar a sumarse a esta alianza
era el PNV, que no es tampoco un partido independentista. ¿Por qué Sánchez está
mintiendo y los rotativos están mintiendo con toda desfachatez? Y la respuesta
está clara. Porque quieren movilizar el sentimiento patriótico del nacionalismo
españolista, todavía ampliamente extendido en España, para defender, como
siempre han hecho las derechas en España, “la unidad de España”, un pretexto
bajo el cual se oculta la intención de defender los intereses económicos de la
estructura de poder de este país. La historia se repite. Las oligarquías
económicas y financieras que dominaban la vida económica del país, ante el
terror de ver sus privilegios afectados negativamente, realizaron un golpe
militar el 18 de julio de 1936 para defender sus intereses bajo la llamada para
defender la “unidad de España”, que, por cierto, nadie estaba amenazando
No es la
desunión, sino la redefinición de España
Los tres partidos proponentes del
nacionalismo españolista (el PP, el PSOE y C’s) están defendiendo las políticas
neoliberales que han estado imponiendo a la población española utilizando el
argumento de que están defendiendo la “unidad de España”, unidad que, ahora,
como en 1936, el gobierno alternativo no hubiera amenazado. Se está
deliberadamente confundiendo la redefinición con la desunión de España. El
argumento, entonces y ahora, en contra de los “rojos” (ahora llamados utópicos
o irrealistas) y “separatistas” es la gran argumentación en defensa de sus
intereses económicos y financieros.
El PNV es un partido nacionalista
cristianodemócrata. Y para una persona progresista, las políticas económicas y
sociales cristianodemócratas son en general más aceptables que las
propuestas por los partidos neoliberales como Ciudadanos. El PSOE (y, sobre
todo, su equipo económico de clara orientación neoliberal) prefirió a
Ciudadanos (tal como también escribió Jordi Sevilla en El País el
28.04.16) bajo el argumento de que los dos defienden la “unidad de España”.
El nuevo
gobierno hubiera sido el resultado del apoyo y la alianza de una mayoría de
fuerzas políticas que quieren romper con las políticas neoliberales que han
llevado a las clases populares de España a un desastre. Es urgente que se
establezca este frente amplio en contra del neoliberalismo. Teniendo en cuenta
la enorme impopularidad de las políticas neoliberales iniciadas por el PSOE, expandidas
por el PP y aplaudidas por C’s, hoy existe la posibilidad de establecer un
amplio abanico de alianzas. Llamar independentista a este nuevo gobierno basado
en la alianza de las izquierdas con el PNV es simplemente de una mala leche y
mezquindad extraordinarias, pues ninguno de ellos defiende o propone ninguna
secesión
¿Dónde está el independ
entismo?
Ahora bien, se dirá que para la
investidura del gobierno alternativo se requería, no la aprobación, sino la
abstención de partidos independentistas catalanistas, como ERC y Democràcia i
Llibertat, lo cual previsiblemente ocurriría, pues para ambos partidos el
gobierno del PP ha sido también una pesadilla. Pero esta abstención se
presenta, de nuevo, como consecuencia de las simpatías independentistas de
Podemos y de IU. Más mala leche. Estos partidos independentistas son todos
ellos claramente democráticos, y tienen toda la legitimidad para proponer lo
que deseen, incluyendo la secesión de España de sus comunidades. ERC fue, por
cierto, un leal colaborador del gobierno tripartito en Catalunya. Y en las
Cortes ha aprobado leyes que han beneficiado mucho más el bienestar de las
clases populares que las leyes votadas por el PP, el PSOE y C’s. Ahora bien, el
nuevo gobierno alternativo no les hubiera pedido su apoyo, que quiere decir que
voten sí a la investidura. Era lógico que se hubieran abstenido (como ya habían
insinuado) porque el peor gobierno español para Catalunya, sea ésta un Estado
independiente o un Estado autonómico, era y es el gobierno del PP. ¿Cuál es la
objeción a tal abstención?
¿Qué ocurrirá?
La derecha (PP y C’s) intentará, una
vez más, poner como el eje central de las próximas elecciones “la defensa de la
unidad de España”, como hicieron en el conjunto del Estado para movilizar la
bandera española contra los radicales utópicos, y contra los separatistas,
mensaje que en la España uninacional, radial y antiplurinacional se vende bien,
como han mostrado las sucesivas elecciones.
La otra alternativa debería ser
poner en el eje central el tema económico-social, estableciendo un frente
antineoliberal que puede abarcar una amplia coalición no solo de las izquierdas
(que necesitan aliarse respetando la diversidad institucional), sino de otras
formaciones políticas que son antineoliberales y que deberían incluir sectores
del PSOE que se rebelen contra la alianza con C’s. No es casualidad que las
medidas ultraliberales sean promovidas por las derechas españolas que
intentarán, una vez más, utilizar el tema nacional para esconder y ocultar el
desastre social al que han llevado al país. Y en esta movilización
antineoliberal, es importante subrayar que los que siempre han defendido la
soberanía popular han sido las fuerzas auténticamente democráticas de este
país, soberanía hoy abandonada por las mismas fuerzas que lo han estado dañando
tanto. Son estas mismas fuerzas las que han adoptado una actitud dócil y servil
al Estado alemán y al establishment financiero-económico-político de la
Eurozona, así como la aceptación y promoción del tratado de libre comercio
entre EEUU y la UE (el TTIP), que significa la pérdida de la soberanía de los
Estados frente a los poderes económicos y financieros, sin ningún freno. Y
estos partidos tienen la desfachatez de presentarse como los grandes patriotas
defensores de la “unidad de España”.
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