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domingo, 21 de agosto de 2016

Ciudadano Albert(o)

Lectura / 'De Ciutadans a Ciudadanos'
Alternativa a ritmo de IBEX
La eterna historia del roto y el descosido: estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado... y tener los amigos adecuados
Pep Campabadal / Francesc Miralles
12 de Diciembre de 2015

No se habla del club de la lucha
4 de febrero de 2013. El Financial Times ha dedicado un duro editorial a España, un país en el que, literalmente, “prácticamente todas las instituciones, desde la monarquía hasta la justicia, muestran síntomas de putrefacción”. En España es noticia destacada que Las Vegas Sands elige Alcorcón para  la construcción del proyecto Eurovegas, invertirá 6.000 millones de euros y creará 85.000 puestos de trabajo hasta 2016. Nada que ver, circulen.
Esa misma mañana, el hotel Wellington de Madrid acoge la primera reunión de la Fundación España Constitucional. A la salida, Eduardo Zaplana y José Bono, sus impulsores, se muestran satisfechos con la marcha de la iniciativa, que ha conseguido integrar a exministros de varias sensibilidades –PP, PSOE, UCD y hasta un franquista puro firmante de sentencias de muerte, Fernando Suárez--. También suscita consenso entre la patronal, reuniendo a directivos de Telefónica, Iberdrola, Gas Natural, Endesa, PRISA, Aldeasa, Everis o Deutsche Bank, entre otras, en la defensa de los valores  constitucionales y de la corona. Les mueve una honda preocupación, pues tras la multitudinaria manifestación del 11-S de 2012 en Barcelona y las nuevas elecciones catalanas, Artur Mas y su nuevo gobierno han prometido organizar lo que por entonces parece que va a ser un referéndum sobre la independencia de Catalunya.


28 de mayo de 2013. El Club Siglo XXI, uno de los espacios emblemáticos de la derecha madrileña con veleidades ilustradas, donde Manuel Fraga presentó a Santiago Carrillo en 1977 y también han impartido múltiples conferencias magistrales genios de la economía y la gestión, como Rodrigo Rato o Manuel Pizarro, acoge una comida-coloquio con Albert Rivera como protagonista. Escoltado por Eduardo Zaplana y José Bono, a sus respectivas derecha e izquierda –al menos en la mesa–, es presentado como paladín de la lucha contra el tsunami del independentismo catalán en un terreno difícil: seis meses antes ha triplicado su representación, de 3 a 9 diputados, aupado por la polarización. En la conferencia, Rivera pide a los expresidentes y exministros más implicación, que “hablen más de España y menos de sus partidos”, porque falta “autoridad moral”; también pide a la sociedad civil que “se moje en política”, especialmente a los empresarios. Durante la conferencia, y a preguntas explícitas de los asistentes, elude responder directamente si va a dar el salto a la política a escala estatal.


17 de octubre de 2013. Albert Rivera anuncia en Madrid la creación de la Plataforma Movimiento Ciudadano para dar el salto a la política estatal, según el modelo ensayado ocho años atrás con la plataforma Ciutadans de Catalunya, que culminaría con la fundación de Ciutadans como partido político. Promete “enterrar las dos Españas bajo siete llaves”. Le flanquean Juan Carlos Girauta, que será su número 2 en las elecciones europeas, y otro exministro, Antonio Asunción, quien fuera ministro del Interior con Felipe González, dimitiera tras la fuga de Roldán y acabara de candidato accidental por el PSPV a la Generalitat valenciana en 1999, expedientado y expulsado del partido tras denunciar fraude en las primarias de 2011, a las que se presentó para volver a ser candidato.
Finalmente no se incorporará al partido, tras las sospechas y posterior imputación por el caso de la venta de la piscifactoría que compartía con Társilo Piles (presidente de la Fundación del Valencia CF, avalada por la Generalitat) al Banco de Valencia –público, propiedad de Bancaja y luego vendido a CaixaBank por 1 euro tras inyectarle 1.000 millones de euros de dinero público a fondo perdido–, por lo que se les acusa de administración fraudulenta y apropiación indebida. Pero de momento el manifiesto es un éxito, y Rivera, Asunción y Girauta van de gira por España con gran éxito de público, aunque con una cobertura mediática discreta.

8 de junio de 2014. Pasadas las elecciones europeas, el club de exministros y directivos del Ibex de Eduardo Zaplana y José Bono, que ya cuenta con 34 miembros, vuelve a reunirse, esta vez en Valencia, en el Museo Príncipe Felipe –uno de los buques insignia de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, gloriosa colección de infraestructuras culturales con 1.000 millones de euros de sobrecoste, gestión ruinosa y gravísimos defectos de construcción, obra de Santiago Calatrava–, para mostrar su lealtad al nuevo rey y recordar la figura de Adolfo Suárez, así como también la importancia de la Constitución, la Transición, etc., tras el susto en las elecciones europeas. Rita Barberá –alcaldesa de la ciudad– y Alberto Fabra – presidente de la Generalitat– ejercen de anfitriones.


“Black Panther” Zaplana
Zaplana, apodado irónicamente “Black Panther” por su bronceado, fue presidente de la Generalitat valenciana hasta 2002 y conserva una numerosa facción en el País Valenciano. Aunque derrotado por el campismo en una larga guerra interna de ocho años, que culmina cuando cae su último bastión –la Diputación de Alicante–, sobrevive en las entrañas del partido y en algunos partidos independientes de distinto pelaje, principalmente en las comarcas de Alicante.


También se le llama sarcásticamente el brazo incorrupto, en sarcástica referencia al brazo incorrupto de San Vicente Mártir, también conocido como la moixama (mojama), una de las reliquias-estrella de la catedral de Valencia, junto al supuesto santo grial local; el hecho es que Zaplana ha salido incólume de los múltiples casos de corrupción que han impactado de lleno contra muchos de sus antiguos colaboradores.


A pesar de las múltiples acusaciones y de su aparición recurrente en las escuchas de los distintos macrosumarios de corrupción –desde su temprana implicación en el caso Naseiro, salvado por la anulación de las escuchas, hasta su implicación en la trama Púnica, vía reuniones con el conseguidor Alejandro de Pedro, pasando por las acusaciones de cobro de comisiones en Terra Mítica–, Zaplana siempre sale limpio.

Ni tan siquiera se le abren diligencias. Sorprende la oportunidad en su abandono de la política y honrosa puerta giratoria hacia Telefónica en la primavera de 2008, con la aquiescencia –si no colaboración directa– de Javier de Paz, amigo personal de Rodríguez Zapatero, que sugería el visto bueno de Moncloa a la operación, pocos meses antes de la aparición de las primeras informaciones sobre el caso Gürtel en tierras valencianas.


Además de facilitar el acceso de Rivera al Club Siglo XXI, donde volverá con su candidato Javier Nart en mayo...

Extracto del libro de Pep Campabadal y Francesc Miralles De Ciutadans a Ciudadanos: la otra cara del neoliberalismo (Akal, diciembre de 2015). 

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http://gnula.nu/drama/ver-citizen-kane-ciudadano-kane-1941-online/

Título original
Citizen Kane
Año
Duración
119 min.
País
Estados Unidos Estados Unidos
Director
Guión
Orson Welles, Herman J. Mankiewicz
Música
Bernard Herrmann
Fotografía
Gregg Toland (B&W)
Reparto
Productora
RKO / Mercury Theatre Productions
Género
Drama | PeriodismoPelícula de culto
Sinopsis
Un importante magnate estadounidense, Charles Foster Kane, dueño de una importante cadena de periódicos, de una red de emisoras, de dos sindicatos y de una inimaginable colección de obras de arte, muere en Xanadú, su fabuloso castillo de estilo oriental. La última palabra que pronuncia antes de expirar, ”Rosebud”, cuyo significado es un enigma, despierta una enorme curiosidad tanto en la prensa como entre la población. Así las cosas, un grupo de periodistas emprende una investigación para desentrañar el misterio. (FILMAFFINITY)
Premios
1941: Premios Oscar: Mejor guión original. 9 nominaciones
1941: National Board of Review: Mejor película
1941: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor película
Críticas

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