22-8-16
Viçens Navarro
Público
Vicenç
Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
Los establishments financieros y
económicos del país, a través del establishment mediático (los grandes medios
de información y persuasión) que influencian, están intentado crear un clima
político en el que se vea como inevitable la continuación en el gobierno de
Rajoy y el partido que lidera (PP), con la ayuda de Ciudadanos, con el cual
comparte tanto las líneas generales de la política económica (que Rajoy
ha llevado a cabo durante su mandato), como la visión uninacional de España
(heredada de la visión uninacional, existente durante la dictadura que rigió
este país durante cuarenta años), y la cultura franquista profundamente
conservadora (continuadora de la existente en aquel régimen político).
Ambas (la visión uninacional y la cultura franquista), persisten y ninguno
de estos partidos de derechas (ni el PP, heredero de las derechas que
dominaron el aparato del estado dictatorial y de la Transición que le siguió,
ni Ciudadanos, surgido en parte de las entrañas del PP) se plantea cambiar.
Los dos partidos han liderado la resistencia frente a la recuperación de la
memoria histórica y la promoción de los valores republicanos, mostrando, a la
vez, una gran hostilidad a la visión plurinacional del Estado español
¿Qué une hoy en día a las derechas
españolas?
Tales dos partidos comparten, pues,
tres elementos claves que garantizarían un continuismo de las políticas
económicas (que favorecen a los intereses de las élites financieras y
económicas, quienes tienen una excesiva influencia en la vida política y
mediática del país, y ejercen su poder en contra del mundo del trabajo y del
bienestar de las clases populares), de las políticas nacionales (en
contra, y con gran hostilidad, del establecimiento de un estado plurinacional),
y de las políticas antidemocráticas (oponiéndose a la recuperación de la
cultura democrática proveniente de la República –promoviendo sus valores y la
historia progresista del país). Es difícil, en base a esta alianza
PP-Ciudadanos, concluir que este gobierno del Partido Popular, presidido por el
presidente de uno de los partidos más reaccionarios y corruptos que existen
actualmente en la UE, pueda presentarse como un gobierno de cambio.
Los silencios del establishment
político-mediático
Esta campaña mediático-política, que
intenta promover la investidura del sr. Rajoy como presidente del Gobierno
español, ha estado silenciando que siempre había otra alternativa de gobierno,
la cual es fácil de demostrar que sería mejor, para la salud económica,
política y social de España, que el gobierno Rajoy, y que implicaría un cambio
en cada uno de los tres elementos claves que he citado anteriormente. En lo que
refiere a la política económica, se podría haber terminado con las
políticas de austeridad que han hecho tanto daño a las clases populares; en
política nacional, se podría haber iniciado el establecimiento de un
estado plurinacional; y, en política democrática, se podría haber
facilitado la desaparición de la cultura franquista y, en su lugar, iniciar la
promoción de los valores democráticos republicanos que han existido y
persistieron entre las fuerzas democráticas que combatieron la dictadura y que
podrían haber sido la base de una alianza que habría posibilitado la formación
de un gobierno progresista. La alianza de todas las fuerzas de izquierda con
los nacionalistas catalanes y vascos (todas ellas fuerzas políticas que
lucharon contra la dictadura para establecer un orden democrático) hubiera
permitido que se fuera en la dirección de estos cambios.
¿Por qué ello no ha estado
ocurriendo?
Varias son las causas de que esto no
esté ocurriendo. Una de gran importancia, es el enorme poder de las élites
financieras y económicas que, como indiqué antes, ejercen una influencia
claramente excesiva y antidemocrática entre los mayores medios de información y
persuasión del país y sobre los aparatos del Estado central. Esta gran
complicidad entre el poder financiero y económico, por un lado, y los poderes
mediáticos y políticos, por el otro, es una de las características más
importantes de la vida política del país. El control del primero sobre la
esfera mediática y política es casi absoluto.
Otra causa de lo que está ocurriendo
es derivada de la anterior. Tal influencia financiera y económica ha sido
especialmente aguda en el Estado central bipartidista, y ha incluido al aparato
del partido mayoritario de izquierdas, el PSOE. Las declaraciones realizadas a
favor de la investidura del candidato del PP por parte de sus figuras
históricas muestra su complicidad con las mencionadas instituciones financieras
y económicas, apareciendo con toda claridad al observar sus relaciones y
entramado de intereses con tales empresas. No es por casualidad que sean estas
figuras históricas las que se oponen con mayor intensidad (podría decirse
agresividad) a explorar esta alternativa progresista de gobierno. Su
argumentario -la supuesta necesidad de garantizar la estabilidad gubernamental
o defender la unidad de España- oculta razones de tipo económico que son, ni
más ni menos, su profunda oposición a establecer cualquier tipo de colaboración
y alianza con Unidos Podemos, cuyas propuestas económicas, nacionales y
democráticas amenazarían claramente los intereses de aquellos establishments
financieros y económicos y, por lo tanto, de sus propios intereses.
¿Es posible la relación entre el
PSOE y UP?
Es lógico y predecible que haya un
temor en el aparato del PSOE hacia la expansión de tal nueva coalición política
(Unidos Podemos) que, en parte, se ha hecho a costa del descenso del apoyo
electoral del POSE. Pero es un profundo error que, tal temor, sea fuente de
tanta hostilidad hacia UP, ya que asegura la persistencia de la derecha en el
gobierno del país durante muchos años. Tal hostilidad parece traducir una
visión que asume que la victoria de unos exige la derrota de los otros. Esta
visión tiene consecuencias enormemente negativas para España, pues, repito,
garantizará el gobierno de las derechas durante muchos años.
España, en su enorme variedad de
culturas, tiene necesidad, no solo de una, sino de muchas sensibilidades de
izquierda. Hay hoy, por ejemplo, un renacimiento de las izquierdas, portadoras
de otra visión de España, exigiendo una España más democrática, más justa y más
plurinacional. Esta visión está surgiendo de lo que los jacobinos definen como
“las periferias”. Estas fuerzas están aliadas con otra fuerza política nueva,
Podemos, cuyo surgimiento representa una fuerza con vocación claramente
transformadora y también portavoz de esta nueva visión de España que, junto con
la reconvertida IU, se ha convertido en el mayor motor de cambio en cada una de
las tres dimensiones citadas al principio del artículo: la económica, la
nacional y la democrática. El votante del PSOE no puede ver este hecho como una
amenaza, sino como el surgimiento de una gran coalición que puede ayudar a
hacer el cambio que el PSOE, en sus orígenes e incluso en la primera parte del
periodo democrático, exigía.
Es predecible que el aparato de tal
partido se resista, pues ven tal surgimiento como una pérdida de poder. Pero,
más allá de los partidismos (predecibles pero siempre negativos), el proyecto
auténticamente transformador se ha hecho (por primera vez en el periodo
democrático) posible. El enfado del militante y votante del PSOE no debería ser
hacia las nuevas izquierdas emergentes sino hacia los elementos de dentro de tal
aparato (reforzados por las figuras históricas) que están ahora obstaculizando
el cambio en las políticas públicas que las clases populares de los distintos
pueblos y naciones de España urgentemente necesitan.
Las responsabilidades del aparato
del PSOE en la situación actual
Muchos de los que esperábamos y
deseábamos un sorpasso al PSOE por parte de UP no basábamos nuestro
deseo en un afán partidista de aumentar los espacios institucionales de UP. Lo
que deseábamos era, precisamente, evitar lo que está ocurriendo ahora, es
decir, que el aparato del PSOE no prefiriera hacer un gobierno progresista,
aliándose con UP y otras fuerzas progresistas. Si UP hubiera logrado el sorpasso,
hoy estaríamos discutiendo sobre cómo realizar tal gobierno alternativo. De ahí
la necesidad de que ocurriera el sorpasso.
Siempre que
se mantengan las coordenadas de poder actualmente existentes en el aparato del
PSOE, nos encontraremos en una situación parecida, condenando a España a
continuar con gobiernos de derechas. Hace falta un cambio en el PSOE, con la
movilización de sus bases, para recuperar la vocación reformadora y
transformadora que tuvo en su día. En realidad, es sorprendente la falta de
movilización de sus bases en vista de lo que está ocurriendo en la mayoría de
los partidos socialdemócratas europeos que han estado experimentando rebeliones
en sus senos frente a sus direcciones. Estamos viendo, en Europa, como el
descenso del apoyo electoral a tales partidos, que se autodefinen como
socialdemócratas, ha creado una movilización de protesta frente a las políticas
neoliberales aplicadas por sus direcciones, y que ha alcanzado su máxima
expresión en el Partido Laborista Británico. ¿Por qué no está pasando algo
semejante en España? El futuro de España puede que dependa de ello.
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