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miércoles, 21 de septiembre de 2016

A Dios rogando y con la minga inseminando.

20-9-16
Strambotic

Richard Dawkins lo explicó nítidamente en su imprescindible libro ‘El gen egoísta’: tan fuerte es la pulsión del individuo porque sus genes prevalezcan en la carrera de la supervivencia que el macho ideará cualquier estrategia por descabellada que esta resulte. La vía “convencional” es ardua y trabajosa, como bien sabe el anciano brasileño Luiz Da Sousa, que ha tenido 50 hijos con tu mujer, tu suegra, tu cuñada y una vecina que pasaba por allí.


La alternativa escogida por el doctor jubilado Donald L. Cline, de 77 años, es más sibilina… y demencial. Durante la década de los 70 y los 80 Cline inseminó al menos 50 mujeres con su propio esperma cada vez que la muestra de un donante no estaba disponible. Como resultado, no menos de 50 hermanos con el ADN del doctor Cline andan sueltos por Indiana, el estado en el que ejercía el felón.


La principal prueba de la acusación contra Cline es una reunión del galeno con seis posibles hijos suyos, en la que reconoció que cada vez que la muestra de un donante no estaba disponible usaba su propio esperma. Esta práctica de “rellenar el botecito” con su simiente comenzó aproximadamente en 1970 y podía haber tenido lugar hasta en 50 ocasiones, según relata el diario local The Indianalopis Star.
Para añadir sal a la herida de la mala praxis, las donaciones se hicieron con esperma vivo, en lugar de con muestras congeladas. Todos los registros de la clínica referidos a aquella época han sido borrados, contraviniendo la ley estatal en este sentido.



El doctor Cline, jubilado del ejercicio de la medicina en 2009, ha negado ante la justicia haber utilizado su esperma sin consentimiento de las pacientes. Sin embargo y paradójicamente, ha pedido perdón a Dios por sus actos, según recoge Fox. A Dios rogando y con la minga inseminando.

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