Esto es lo que piensa sobre la vida (y el sexo)
una de las 'escort' mejor pagadas del mundo
La trabajadora del sexo Ava Hudson solo atiende a los
clientes más ricos y exclusivos: aquellos que pueden pagar 600 dólares por un
encuentro de hora y media
El Confidencial
Miguel Ayuso
12.06.2016
Ava Hudson es, según asegura en su página web, “estudiante,
profesora de yoga, viajera y escritora”, pero se define sobre todo como
trabajadora del sexo. Y es una de las más exitosas de San Francico. Según
explica su agente Andre Shakti en una entrevista en 'Mel', solo atiende
a los clientes más ricos y exclusivos
–aquellos que pueden pagar 600 dólares por un encuentro de hora y media– que
pasan su exigente proceso de selección: ni siquiera habla con ellos por
teléfono hasta que un asistente realiza una verificación detallada de sus
antecedentes, que incluye llamar a sus referencias.
Hudson es consciente de que su trabajo es excepcional en
la industria. No está de más recordar que la gran mayoría de las mujeres que
ejercen la prostitución son pobres, inmigrantes e indocumentadas.
La 'escort' californiana, sin embargo, es blanca, joven y tiene educación
universitaria, algo que le permite cobrar tarifas excepcionalmente elevadas.
Pero, pese a las pésimas condiciones de la mayoría de sus colegas, o quizás
debido a ello, insiste en luchar por el reconocimiento del trabajo sexual como
una profesión legítima.
Las cosas realmente escandalosas suceden cuando los
profesionales del sexo se reúnen con otros profesionales del sexo
Su ingreso en la profesión ocurrió como el de tantas
otras jóvenes: aunque había cursado una licenciatura en una universidad de la Ivy
League no encontraba ningún trabajo, así que decidió probar suerte en
la industria del sexo. Así empezó a trabajar
en un burdel clandestino de Toronto, del que fue despedida por tratar de
sindicarse con sus compañeras para obtener mejores condiciones. De allí pasó a
trabajar en diversos clubs de la ciudad canadiense, donde tuvo sus primeros contactos
con la 'jet set', y acabó trabajando para la agencia más
exclusiva de la urbe: Cupid´s Escorts.
“Tenía mi propio chófer que me recogía y me llevaba a
cualquier parte de la ciudad y veía a mis clientes en los hoteles y las
viviendas más elegantes”, explica Hudson. “Pero a pesar de las excelentes
condiciones de trabajo, tras pasar algún tiempo en la agencia entendí que
podía sacar más beneficios financieros si me lo montaba por mi cuenta”.
A tope de amor y lujo
Hudson asegura concebir las sesiones de forma algo
distinta a como imaginamos los encuentros con una prostituta (de hecho, evita
usar esta palabra durante toda la entrevista): “Normalmente disfruto de una
buena comida y conversación con los clientes al comenzar la sesión. Literatura,
arte, filosofía… Casi cualquier cosa menos política. El cerebro es el mayor órgano sexual, si puedes
estimular mi mente, entonces cautivas mi cuerpo”.
Que
te paguen por hacer el amor ciertamente cambia algunas cosas. Empecé a valorar
mucho más el sexo que tengo en mi vida personal
Durante sus años en el negocio, Hudson ha disfrutado
de todo tipo de experiencias: ha volado en jet privado, ha pasado fines de semanas con parejas
y, claro está, ha participado en orgías multitudinarias al más puro estilo
'Eyes Wide Shut!' “Las cosas realmente escandalosas suceden cuando los
profesionales del sexo se reúnen con otros profesionales del sexo”, asegura la
'escort'. “¿Observar a ocho mujeres magníficas salir mojadas de una bañera de
hidromasaje para volver a llenar sus copas de champán? Sí, por favor”.
Aunque Hudson es muy optimista con su profesión, no
todo es maravilloso. La 'escort' reconoce que este tipo de trabajo cambia la
forma en que se viven las relaciones personales: “Que te
paguen por hacer el amor ciertamente cambia algunas cosas. Lo más importante es
que empecé a valorar mucho más el sexo que tengo en mi vida personal. Me
he hecho más selectiva y refinada en la elección de mis amantes. ¿Qué pueden
ofrecerme que no sea dinero o sexo? ¿Me siento segura siendo juguetona? Me
comprometo menos ahora que cuando no trabajaba en esto. Me ha llevado a
profundizar más en mis relaciones personales comprometidas y a una mayor
ligereza en mis rollos casuales”.
La excepción que confirma la regla
En opinión de Hudson, todas las mujeres participan en
el trabajo sexual de una u otra forma, de forma consciente o inconsciente. “Tal
como está configurado el mundo las mujeres tienen que vivir principalmente de
los activos materiales de los hombres y satisfacerse con ellos”, asegura la
'escort'. Es un modelo basado en la escasez. Se basa en la falsedad de que las
ganancias materiales son suficientes para sostener a los seres humanos y niega
el trabajo emocional no remunerado inherente a esos intercambios. El trabajo
sexual aporta transparencia y permite un intercambio diferente de intimidad”.
Según la Organización Internacional del Trabajo, en todo el mundo
4,5 millones de personas son víctimas de la explotación sexual forzosa
Lo que la 'escort' de lujo no apunta en ningún momento
es que en la gran mayoría de los casos el trabajo sexual no aporta
transparencia, ni mucho menos intimidad, sino más bien esclavitud. Es difícil calcular el número y
situación de las trabajadoras del sexo, pero la
mayoría de estudios coinciden en señalar que, al menos en España, el 80% de
quienes ejercen la prostitución lo hacen contra su voluntad y parece claro que,
si no todas son víctimas de redes de trata, la inmensa mayoría de las mujeres
que entran en el mundo de la prostitución proceden de entornos de pobreza
estructural.
En determinados círculos quizás la prostitución sea un
intercambio entre iguales, pero la historia de Hudson es la excepción que
confirma la regla, y si idealizamos su trabajo corremos el riesgo de olvidar a
las 4,5 millones de personas que según la Organización Internacional del Trabajo
son víctimas de la explotación sexual forzosa en todo el mundo.
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