Valencia
recuerda el legado de Juan Negrín
En el 80º aniversario de su nombramiento como presidente del Gobierno de la
República, la capital valenciana celebra una exposición en la que se recupera
la huella que dejó el político en la defensa de la ciudad frente a los
bombardeos fascistas.
Público
Valencia
PACO BELTRÁN
Un 17 de mayo hace ahora 80 años tomaba posesión como presidente del
Gobierno de la República, Juan
Negrín, figura histórica que asumió su cargo en un momento
convulso marcado no sólo por la Guerra Civil, sino por las tensiones internas,
las divisiones y las represiones entre las diferentes facciones que había
entonces en el bando republicano.
Negrín tomó posesión de su cargo en Valencia, donde entonces estaba la sede
del Ejecutivo. La Generalitat Valenciana no quiso olvidar tan histórica
onomástica y ayer, miércoles, los muros que hace ahora 80 años fueron
testigos de aquel acto de posesión recordaron la etapa de Negrín al frente del
Gobierno de la República.
El Patio Gótico de la Generalitat valenciana se llenó de militantes
socialistas y curiosos para celebrar un acto en memoria de Negrín en el que
participaron Angel Viñas, catedrático emérito de la UCM, José Medina,
presidente de la fundación Juan Negrín, Carmen Negrín, nieta del
político y el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig.
El historiador Ángel Viñas pronunció una conferencia con el título Juan
Negrín, un científico al frente del Gobierno de una República desamparada. Viñas
recordó que Negrín tuvo que enfrentarse no sólo a las fuerzas fascistas
sublevadas sino también a acontecimientos que terminaron por marcar la historia
y su propia figura. El oro de Moscú, sus desencuentros con la Generalitat de
Catalunya o la ilegalización del POUM y la posterior represión de los trostkistas
son algunas de las situaciones a las que Negrín tuvo que hacer frente nada más
asumir su mandato.
El oro de Moscú fue una cuestión que se decidió antes de su llegada
a la presidencia, pero fue su Gobierno el que envió el oro desde el puerto de
Cartagena por valor de casi 1.600 millones de pesetas para pagar el armamento
que los rusos enviaron a España. De sus notas en el exilio, de sus cartas,
custodiadas por su nieta en Francia se desprende la frustración de un Negrín
consciente de que los rusos se aprovecharon de la situación: no sólo fijaron un
precio de compra muy alto, sino que además enviaron aviones en un estado
deplorable.
La insurrección de Barcelona a principios de mayo de 1937, con la
Generalitat de Catalunya amenazada desde dentro y fuera de su territorio, es
otra de las controversias que se ciernen sobre Negrín. Cerca de 500 muertos y
2.000 heridos fue el balance de una tragedia que no se detuvo ahí. Se
impusieron las tesis de Moscú de hacer responsable de la revuelta al POUM. Y ya
como presidente, Negrín firmó la disolución de este partido (el 16 de junio de
1937) y permitió el procesamiento de sus miembros. Un proceso que duró más de
un año y que terminó con una sentencia de condena por atentado contra el orden
público y la legalidad vigente.
La incógnita por resolver es el paradero de quien fue ministro del Gobierno
autónomo Andreu Nin. Tras su detención y su posterior traslado a la prisión de
Alcalá, Nin simplemente desapareció. Luces y sombras de una etapa convulsa.
Carmen Negrín, su nieta, destacó la importancia de la cesión del archivo que ha
custodiado en Francia durante todos estos años por la Fundación Juan Negrín. La
nieta cree que esa documentación ahora "puede contribuir a aclarar"
la figura de su abuelo. El catedrático Angel Viñas defendió su figura y lamentó
que Negrín "es el político socialista más difamado por los suyos".
Viñas también recordó que en julio de 2008 se le devolvió la militancia
socialista tras su expulsión del partido en 1946.
El catedrático Angel Viñas lamentó que Negrín "es el político
socialista más difamado por los suyos"
Viñas no eludió, sin embargo, las grandes sombras que se ciernen sobre el
médico, economista y políglota que fue nombrado por Azaña en detrimento de un
Largo Caballero contrario a la presencia de los comunistas en el Gobierno.
Sobre el oro de Moscú, el catedrático justifica que Negrín tuviera que
"movilizar fondos porqe una guerra se hace en sangre y oro", al
tiempo que insistió en que la Unión Soviética "era la única salida para
conseguir armas y que el dinero obtenido por el oro se utilizó además, para
sufragar el comercio exterior, no sólo para armas".
Viñas reconoció las "diferencias de Negrín con Lluís Companys cuando
el Gobierno quiso controlar las fábricas de armamento en Catalunya". El
historiador reconoció "la desconfianza de Negrín hacia el Gobierno de la
Generalitat". En cuanto a la desaparición de Andreu Nin, Viñas lo atribuye
al "NKVD, fue la policía secreta soviética la que le raptará, sin que
Negrín pudiera evitarlo".
El acto también sirvió para recuperar la huella de Negrín en Valencia.
Y es que Negrín no fue sólo presidente del Gobierno: también fue responsable de
la Junta de Defensa de Valencia. Una Junta que entre 1938 y 1939 construyó
y habilitó hasta 300 bajos y sótanos para proteger a la población civil valenciana
de los bombardeos.
Un almacén de expedientes apilados y enseres en desuso... este ha sido el
destino durante 80 años del refugio construido entre enero y julio de
1938 en el sótano del edificio del Ayuntamiento. El actual equipo de
Gobierno ha querido recuperarlo y abrirlo al público después de un año de obras
para intentar devolverlo, sino a su estado original, sí a su aspecto más
próximo.
"Partíamos de un refugio modificado y abandonado. Buscamos información
del edificio original, hicimos pruebas y con la información del archivo
municipal, como los planos y la documentación de obra, nos pusimos en
marcha", explica Pepa Pascual arqueóloga municipal, quien nos guía,
orgullosa, por las entrañas del refugio. "Queríamos recuperar el aspecto
que tuvo en su momento, pero los bancos para sentarse han desaparecido, así como
los baños y la máquina de ventilación ", se lamenta.
Había colores dentro del refugio para delimitar zonas. La zona marcada en
rojo indicaba zona de peligro: hasta ahí podían llegar restos de metralla o
escombros por las bombas. Había carteles con el aviso de "No detenerse,
zona peligrosa". El azul era la zona más segura y era donde se encontraban
los bancos. Hoy han dejado unas marcas a modo de guías en el suelo para
recordar su ausencia.
Aprovechando la efeméride de Negrín y la rehabilitación del refugio, el
Ayuntamiento de Valencia ha organizado la exposición Tempesta de ferro
(Tormenta de hierro)
Pascual explica la consistencia de la construcción, de hecho un bombardeo
destruyó la escalera del Ayuntamiento situada a escasos metros del refugio:
"La cubierta de hormigón armado es de tres metros de espesor; dentro había
una parrilla de hormigón y unas celdas que combinaban arena con algas para
amortiguar el impacto de las bombas". Pascual explica que se ha intentado
mantener la esencia original de la construcción y por ello "se ha cuidado
la iluminación para que no distorsione o no sea muy fuerte".
En Valencia se construyeron muchos refugios en las escuelas en un intento
por mantener la normalidad escolar y de que los niños dispusieran de un lugar
para protegerse de las bombas. Este refugio se construyó con una capacidad para
700 niños y niñas, con el objetivo de proteger el alumnado del grupo escolar
que había en el actual Ayuntamiento.
Aprovechando la efeméride de Negrín y la rehabilitación del refugio, el
Ayuntamiento de Valencia ha organizado la exposición Tempesta de ferro
(Tormenta de hierro). Con material del archivo histórico, de la
Biblioteca Nacional, con prensa de la época y cartelería de la Universidad, la
muestra ofrece una amplia visión de cómo se sufrieron —y se vivieron— los
bombardeos en la capital del Turia durante la Guerra Civil.
La muestra y el refugio se puede visitar con cita previa. De los 300
refugios construidos tan sólo una veintena siguen en pie. El próximo
objetivo es restaurar el de Serranos y el de Massarrojos.
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