Varios
países europeos castigan con la cárcel la blasfemia o la ofensa religiosa
Los expertos defienden que la
religión es una ideología más y no debe recibir trato de favor en la ley.
30/09/2017
Hay pocas expresiones tan puramente españolas como
"mecagüendios". Pero es una frase que, lejos de un ambiente privado y
si un juez lo interpreta a su manera, puede acarrear problemas.
España se encuentra en una lista reducida de países
desarrollados que pone límites a la libertad de expresión cuando se
utiliza para criticar la religión, contra las recomendaciones de la mayoría de
los organismos internacionales que defienden los derechos humanos.
Para defender el derecho a criticar y poner en cuestión las religiones y
sus prácticas, el Center for Inquiry de EEUU creó en 2009 el Día de la Blasfemia,
que se celebra el 30 de septiembre, el aniversario de la publicación de las caricaturas de Mahoma en el diario
danés Jyllands Posten.
Las creencias
religiosas deben ser objeto de crítica, como las creencias políticas.Center for
Inquiry
Esta organización, cuyo nombre puede traducirse como Centro para la
Indagación, se dedica "a promover la ciencia, la razón, la libertad de
investigación y los valores humanistas", según sus propias palabras, y
anima a expresar cualquier sentimiento hacia la religión, incluso el desprecio
o la mofa.
Ronald Lindsay, presidente y director ejecutivo del Center for Inquiry,
explicó sus objetivos en una entrevista con CNN: "Creemos que
las creencias religiosas deben ser objeto de examen y crítica, al igual que lo
son las creencias políticas, pero tenemos un tabú en la religión".
EN ESPAÑA ES UNA HERENCIA DEL ORDENAMIENTO FRANQUISTA
Los países que defienden a la religión por encima de la libertad de
expresión Lo hacen con leyes específicas contra la blasfemia o normas más
sutiles, que Óscar Pérez de la Fuente, profesor de Filosofía del Derecho y
Filosofía Política de la Universidad Carlos III de Madrid, clasifica en tres
tipos.
"Está la blasfemia, el insulto religioso y el odio por motivos
religiosos. En España está tipificado el segundo, la ofensa a los sentimientos
religiosos, así como los delitos de escarnio y profanación", explica.
El artículo 525 del Código penal español es el
que cubre las condenas a este tipo de delito:
1. Incurrirán en
la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de
los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por
escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas,
creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los
profesan o practican.
2. En las mismas
penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito,
de quienes no profesan religión o creencia alguna.
Pero también están los artículos 523 y 524,
que incluso contemplan cárcel:
1. El que con
violencia, amenaza, tumulto o vías de hecho, impidiere, interrumpiere o
perturbare los actos, ceremonias o manifestaciones de las confesiones
religiosas inscritas en el registro público correspondiente del Ministerio de
Justicia e Interior, será castigado con la pena de prisión de seis meses a seis
años, si el hecho se ha cometido en lugar destinado al culto, y con la de multa
de cuatro a diez meses si se realiza en cualquier otro lugar.
2. El que en
templo, lugar destinado al culto o en ceremonias religiosas ejecutare actos de
profanación en ofensa de los sentimientos religiosos legalmente tutelados será
castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24
meses.
En la práctica, dependiendo de la interpretación judicial, esta norma puede
utilizarse como una ley contra la blasfemia. Según Pérez de la Fuente, "la
interpretación de los jueces y de la doctrina hace que no se condene desde hace
años por el delito de escarnio. Se busca un ánimo de injuriar y los jueces
siempre encuentra otro animo que esas acciones: informar, hacer reír,
criticar...".
En España están
tipificados el insulto religioso, el escarnio y la profanación.Óscar Pérez de
la Fuente, profesor de Filosofía del Derecho y Filosofía Política
Este diario ha tratado de ponerse en contacto con Abogados
Cristianos para obtener su punto de vista sobre este tema en la
actualidad, sin éxito.
El delito específico de blasfemia desapareció del ordenamiento
jurídico en 1988, cuando las Cortes lideradas por el PSOE aprobaron
la Ley orgánica 5/1988 que suprimió varios artículos del Código Penal de 1983,
entre ellos ése. Pero el 209 del Código de 1973, que recogía el delito de
escarnio "de la religión católica o de confesión reconocida
legalmente", se trasladó al artículo 525 del Código Penal actual.
ESPAÑA NO ES EL ÚNICO NI EL PEOR DE LOS PAÍSES DESARROLLADOS
Según un reciente estudio de Centro de Investigaciones Pew,
un cuarto de los países del mundo tiene algún tipo de ley contra la blasfemia,
y uno de cada diez, contra la apostasía —la negación, renuncia o abjuración de
la fe en una religión, o su abandono. La mayoría se encuentran en Oriente
Próximo y el Norte de África, sitios donde se considera un delito criminal.
Pero en la lista de países desarrollados
que castigan las ofensas religiosas se encuentran, además de España, Alemania,
Austria, Finlandia, Italia, Liechtenstein, Suiza, Nueva Zelanda, Japón,
Andorra, Chipre, Croacia, República Checa, Grecia, Lituania, Polonia, Portugal,
Rusia, San Marino, Eslovaquia, Turquía, Irlanda, Ucrania y algunos estados de
Australia y EEUU.
Alemania,
Austria, Finlandia, Italia, Liechtenstein, Suiza, Japón y Nueva Zelanda cuentan
en sus ordenamientos con algún tipo de ley que penaliza la ofensa a la
religión.
Grandes países como Brasil, India, Nigeria, Indonesia o incluso el vecino
Marruecos poseen leyes aún más restrictivas.Y, por supuesto, el mundo musulmán
es el que impone las peores condenas, que llegan a la pena de muerte en países
como Afganistán, Irán, Nigeria, Arabia Saudí, Yemen y Pakistán, el que más gente encarcela y
mata del mundo por este motivo.
Aunque la mayoría de las religiones condenan el insulto religioso en sus
textos sagrados, no suelen especificar el castigo, por lo que éste varía desde
multas o castigos físicos hasta prisión —incluso en países como Alemania, Grecia,
Nueva Zelanda o Polonia— o incluso la muerte.
En el mundo
desarrollado estas normas rara vez se aplican, aunque ha habido casos sonados
en países tan avanzados como los escandinavos y, por supuesto, en España.
En el mundo desarrollado estas normas rara vez se aplican, aunque ha habido
casos en países tan avanzados como los nórdicos y, por supuesto, los que aún resuenan en España,
como el de El Intermedio por
meterse con la cruz del Valle de los Caídos, el de la virgen drag del Carnaval
de Las Palmas, el de Rita Maestre por enseñar el
pecho en una capilla o el del videojuego Matanza Cofrade.
Pero el más famoso es el de Javier Krahe, absuelto
tras ser acusado de un delito contra los
sentimientos religiosos por un vídeo titulado Cómo cocinar un
Cristo, una cinta grabada años atrás en la que hornea un crucifijo. El juez entendió que
era "el resultado del legítimo ejercicio de una expresión artística"
con "un inequívoco sentido satírico, provocador y crítico, pero no
ofensivo".
LA ONU Y LA UE ANIMAN A PROTEGER LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Organismos internacionales como la ONU o el Consejo de Europa recomiendan eliminar de los
ordenamientos todas las leyes que protejan a la religión frente a la
libertad de expresión. Y argumentan muchos motivos en sus resoluciones:
- "Debe hacerse una distinción entre los
asuntos relativos a la moral y la conciencia y aquellos que pertenecen al
terreno de la ley, entre lo que pertenece al ámbito público y lo que es
parte de la esfera privada", señala el Comité de Derechos Humanos de
la ONU.
- Van contra el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, vinculante para los firmantes.
- La
dificultad de establecer una definición objetiva de que es
"blasfemia" o "difamación de las religiones" fomenta
que se abuse de estas leyes.
- Los
estudios prueban que, lejos de proteger a las religiones, provocan una
censura que elimina cualquier crítica, externa o interna, dentro de ellas.
- La mayoría
de estas normas proporcionan distinta protección a cada religión y se
aplican de forma discriminatoria.
"Proteger la blasfemia es una forma de desproteger a las minorías y el
pluralismo religioso", apunta Pérez de la Fuente, que cree que "es
una cuestión de secularismo y separación iglesia/Estado".
"Las leyes contra la blasfemia rara vez tratan sobre proteger a la
religión. La sola idea de defender una idea con la ley es absurda. Las ideas no
necesitan derechos, los necesitan las personas. Esas normas suelen utilizarse
para consolidar el poder y acallar el descontento, especialmente cuando un
gobierno se alinea con una religión concreta", sostiene Paul Fidago,
director de Comunicación del Center for Inquiry.
La sola idea de
defender una idea con la ley es absurda. Las ideas no necesitan derechos, los
necesitan las personas.Paul Fidago, director de Comunicación del Center for
Inquiry
"Si la gente necesitan leyes que la protejan de ofenderse porque
alguien ha criticado su religión, entonces necesitamos también normas que
protejan los sentimientos de los demás en relación a la música que les gusta,
los libros que leen o el partido político con el que se identifican",
sentencia Fidago.
El director de Comunicación del Center for Inquiry entiende que la gente
sienta "una conexión profunda y emocional con todo tipo de ideas"
pero cree que "si se prohíbe que se discutan, analicen y critiquen, la
sociedad y la cultura nunca avanzarán, las malas ideas jamás serán superadas ni
las buenas oídas".
Fidago aclara la diferencia que hay entre ser educado y prohibir por ley la
crítica religiosa: "Entendemos que la gente se oponga a que alguien sea
abiertamente antagónico hacia su fe, pero ese discurso debe ser protegido por
la ley. Sólo se está criticando y ridiculizando ideas, aunque sea de mala
manera".
Si se prohíbe
que se discutan, critiquen y analicen las ideas, la sociedad y la cultura nunca
avanzarán, las malas ideas jamás serán superadas ni las buenas oídas.Paul
Fidago
En opinión del jefe de Comunicación, "no se puede comparar la crítica
a una religión o credo, por dura que sea, con la discriminación hacia un grupo
que resulta que sigue esa creencia".
¿GANA TERRENO LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN FRENTE A LA RELIGIÓN?
Fidago cree que es difícil calcular si la libertad de expresión gana
terreno a la religión o viceversa.
"Algunos gobiernos se están poniendo duros contra la libertad de
expresión, con un fervor nunca visto antes. Hay un movimiento, encabezado por
los países de mayoría musulmana, para coordinar su oposición a la
blasfemia", asegura, poniendo como ejemplo a la Organización para la
Cooperación Islámica, que trata de que la ONU emita una
prohibición contra la ofensa religiosa, de momento sin éxito.
Pero cree que "es probable que todo ello sea en respuesta a un
incremento en la crítica religiosa. La secularización en Occidente está al alza
y las ideas proliferan con más libertad que nunca. Y poco puede cambiar esa
tendencia, aparte del aislamiento económico y digital. No puedes llamar 'libre'
y 'democrática' a una sociedad que proteja los sentimientos de la gente hacia
sus creencias e ideas".
No puedes
llamar 'libre' y 'democrática' a una sociedad que proteja los sentimientos de
la gente hacia sus creencias e ideas.Paul Fidago
Contra la tendencia secular en el mundo occidental, Irlanda aprobó en 2009
una Ley de Difamación que castiga a
"cualquiera que pronuncie o publique blasfemias" con hasta 25.000
euros.
Dar alas a leyes que protegen la religión como si fuera diferente a
cualquier otra ideología acaba derivando en la autocensura, como la del
prestigioso Museo Metropolitano de Nueva York, que retiró en 2010 todas las imágenes de Mahoma.
En casos extremos, alimenta a los grupos religiosos radicales.
"Este tema no trata sólo de las leyes en sí. Demasiado a menudo la
crítica de la religión recibe una respuesta violenta de grupos radicales. Es
fácil convertir a los creyentes en una masa furiosa que vocifera contra la
blasfemia y anima a los extremistas a tomarse la justicia por su mano",
sostiene Fidago.
Es fácil
convertir a los creyentes en una masa furiosa que anima a los extremistas.Paul
Fidago
El Center for Inquiry lleva un programa llamado Secular Rescue (rescate secular) que ayuda
a ponerse a salvo a escritores y activistas amenazados por grupos islámicos,
sobre todo en Bangladesh, "donde muchos blogueros han sido masacrados en
las calles en los últimos años", según Fidago.
Sin embargo, y a pesar de estas instancias, el Center for Inquiry tiende
"hacia una visión optimista de la situación, pero sin olvidar que aquellos
que buscan imponer las leyes contra la blasfemia y amordazar la libertad de
expresión están dispuestos a cualquier cosa para conseguirlo", advierte
Fidago.
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