VERDAD- JUSTICIA- REPARACION
27 Sep 2017
Público
Y así, ante el avance abierto del fascismo con la corrupción generalizada, la ley Mordaza y la invasión policial/militar de Cataluña, toca luchar de nuevo hoy.
Xosé Humberto Baena, José Luis Sánchez-Bravo, Ramón García Sanz, Juan Paredes y Ángel Otaegui fueron los cinco últimos asesinados por los militares y los cuerpos de represión beneficiarios y servidores de la dictadura.
Unos jóvenes, como muchos miles en aquellos años, trabajadores, generosos y valientes, cuyos ideales por una sociedad más justa y más libre les llevaron a sus respectivos compromisos con la lucha; una lucha tremendamente desigual contra las bestias armadas que los persiguieron hasta su asesinato.
Fueron un ejemplo entonces y lo son hoy, dada la deriva totalitaria que ha tomado el gobierno español en manos de un grupo mafioso de ladrones, en un país tan escasamente democrático en el que ni siquiera existe la más elemental separación de poderes, donde la libertad de expresión y de imprenta quedan al albedrío de fiscales y jueces de corte totalitario al servicio político de los ministerios correspondientes, donde se permite la existencia legal y subvencionada de agrupaciones nazi-fascistas, y donde diputados mafiosos se burlan de los asesinados por la dictadura o insultan a los parados. Tal deriva, coloca hoy a aquellos jóvenes y su lucha ya no solo en la historia, sino en la más dramática actualidad.
Su lucha de ayer es nuestra lucha de hoy; su ejemplo, un ejemplo vivo de generosidad.
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