Ineptitud
Luciano G. Egido
26
de Septiembre de 2017
No hacía falta esta prueba, pero, una
vez más, el sr. Rajoy ha demostrado su ineptitud para la gestión política, por
el modo de enfrentarse al problema del independentismo catalán. No lo podía
hacer peor. Desde el principio, en cuanto el asunto se presentó como cuestión
de Estado, ya de un modo abierto, cerró todas las puertas al diálogo, a la
mediación, a la consideración de las propuestas de la otra parte. Al igual que
hizo con la nefasta reforma laboral, contra los derechos de los trabajadores,
llevada a cabo aprovechando su ocasional mayoría parlamentaria, que nunca
más ha vuelto a repetirse. Entonces, estableció una línea roja infranqueable,
como ahora, sin ceder un milímetro, incluso negándose a hablar del tema con los
sindicatos, con lo que
no solo reafirmó su ideología
ultraconservadora, como tantas otras veces ha hecho, sino que puso de relieve
su metodología preferida, como hacía el general Franco, mirar para otro lado,
dejar pasar el tiempo y, cuando ya no hay más remedio, sacar los cañones a la
calle,
aunque sea de un modo metafórico de
hablar, porque de otra manera menos metafórica no puede. Aunque está por ver si
finalmente no los saca. Con lo que no consigue más que exacerbar el independentismo,
favorecer a los independentistas y convencer a los dudosos de que se hagan
independentistas. Como un riesgo posible. Pero todo con tal de evitar que las
grandes empresas, que empiezan a dar signos de inquietud, mermen ni un ápice
sus beneficios. Con lo que quizá no sea tan inepto el sr. Rajoy, según se mire
y desde dónde se mire.
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