La tétrica factura del Valle de los Caídos que
Franco ocultó
"El caudillo que ganó la
guerra hace 82 años" trasladó los restos mortales de los republicanos al
Valle de los Caídos en ataúdes colectivos para diez personas mezcladas y
revueltas
Juan
Luis Valenzuela/Andrés Villena Domingo, 23 de septiembre de 2018
ElPlural
"El caudillo que ganó la guerra hace
82 años", según frase literal de la diputada del PP en la Asamblea de
Madrid Begoña García, no fue un
dictador ni humano ni conciliador con sus víctimas, sino sanguinario. Que “durante el franquismo hubo muchas
familias que lo vivieron con
naturalidad y normalidad” como dijo el ex ministro del PP, Mayor Oreja, es otra
frase para coleccionar en el álbum de las más injustas y desproporcionadas
frases de la derecha española en contra
de la reconciliación y de la Memoria Histórica. Si el PP no condenó
oficialmente el franquismo hasta el año 2002 fue por algo y, además, lo hizo
casi obligado y a regañadientes.
Ese
dictador asesino mandó construir con el dinero de todos los españoles,
incluidos las familias de los represaliados y fusilados, y con el trabajo esclavo de los presos republicanos un
mausoleo en honor a su victoria con armas, esa que implicó “ganar la guerra
hace 82 años” como entre indignantes risas echaba en cara la diputada Begoña
García.
El Valle
de los Caídos, la pirámide de Franco, albergó los restos mortales de unos 20.000 cuerpos del bando “nacional”,
completamente identificados, localizados en el Valle y transportados a
Cuelgamuros desde casi todas las provincias españolas de manera digna. En
cambio los restos mortales de los más de
doce mil republicanos llevados contra su voluntad e ideas para que
sirvieran de falso decoro, de “relleno” o para mostrar una falsa e hipócrita imagen “reconciliadora”
del “patascortas”, se transportaron sin
identificar y de cualquier manera, además de contra la voluntad de las
familias.
Muestra de ello es la factura
a la que ha tenido acceso ELPLURAL y que ha podido conocer gracias a la
ingente labor de investigación de los memorialistas malagueños y en especial de
un luchador de la recuperación de la dignidad como es José Sánchez Gallardo,
presidente de la Asociación Contra el Silencio
y el Olvido por la Recuperación de la Memoria Histórica.
En este documento de
alto valor histórico se pueden comprobar cómo las autoridades franquistas del
momento, el 22 de abril de 1959 año en
el que se inaugura el Valle de los Caídos, emiten una factura por el traslado desde Málaga de 924 cuerpos o
restos mortales al mausoleo franquista de Cuelgamuros.
Lo
tétrico y más dramático del hecho está en que la factura de funeraria Alfaro,
desglosa 90 cajones (ataúdes) para 10
cuerpos cada uno, los “republicanos” y otras 24 cajas individuales
destinadas a los combatientes franquistas. Es decir, incluso en el
traslado de sus restos a la última residencia vital, Franco prestó un trato denigrante y diferenciador según
fuera el bando al que pertenecieron los fallecidos. Los republicanos hacinados
como cuerpos de animales en ataúdes, cajones, de
diez en diez, juntos y revueltos, mezclados en esa ignominia del poder
y en cambio, los “nacionales” en ataúdes individuales. Como dijo el poeta
Gabriel Celaya “enterrados estos como Dios Manda a sus muertos” unos, otros en
cambio como cerdos al matadero.
La factura desglosa
el coste: 90 cajones “colectivos” a 550 pesetas, total 49.500 pesetas y 24
cajones individuales a 141 pesetas, total 3.384. El camión de la
funeraria para el viaje Málaga-Valle de
los Caídos tuvo un coste de 3.384 pesetas y un automóvil para el Jefe
de Expedición 3.366 pesetas. También se recoge el concepto de
“mandar varios cajones a pueblos”, lo que indica que no
solo se “reclutaron” restos de la capital malagueña, sino también de
poblaciones como la de Ronda y otras.
Esta es
la factura que el franquismo, por tétrica e indignante, escondió. Como ésta
debe haber centenares, las que el franquismo del “Caudillo que ganó la guerra
hace 82 años” no quiso que viéramos.
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