CARTA A
PABLO IGLESIAS.
Estimado Pablo: Te quiero en Podemos, pero
vete. Eres de lo más grande que ha habido en la política española de los
últimos 40 años, pero vete. Tú lucha contra viento y marea, junto tant@s otr@s,
se estudiará en la carrera de Políticas, pero vete. Vete, Pablo, porque los
Judas, Pilatos, Herodes, Errejones, "Anases" y "Caifases"
que pululan a tu lado, no pararán, hasta acabar contigo, eso sí, desde la
sombra. Vete, Pablo, porque España no merece que se la quiera, ni que se pierda
el sueño por ella ni, mucho menos, que te pierdas como crecen tus hij@s,
pudiendo vivir holgadamente de tu valía, sin estar en política. Vete, Pablo,
porque España quiere seguir siendo ese país de servicios, tercermundista, que
nunca dejó de ser. Porque tu casa es más importante que su sistema de salud,
sus pensiones, sus derechos laborales o su educación, por muy "de
izquierdas" que se digan. Vete, Pablo, porque está claro que con sus
salarios de mierda les dará para curarse un cáncer si Amancio les compra maquinitas.
Porque con sus salarios de mierda les dará para pagar la universidad de sus
hijos e hijas, porque con sus salarios de mierda les dará para ahorrar para sus
jubilaciones. Vete, Pablo, porque España piensa que todos sois unos ladrones,
aunque tú no hayas robado nada y otros les han quitado todo. Porque todos
estáis en el mismo saco. Vete, Pablo, porque España prefiere el liberalismo
empresarial disfrazado de socialismo obrero del PSOE, y no ese socialismo
obrero comunisssssssta que predicas. Vete, Pablo, porque Venezuela les importa
más que España, porque Irán, porque Cuba, porque ETA. Vete, Pablo, porque no
trincar en un país en el que es deporte nacional hacerlo, no se entiende.
Porque en un país donde la mentira gana, la verdad no tiene cabida. Vete,
Pablo, porque si te hipotecas a 30 años, te sientas en el Congreso y te coges
un taxi, ya eres casta. Esa misma casta de la que nadie oyó hablar hasta que tú
apareciste para mostrársela. Vete, Pablo, porque tus matrículas de honor en un
país de mediocres, asustan, máxime si puedes sacarte las carreras con tu
esfuerzo en la Universidad Rey Juan Carlos, ¡donde va a parar! Vete, Pablo,
porque uno, cuando se presenta a las elecciones, lo hace para sentarse en la
oposición. ¡Cómo se te ocurre presentarte a elecciones y, en base a los votos
que obtienes, pedir ministerios, LOCO! Vete Pablo, porque España se llena de
putos "moros", "negratas" y "sudacas" y ya hay
españoles suficientes para servir, recoger aceitunas y vivir de ayudas. Y los
Messis y Ronaldos, pobrecitos ellos, necesitan mucho más ese dinerito que luego
defraudan, que los que se mueren en el Mediterráneo, faltaría más. Vete, Pablo,
porque la unidad de una nación rota por la desigualdad, es mucho más importante
que quedarse sin casa, sin trabajo, sin dignidad. En definitiva, Pablo, Vete.
Déjanos en paz con nuestra miseria. Deja que nos revolquemos en nuestra mierda,
que, al fin y al cabo, es mierda española, servil y monárquica. Y no, Pablo. No
bromeo. Yo, en tu lugar, no aguantaría ni un segundo más. Cogería mis bártulos
y me largaría. Lejos. Para que no se me pegara el olor a cloaca y naftalina que
desprende España. Algun@s están tomando esto como un deseo (mío) de que Pablo
se vaya. Nada más lejos de la realidad. Se trata de una crítica a quienes, sufriendo,
viviendo o, simplemente, viendo la precariedad, la desigualdad, el machismo y
demás mierda, dan más importancia a las gilipolleces y bulos que lanzan contra
Pablo desde todos los rincones de los medios de comunicación que son serviles a
los poderes de la banca y empresariales de este país. Pablo, PODEMOS y tú, sois
un hálito de esperanza y un soplo de integridad.
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