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domingo, 5 de mayo de 2019

Un injerto de encía que proviene de un muerto


La presentadora Tania Llasera revela que se sometió a un injerto de encía que provenía de un muerto

Á. RONDÁN 01.04.2019

La presentadora ha narrado con todo detalle cómo fue la operación, antes de que saliera por televisión. La culpa es de un 'piercing' que llevaba cuando era joven.

20minutos


Por culpa de un piercing. Así es como la salud bucodental de la presentadora Tania Llasera se fue perdiendo hasta necesitar un implante de parte de encía que provenía de un muerto. La presentadora ha hecho estas sorprendentes declaraciones en su canal y blog de MtMad (Dando la talla que es gerundio), con todo lujo de detalles, en un vídeo bajo el título Tengo un americano en la boca. Una de las caras más reconocibles de Mediaset, y que no tiene miedo del qué dirán, narra en el vídeo cómo cuando era joven llevaba un pendiente en la boca y todos los problemas derivados de esta habitual práctica. Llasera, que seguro que ha dejado de piedra a algunos de sus seguidores, explica: "Yo me había hecho un piercing y en esa época eran de hierro. Me daba golpes en los dientes y cuando sonreía me raspaba contra la encía". Esto ocasionó que la encía fuera perdiendo presencia en la parte inferior hasta el punto de que la presentadora noto cómo se le movía la dentadura inferior. Inmediatamente, y por su salud bucodental, se puso en manos de un especialista maxilofacial que le recomendó un injerto.

Las opciones eran dos, ya que había que operar "sí o sí": o bien le hacían el injerto desde su encía superior, que era más caro, o bien cogían de otra persona, dado que la encía no crece. Llasera asegura que esto ocurrió antes de salir en televisión, y según sus cálculos, en 2006. Se decantó por la segunda opción, "tejido acelular". "Son trocitos de piel de la espalda o de detrás de las piernas de muertos que se tratan para que no tengan células y sean vírgenes genéticamente hablando y una vez te cortan tu propia encía, te lo juntan", relata. La operación fue en Bilbao y Llasera afirma que lo que menos le gustó fue que, aunque le comentaron que estaría de baja alrededor de una semana, ella estuvo casi un mes. "Lo que tampoco te cuentan es que antes de que tu cuerpo xolonizase ese tejido, ha de necrosarse". Esto le produjo que, durante unos 12 días, apenas podía comer ni masticar y perdió peso, no podía tampoco fumar ni lavarse los dientes. Asegura además que fue una experiencia "muy desagradable" pero que ahora para ella es una anécdota más que contar sobre su vida y que bromea sobre que tiene un muerto en la boca.

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