Las redes de poder en España: ¿Quién financia a
Ciudadanos?
Hasta ahora, poco se ha dicho de
cómo el partido naranja pagó sus campañas electorales, su exposición mediática
y la promoción de líderes nacionales
ANDRÉS
VILLENA Sábado, 25
de mayo de 2019
ElPlural
¿Quién manda en
España? ¿Por qué mandan los que ocupan puestos de poder en los ministerios,
secretarías de Estado, direcciones generales? ¿Qué redes de intereses les unen
entre sí?. Estas son algunas de las preguntas a las que Andrés
Villena da respuesta en Las redes de
poder en España (editorial
Roca), libro en el que, por primera vez, se ponen al desnudo estas redes y se cuenta, con
ejemplos concretos, las relaciones que unen a las élites que nos gobiernan.
A la venta desde este jueves 24 de mayo
en las principales librerías y distribuidoras como Amazon, ElPlural.com ofrece un pequeño
adelanto de Las redes de poder en España.
¿Quién financia a Ciudadanos?
"En todo este periodo crítico, no fueron
pocos los que alertaron de la financiación venezolana e iraní, que los
acusadores intuían fundada en la abundancia petrolífera, destinada a la
formación dirigida por Iglesias, Íñigo Errejón e Irene Montero, entre otros. Poco se ha dicho, en cambio, de cómo Ciudadanos
pagó sus campañas electorales, su exposición mediática y la promoción de
líderes nacionales, regionales y locales en tan poco tiempo.
Ciutadans de
Catalunya había sido fundado en el año 2005, impulsado por un grupo de
intelectuales mayoritariamente de centro izquierda como contrapunto al
emergente poder soberanista en la Generalitat presidida por Pasqual Maragall.
Después de numerosas luchas internas y cuestionables procesos de selección, la
formación presidida por Albert Rivera obtenía tres escaños en las elecciones
autonómicas de noviembre de 2006. El apoyo incondicional de determinados medios
generalistas hacía pensar que en este intento renovador de la política regional
catalana se jugaba algo más.
Sin embargo,
una vez cumplida la misión, Ciudadanos afrontó a partir de 2007 una travesía
por el desierto: en las elecciones municipales de aquel año, consiguió poco más
que una decena de concejales, todos fuera de las cuatro grandes capitales. La
capacidad de adaptación de la formación de Rivera, manifiesta en el discurso
mantenido por sus dirigentes durante estos últimos años, batiría todos sus
récords en 2009. Ese año, Ciutadans concurrió a las elecciones al Parlamento
Europeo coaligada en el seno de Libertas, un consorcio euroescéptico
patrocinado por el multimillonario inglés Declan Ganley, opuesto al aborto y al
matrimonio homosexual, en el que participaban partidos de ultraderecha polacos
y franceses, entre otros.
La delegación
española llevó a Miguel Durán, exdirectivo de la ONCE y de Telecinco —apodado
Al Cupone en los años noventa—, como número uno; el dos fue José Manuel
Villegas, significado representante parlamentario y dirigente del partido en la
actualidad; la lista se completaba con miembros de
asociaciones en defensa de la familia tradicional, así como del denominado
Partido Socialdemócrata, formado por partidarios del exdiputado tránsfuga
Eduardo Tamayo, artífice de la presidencia de Esperanza Aguirre en la comunidad
madrileña.
Según diversas
fuentes, la financiación de la aventura de Libertas en España podría haber
ascendido hasta los tres millones de euros, pero no más de 22.000 españoles
apoyaron esta iniciativa, pese a la generosidad de sus anuncios en prensa y a
la dedicación prestada por el comprometido Grupo Intereconomía, en continuos
enfrentamientos con el ejecutivo de Rajoy y bajo una creciente presión
financiera.
Es relevante añadir,
además, que el presidente de dicho grupo mediático, el catalán Julio Ariza, se
ha mostrado favorable a la formación ultraderechista Vox, cuyo primer candidato
al Parlamento Europeo fue, en 2015, su amigo Alejo Vidal-Quadras.
Pese a este deambular
previo a la crisis política española, la llegada de Albert Rivera a la carrera
por la presidencia de 2015 parecía providencial. Sus apoyos empresariales no
quedan todavía claros. Algunos dirigentes bancarios, como Josep Oliu (Banco
Sabadell), habían expresado la necesidad de impulsar «una especie de Podemos de
derechas;15 asimismo, el número uno de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, se
encontró más que satisfecho con la llegada al gobierno de una formación liberal
conservadora con una visión más cualificada sobre la transición energética que
la de los ministros técnicos de Mariano Rajoy. A falta de datos contrastados,
las especulaciones periodísticas los han situado como uno de los grandes apoyos
del Ibex-35; este último hecho, escasamente documentado, puede constatarse en
base a la teoría de las élites: el mejor cambio es el que renueva a las
personas en el mando pero mantiene intactas las estructuras de poder económico
y facilita e incluso mejora los sistemas de intercambio entre los diferentes
líderes y sectores".
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