Los chistes judíos del PP
Aníbal Malvar
Público
21-6-2015
Una semana después de que Guillermo
Zapata dejara su
cargo por haber reproducido en twitter un viejo chiste sobre el Holocausto
judío, un joven concejal del PP fue nombrado diputado provincial por
Guadalajara. Ese joven concejal del PP, hace no mucho tiempo, saltó a la fama
por hacerse selfies con sus colegas fascistas, brazo
alzado hacia el cielo donde no reposan Hitler, Franco y Mussolini. Se conoce
que los del PP no se andan con tonterías en Guadalajara.
–Manda huevos –que diría Federico Trillo.
Este presunto fascistilla del PP (digo
presunto por si acaso eleva el brazo nazi en plan broma), se llama Jesús Parra y ha sido fervorosamente apoyado por
la dirección del partido que nos está guiando por la senda de la regeneración
democrática. La presidenta del PP y de la Diputación de Guadalajara, Ana Guarinos,
defiende al presunto fascista con palabras muy del día 18, aunque con un mes de
antelación: “Jesús Parra no tiene, como tampoco tenemos el resto de diputados
del Partido Popular, ningún tipo de complejos a la hora de defender la bandera de
España”. Considerar el saludo nazi un gesto de defensa de la bandera de
España dice mucho de esta señora de Guadalajara. Allí, en 1937, el ejército
republicano y las brigadas internacionales detuvieron a los franquistas y
al Corpo Truppe Volontarie de
Mussolini. Fue una gran pero inútil victoria. Como demuestra ahora, junio de
2015, esta coqueta identificación del saludo nazi con la bandera de España por
parte de las más altas dignidades del PP alcarreño.
Ya me parecía a mí bastante fea nuestra
bandera. Como todas. La culpa es de los patriotas, que las visten como putas.
Yo
no sé qué ofenderá más a un judío, si el saludo nazi o el chiste de los mil
judíos en el cenicero del Seiscientos, ese que le costó la honra o virtud
antifonaria a Guillermo Zapata. Yo me considero algo judío, como me considero
algo negro y esquimal, o sea, humano, y me ofende mucho más el saludo nazi que
el chiste. Para qué vamos a andar con chuminadas. El saludo nazi del diputado
del PP sí que es apología fehaciente del exterminio genocida, de Auschwitz,
Chelmno, Buchenwald, Dachau. Se me levanta un brazo a lo Jesús Parra solo de
mencionar estos sonoros y cenicientos nombres.
Pero ya se ha insinuado aquí que se perdió una guerra. En 1998, Manuel Fraga,
fundador del Partido Popular, escribió el epílogo al libro de un historiador-sic gallego que negaba el Holocausto. El
escritor se llama Juan
Luis Beceiro y la obra,
subvencionada y distribuida en bibliotecas públicas por la Xunta de Galicia, se
titula La mentira histórica desvelada. Se puede leer en esta
fulgente joya literaria que “no se ha encontrado documento alguno que pruebe
que los alemanes tuvieron la intención de realizar tal genocidio ni que se haya
ejecutado plan alguno referente a ese exterminio. Además, en los archivos
alemanes, tan propensos a no omitir detalle alguno, no parece haberse
encontrado ninguna orden de exterminar a los judíos, porque, si así fuera, ya
se hubiesen preocupado de hacerla conocer al mundo entero”.
Vuelvo a preferir el chiste de los mil
judíos, en el cenicero del Seiscientos, a un Gobierno y un partido que
subvencionan a este tipo de sic-historiadores,
pues me suelen aburrir. Pero que decidan los judíos.
Tuvo mucha repercusión en los medios, no
sé qué día, un tuit fabuloso que refleja muy bien lo que
está sucediendo. Y que debería de ofender a muchos, de un bando y de otro: “Ya
han dimitido más cargos de Podemos por sus cuentas de twitter que del PP por sus cuentas en Suiza”.
No contéis los caracteres. Lo cito de memoria. El PP tiene que estar encantado
con esta trivialización del debate político. A un militante de Podemos puede
lacerarle un chistecillo de judíos que todos hemos escuchado ya mil veces,
porque la izquierda agnóstica siempre ha sido más meapilas que la derecha
católica, paradójicamente. No he visto a ningún dirigente del PP molestarse por
el saludo nazi de Jesús Parra. Ni a ninguna asociación judía, por
cierto. Y la izquierda pierde el tiempo dimitiendo y dictando mucho sermón
masoquista y catódico por un chiste. Manda huevos. Es que la izquierda es de
chiste. Y a la gaviota este chiste le encanta. Si se riera más fuerte, se
partirían las urnas.
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