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martes, 30 de junio de 2015

Yo también conté ese chiste

Yo también conté ese chiste. Atención Fiscalía de la Audiencia Nacional, señor Mari-ano Rajoy y su gobierno, políticos del Partido Popular (sobre todo los ínclitos voceros Rafael Hernando y Pablo Casado), simpatizantes de la derecha más recalcitrante, fiscales, miembros activos de la derechona, fascistas franquistas en general…yo también conté ese chiste. Y casi toda mi generación. Uno se queda sorprendido que después de tantos años las nuevas tecnologías lo hayan mantenido y sacado a la luz. El Partido Popular inmerso en el paroxismo de la derrota electoral pasada y la que se les avecina contrataron los servicios de una empresa para que investigara los pecados de juventud que pudiesen haber cometido sus oponentes claros vencedores para la alcaldía. Como todavía no han gobernado tuvieron que descartar la corrupción, terreno en el que se mueven ellos tan a sus anchas, y se metieron en el internet donde visionaron más de 30.000 tuiters, enarbolando, en cuanto les apareció, el que encabeza estas líneas, urbi et orbi.

Ninguno de los miles y miles de mi generación que contamos ese chiste nos hicimos famosos porque no se había inventado el internet y la transmisión se hacía boca-a-boca.
Otra cosa, los fascistas es que no tenían sentido del humor. Todo lo contrario destilaban “mala baba” desde que Francisco Franco Caudillo de España por la Gracia de Dios dijo aquello: “Si es necesario mataré a un millón de españoles” Lo cumplió.

La verdad es que el chiste no tenía mucha gracia y aunque parezca extraño tampoco tenía nada de racista. Lo sorprendente es que a estas alturas siga causando hilaridad y además este penalizado con cárcel. ¡Pero, ¿en qué país vivimos?!
Hace muchos años este país era republicano pero un grupo de generales se sublevó y dio un golpe de estado que derivó en una guerra civil. El último de los generales, que se subió al carro de la rebelión, pese a ser el más joven, acabó siendo el Jefe del Estado tras la desaparición de los otros militares en lo que se llamó, por lo extraño de sus muertes: “los muertos providenciales”.

Se llamaba Francisco, Paulino, Hermenegildo, Teódulo Franco y Bahamonde Salgado, Pardo de Andrade. Su padre se despachó a gusto aunque pronto cambió de parecer y durante los primeros siete años le pegaba con una correa (hoy sería delito) y le insultaba por su extrema delgadez y baja estatura. Le llamaba: Paquita, Cerillita, Lombriz, Marica, Tonto…Vivió toda su vida con un grave Complejo de Edipo.

Su padre, militar de la Marina Española, muy culto (tenía una biblioteca de más de 8.000 libros) alcohólico, mujeriego, adúltero…no se cortaba lo más mínimo en decir a todo el mundo: Mi hijo es imbécil…un tonto…
Franco era monórquido, igual que Hitler, resultó herido en la parte inferior del abdomen en El Biutz, cerca de Ceuta, Marruecos, en junio de 1916. Probablemente quedó estéril y se comentó que la hija era de su hermano Ramón Franco, un as de la aviación.

Su homosexualidad siempre se puso en solfa. Algún historiador habla de un amigo íntimo en África. Sus anchas caderas sin apenas marcada la cintura, culo sobresaliente, bajito y la voz atiplada, aflautada, lo delataban.
El general Queipo de Llano, otro de los rebeldes,  le llamaba Paca la Culona y Miss Islas Cararias 1936.
Había transcendido que su vida sexual era nula debido a una fimosis muy pronunciada que se lo impedía así como a su complejo de Edipo.

Era un individuo enormemente despiadado, un criminal nato, pero no es que estuviera enfermo mentalmente, sustituía su deseo sexual por el ansia de poder.
Su padre también dijo: Ese Caudillo es un cabrón y un chulo. ¡Si lo sabré yo que soy su padre!
Intentó con eufemismos disfrazar una traición y una rebelión militar con la denominación “Alzamiento Nacional”, procurando mejorarlo con “Movimiento Nacional” y acabando en “Cruzada de Liberación” cuando a cambio de numerosos privilegios a la Iglesia Católica, que todavía perduran,(http://luis-viadel.blogspot.com.es/2015/06/articulo-con-un-alto-contenido.html) Roma bendijo su felonía con una parafernalia como nunca se había visto, entrando el general rebelde como “Caudillo de España por la gracia de dios”(lema acuñado en las monedas igual que los antiguos emperadores) bajo palio en las iglesias y las catedrales.

Como era muy bajito y rechoncho buscaron la forma de “estirarlo” inventando una palabra nueva utilizando el superlativo de “general” pasando a denominarse desde aquel momento: “Generalísimo”. El no va más. La rehostia.
La represión fue brutal (en plena democracia  para nuestra vergüenza, todavía quedan cientos de fosas por identificar) y definitivamente, a los españoles que no estuvieron de acuerdo con los crímenes del nuevo régimen se les bautizó como: “Rojos, judeo-masónicos”.
Se les persiguió, encarceló sufriendo salvajes torturas en las comisarías y sobre todo en la Dirección General de Seguridad de la Puerta del Sol de Madrid. Consejos de guerra, fusilamientos, garrote vil o un tiro en la nuca en cualquier cuneta de nuestras carreteras.

Su odio hacia los masones nace en el momento que es rechazado (varias veces) cuando intenta ingresar en la Gran Logia Española. Con los judíos fue de otro modo al formar parte de la gran familia nazi-fascista junto a Hitler, Mussolini en Italia y Salazar en Portugal. La colaboración de Franco fue extraordinaria pasando a convertirse en importante personaje del Holocausto. Seis millones de judíos en las cámaras de gas de los campos de concentración.  Crímenes de lesa humanidad.
Los fascista españoles decían:”contubernio judeo-masónico-comunista” o “rojos judeo-masónicos”. Todos los que estábamos contra Franco, luchadores antifascistas, éramos rojos.

Nos perseguía la Policía Armada y los detenidos pasábamos por las manos (nunca mejor dicho) de dos malnacidos, el inspector José Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño y el exguardia civil Jesús Muñecas, ambos reclamados por la jueza argentina María Servini de Cubría que investiga los crímenes del fascismo-franquismo. Pide su extradición para juzgarlos junto a José Utrera Molina (suegro de otro fascista llamado Alberto Ruiz Gallardón), Rodolfo Martin Villa y otros 18 cargos franquistas.

Manuel Fraga Iribarne (Don Manuel) fue ministro de Información y Turismo con Franco. Una vez falleció el Caudillo por dios y por España (¡Franco ha muerto, gracias a dios!) Los fascistas franquistas corrieron a comprarse uniformes de demócratas y don Manuel ocupó la cartera de Gobernación. Su ideología le jugó una mala pasada y en una de sus cacerías de rojos gritó como un energúmeno:¡La calle es mía!

Fundó un partido político que se llamó Alianza Popular, plagado de connotaciones fascistas y acabó como Partido Popular. Hoy sus cachorros se han hecho adultos pero no pueden evitar el virus franquista que llevan en la sangre. En aquellos años la SEAT (Sociedad Española de Automóviles de Turismo) fabricaba un coche minúsculo llamado 600 del que todos estábamos orgullosos. Fue entonces cuando en España se empezó contar ese  chiste de los judíos. Millones de españoles (yo mismo) lo contamos pero los medios no eran los mismos. No éramos racistas porque los judíos y los masones formaban parte de ese trío con  nosotros los rojos.
Resulta kafkiano  que el Partido Popular descendiente del criminal Franco, amigo de Hitler y colaborador del Holocausto, que llevaron a seis millones de judíos a la cámara de gas intenten muchos años después llevar a la cárcel a un joven concejal por contar un chiste con poca gracia que además era un completo desconocido cuando lo hizo.

Resulta repugnante la desvergüenza con la que sigue actuando toda esta gente franquista-fascista, sin el menor pudor y bendecidos por la Santa Madre Iglesia.
Alemania hizo en su momento la catarsis que le  ha permitido seguir viviendo en paz. Nosotros somos incapaces. Todo lo contrario, cientos de fosas permanecen en las cunetas sin identificar. Así no iremos a ninguna parte. Irreconciliables.

Señor fiscal yo también conté ese chiste.

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