El Partido Popular es el único en el mundo que ha
sido imputado, así como un tercio de sus dirigentes y sus tres últimos
tesoreros. Otro tercio está en la cárcel por corruptos y el resto espera la
llamada del juez.
El presidente del Gobierno no sabe nada de todo esto,
es como si viviese en Marte. Si lo sabía es un cómplice-encubridor y si
verdaderamente no se enteraba de nada es un inútil que debería marcharse y
esconderse bajo la cama porque nos ha llevado a la ruina.
Ahora, después de cuatro años, se presenta como el
salvador de la Patria. En realidad este rol le corresponde a José Mari Aznar que
señaló con el dedo a Mariano después de la reiterada negativa del “dios” de las
finanzas Rodrigo Rato, porque le consideraba el “más tonto” muy fácil de manejar,
que le llamaría desesperado para que le sacase del profundo pozo en el que se había
metido. Como siempre el “ojo clínico” de Aznar se parece al “ojo quevedesco”
con el que evidentemente nunca acierta.
Se olvidó de que Mariano es gallego y le salió rana. Tan vanidoso y cerril como
él.
Nos mete el miedo en el cuerpo (lo consiguió en
estos años de legislatura pura y dura) vaticinando que sin él volverá el Apocalipsis.
Exige diálogo sin el menor recato, mientras se va hundiendo en la miseria de
sus desvergüenzas, cuando jamás admitió la menor sugerencia de la oposición
amparado por esa inmoral mayoría absoluta que les permitía hacer a su antojo lo
que más ayudaba a sus intereses, en la más completa impunidad.
Un individuo como Rajoy y toda su parentela de
corruptos, delincuentes, estafadores, criminales, no
puede gobernar
otra vez nuestro enfermo país.
Mariano cuando ganó el concurso de Reina por un Día,
que presidía el jurado José Mari Aznar.
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