El Vaticano lo consideraba
una línea roja y dio orden a todos sus sacerdotes en España para que criticaran
a Zapatero en sus sermones
La Iglesia católica pactó
con el PP la presentación del recurso contra el matrimonio homosexual
ANA RODRÍGUEZ | 07/noviembre/2012
La Conferencia Episcopal y
su jefe, Rouco Varela, guardan un sorprendente silencio ante la sentencia del
Constitucional. Llamativo porque para el Vaticano el matrimonio homosexual en
la católica España era una línea que no se debía traspasar y por eso pactaron
con el PP una movilización total con manifestaciones en la calle y el recurso
ante el Alto Tribunal.
El Vaticano tiene una
experiencia milenaria en política internacional y sabían que la legalización
del matrimonio homosexual en la ‘católica España’ suponía la caída del
principal muro defensivo de su doctrina con repercusiones en todo el mundo.
La actual curia vaticana no hará un debate en profundidad sobre si es
sostenible su discurso o doctrina en la sociedad actual (se mantiene la prohibición
sobre los anticonceptivos, la investigación con células madre, la reproducción
asistida, se margina a la mujer del ejercicio eclesiástico, se mantiene el
celibato en el sacerdocio, etc…) Es más, el debate se ha cerrado con posiciones
aún más extremas dado el poder y la influencia que ha conseguido el Opus Dei en
la Iglesia católica. El atrevimiento de Zapatero desató todos sus temores y
también provocó que tocaran a arrebato en una movilización sin precedentes
contra un presidente democráticamente elegido por los españoles.
España y Polonia
países estratégicos para el Vaticano
Ante el empuje de nuevas religiones más tolerantes con la vida privada, para el Vaticano hay dos países estratégicos donde era necesario frenar el avance laico y mucho más el progresista: España y Polonia. No olvidemos que el otro gran país europeo católico, Francia, es un Estado Laico en toda su dimensión en el que además la influencia de la religión en la política es mucho menor. Si España legalizaba el matrimonio gay caía un símbolo estratégico para el Vaticano, especialmente por su repercusión en Latinoamérica.
Ante el empuje de nuevas religiones más tolerantes con la vida privada, para el Vaticano hay dos países estratégicos donde era necesario frenar el avance laico y mucho más el progresista: España y Polonia. No olvidemos que el otro gran país europeo católico, Francia, es un Estado Laico en toda su dimensión en el que además la influencia de la religión en la política es mucho menor. Si España legalizaba el matrimonio gay caía un símbolo estratégico para el Vaticano, especialmente por su repercusión en Latinoamérica.
Los temores del
Vaticano se confirman
Para la curia vaticana la intención de Zapatero era muy peligrosa, era necesario pararla a toda costa. Suponía acabar con la imagen internacional de una España católica, conservadora y machista. Y si esa España se atrevía ¿por qué no iban a hacerlo otros países? Era también un atrevimiento porque, cuando Zapatero aprobó la Ley del matrimonio homosexual sólo estaba reconocido en dos países.
Para la curia vaticana la intención de Zapatero era muy peligrosa, era necesario pararla a toda costa. Suponía acabar con la imagen internacional de una España católica, conservadora y machista. Y si esa España se atrevía ¿por qué no iban a hacerlo otros países? Era también un atrevimiento porque, cuando Zapatero aprobó la Ley del matrimonio homosexual sólo estaba reconocido en dos países.
La Ley de Zapatero fue la
más avanzada del mundo, y detrás de él se atrevieron otros gobiernos y sí,
también en Latinoamérica, como ocurrió en la capital de México o en el distrito
de Buenos Aires. Estados norteamericanos, países europeos y hoy mismo Francia,
a la que por primera vez en la historia adelantamos, y con mucho, en derechos
civiles.
La Iglesia católica y Rajoy
han perdido la batalla, aunque Zapatero pagó un precio: la virulenta campaña
mediática que toda la derecha dirigió contra él, en lo político, lo personal y
lo familiar.
Estrategia
conjunta con el PP
Por afinidad ideológica y de creencias, la Iglesia contaba con un aliado político poderoso, el principal partido de la oposición, el Partido Popular. Aunque algunas voces como el alcalde de Vitoria o Alberto Ruiz-Gallardón defendían el matrimonio homosexual, eran muy minoritarias y Rajoy apostó plenamente por la línea dura. Se movilizó como nunca al ultracatólico “Foro de la Familia” y se presentó el recurso ante el Tribunal Constitucional.
Por afinidad ideológica y de creencias, la Iglesia contaba con un aliado político poderoso, el principal partido de la oposición, el Partido Popular. Aunque algunas voces como el alcalde de Vitoria o Alberto Ruiz-Gallardón defendían el matrimonio homosexual, eran muy minoritarias y Rajoy apostó plenamente por la línea dura. Se movilizó como nunca al ultracatólico “Foro de la Familia” y se presentó el recurso ante el Tribunal Constitucional.
Por primera vez se vieron sotanas, nada más y
nada menos que de obispos y cardenales, sujetando pancartas.
A cambio,
sermones contra Zapatero
La Conferencia Episcopal española, con el visto bueno del Vaticano,
La Conferencia Episcopal española, con el visto bueno del Vaticano,
dio orden a todos los sacerdotes,
religiosos y religiosas de toda España de que en todos sus actos, especialmente
en todos los sermones, se arremetiera contra el presidente del Gobierno.
Le calificaban de radical, de anticlerical, de
perseguir la libertad religiosa, de atacar la libertad de educación. Zapatero,
con la Ley del matrimonio homosexual, Educación para la Ciudadanía y la Ley de
la memoria histórica removió lo más profundo de la Iglesia católica, cuyos
curas llegaron a recoger firmas en todos los pueblos de España contra él. Jamás
en la historia de este país se vio nada igual: sotanas sujetando pancartas y
curas enviando a voluntarias y voluntarios casa por casa a recoger firmas contra
Zapatero. Ha triunfado la igualdad de derechos y Rouco y el Vaticano guardan
silencio.
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