Comunidad
Valenciana "Mira bonita, en japonés no te vamos a entender",
recrimina un turista a una dependienta que les atendió en valenciano
"Tu lengua no tiene por qué ser otra que no sea el español que para
eso estamos en España y si no te gusta te vas y trabajas en otro país" le
reprocha una pareja madrileña a una trabajadora de Alicante.
Comunidad Valenciana
Público
"Mira bonita, si
me hablas en japonés no te voy a entender nunca" le contesta una
pareja madrileña a una dependienta que les atendió en valenciano al cobrarles
una prenda de ropa. Junto con este reproche, otras recriminaciones acompañaron
a la pareja de turistas señalando que hablarles en valenciano era una
"falta de respeto".
Sandra, trabajadora
valenciana en el centro comercial Portal de la Marina (Ondara, Alicante),
cuenta en su muro de Facebook el incidente ocurrido. En él relata que la pareja
echó por tierra su lengua materna, diciéndole que su "lengua no
tiene por qué ser otra que no sea el español que para eso estamos en España y
si no te gusta te vas y trabajas en otro país y aprendes a hablar en su propio
idioma".
Sandra asistía en caja cuando
el matrimonio llegó para que les cobrara. En ese momento se dirigió a ellos:
"Seran seixanta-cinc en huitanta, per favor". Y fue cuando el hombre
el que le contestó "mira bonita, si me hablas en japonés no te voy a
entender nunca". Ante esto, ella respondió: "Mire señor, se lo voy a
decir en español para que me entienda: yo no le he hablado en japonés y si
le estoy contestando ahora mismo y no en valenciano, es precisamente para
que entienda que los modos en los que usted se ha dirigido a mí dejan bastante
que desear".
El matrimonio, que estaba de
turismo por la comarca alicantina, continúo recriminando a la dependienta que
le hablase en su lengua materna afirmando que "daba igual como hablase en
su casa" pero que tenía el derecho de atenderles "en español" y
que "si no te gusta que te hablen así, te lo piensas antes de
faltarnos el respeto”.
Sandra se defendió: “Yo no tengo ningún problema en atenderle en español,
inglés, francés o incluso por señas si es necesario para entendernos, lo que no
le voy a consentir es que usted venga aquí de vacaciones a faltarme el
respeto a mí que estoy trabajando en mi tierra. Y si ustedes miran la
legislación correspondiente, podrán comprobar como tengo todo el derecho del
mundo de hablar en valenciano en un establecimiento público, puesto que ambas
lenguas son oficiales por igual en nuestra zona”.
Sandra, dice que la situación
vivida ha sido "paranormal", y no porque estas faltas sean
extrañas o pocos comunes, sino porque lo paranormal es que se normalice.
Multas e
identificaciones por hablar una lengua materna
No es el único incidente que
conocemos por hablar en valenciano. Las confrontaciones
han llegado a casos extremos como es que un policía identifique y anote los
datos de una persona al hablarle en valenciano. Esto fue lo que ocurrió el
pasado 25 de abril en una protesta en la puerta de Les Corts en la que
la la vicepresidenta de la Diputación de València, Maria Josep Amigó, se
negó a hablarle en castellano a los agentes de la Policía.
En marzo, otro hombre fue
denunciado por agentes de Policía en L'Alfàs del Pi (Alacant) por utilizar
su lengua natal. El hombre había aparcado en la puerta del colegio de su hijo
cuando una patrulla de policía se acercó. El padre se dirigió a los agentes en
valenciano y los policías pidieron que se les hablara en castellano. El hombre
repitió que era su derecho expresarse en valenciano. Los agentes
decidieron cachear al hombre con las dos manos sobre el coche ante la mirada
atónita de niños y padres en la salida del colegio.
Los valencianos, no
obstante, no son los únicos que se quejan de problemas de lingüistica. También
en el mes de marzo, un profesor de la Universidad de Barcelona recibió una
multa de 601 euros por hacer "caso omiso de las órdenes dadas por
los agentes" cuando éste profesor quiso ejercer su derecho de hablar la
lengua cooficial de Catalunya: el catalán.
Sandra Alentado Muñoz se sentía Orgullosa de la meua
llengua.
Paranormal la situació viscuda hui en el
treball i no perquè aquesta es caracteritzara per ser estranya o poc comú, sinó
més bé pel contrari, perquè s'està convertint en una situació que, tristament,
"para normal", i més del que desitjaríem.Ens posem en situació. Centre Comercial del Portal de la Marina, Marina Alta, província d'Alacant.
Atenent en caixa com cada dia de l'estiu, en el moment en què lleve l'alarma a una samarreta i un pantaló a un matrimoni d'uns cinquanta anys, em dirigisc a cobrar-los-ho dient-los simplement: "Seran seixanta-cinc en huitanta, per favor". A l'instant l'home em respon "¿Cómo?" i li repetisc amablement "Seixanta-cinc en huitanta, per favor".
La resposta contundent de l'home és directa "mira bonita, si me hablas en japonés no te voy a entender nunca". La cremor que ha recorregut tot el meu cos en eixe moment és molt difícil d'explicar en paraules; sent si la norma predica allò de "el cliente siempre tiene la razón" però el meu jo intern i l'extern l'han placat a l'instant. "Mire señor, se lo voy a decir en español para que me entienda: yo no le he hablado en japonés y si le estoy contestando ahora mismo y no en valenciano, es precisamente para que entienda que los modos en los que usted se ha dirigido a mí dejan bastante que desear". (El diàleg ha continuat així...):
- (Subjecte): “Disculpa que no te haya podido entender, pero si me hablas como me estabas hablando para mí es como si me hablases en japonés o en chino”.
- (Dependenta): “Usted sabe perfectamente dónde se encuentra y sabe que si le estoy hablando en alguna lengua que no es el español, es porque le estoy hablando en valenciano”.
- (Subjecte): “Mira chica, que a mi me da igual como hables tu en tu casa, pero tu tienes el derecho de atenderme a mi en español y punto y si no te gusta que te hablen así, te lo piensas antes de faltarnos el respeto” (PUM! LA FRASE CROSSA DE TOT RETROGRADA LINGÜÍSTIC. JO LI FALTE EL REPECTE A ELLS, JO! SIMPLEMENT PER PARLAR EN LA MEUA LLENGUA!)
- (Dependenta): “El respeto me lo está faltando usted a mi desde el momento en el que ha empezado a echar por el suelo mi lengua”.
- (Dona del subjecte): “Tu lengua no tiene por que ser otra que no sea el español que para eso estamos en España y si no te gusta te vas y trabajas en otro país y aprendes a hablar en su propio idioma”.
- (Dependenta): “Yo no tengo ningún problema en atenderle en español, inglés, francés o incluso por señas si es necesario para entendernos, lo que no le voy a consentir es que usted venga aquí de vacaciones a faltarme el respeto a mí que estoy trabajando en mi tierra. Y si ustedes miran la legislación correspondiente, podrán comprobar como tengo todo el derecho del mundo de hablar en valenciano en un establecimiento público, puesto que ambas lenguas son oficiales por igual en nuestra zona”.
- (Subjecte): “Tu lo que deberías hacer es mirarte esa prepotencia y esas formas que tienes de dirigirte a la gente en valenciano, sabiendo que estás trabajando en un sitio público de una zona turística y que los que vivís aquí, vivís gracias a nosotros y por tanto nos debéis un respeto”.
- (Dona del subjecte): “Esto debería llegar arriba y que tus jefes se tomaran enserio el dejar trabajar cara al público a personas como tú. Qué vergüenza!”
La conversa ha seguit poc més. El matrimoni ha acabat eixint de la tenda plens de falsa raó i ràbia interior. L'única companya que hi havia en la tenda, s'ha quedat bocabadada quan se n'ha adonat de la situació. L'única clienta que hi havia en la cua de caixa, ha saltat dient al matrimoni que tingueren la poca vergonya d'eixir per on havien entrat i no tractar-nos (literalment) com a merdes. La gent que en eixe instant ha pogut ser conscient d'algun moment de la "discussió", ha eixit en la nostra defensa.
No entraré per res del món en debats personals. No diré el que opine d'aquesta gent, ni molt menys els menysprearé. Cadascú se situa en el nivell en què vol situar-se. Només puc parlar sobre mi. Sóc filla d'un matrimoni format per un pare valencià i una mare andalusa; sols puc reconéixer com estic d'orgullosa de totes aquelles persones poliglotes del meu entorn; d'haver-hi nascut en un clima bilingüísta i respectuós. Tant de bo arribara algun dia a comunicar-me en cada individu del món en la seua llengua mare. Tant de bo tinguera eixa sort; eixe enriquiment personal.
Aquestes situacions lamentables, tan sols són la tradició d'una història marcada per l'opressió lingüística del nostre vehicle de comunicació. Com a mestra, posaré tot la meua obstinació a intentar transmetre als més xicotets aquest sentiment de pertinença i d'arrelament lingüísta. Estime la llengua. La meua i la dels altres. Però per damunt d'això, estime el respecte i la comunicació intercultural sense menyspreus ni jerarquies lingüístiques.
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