Ruta por
las misas fachas de Castilla-La Mancha
La Roda y Toledo, en pleno 2017,
exaltan a los golpistas con la connivencia de la Iglesia
ElPlural
L.
RODRÍGUEZ
Mar, 22 Ago
2017
Después de 81 años del golpe de Estado que derrocó al Gobierno legítimo de
la II República, y diez tras la publicación de la Ley de la Memoria
Histórica que prohíbe cualquier exaltación golpista y del régimen fascista
que durante 40 años asoló España, convirtiéndola en una sanguinaria dictadura
presidida por el genocida Francisco Franco.
Después de todo esto, que a cualquier otro país de nuestro entorno
sonrojaría celebrar, en España se continúa a día de hoy quebrantando la Ley
y recordando a franquistas y falangistas con la connivencia y el apoyo
espiritual de la Iglesia española, que lejos de pedir perdón por su
participación activa en la que vinieron en llamar
“santa cruzada nacional” contra los rojos, no duda en ceder iglesias y
curas afines a la causa para oficiar misas y responsos en honor de “los caídos por Dios y por España”, como reza en el
pasquín distribuido por la parroquia de El Salvador de la localidad albaceteña
de La Roda (15.000 habitantes).
“Caídos por Dios y por
España”
Un año más (y van unos cuantos), la parroquia
de El Salvador de La Roda, una de las muchas iglesias españolas que luce
todavía en su fachada grandes e inconstitucionales símbolos fascistas,
falangistas y franquistas prohibidos por la cita Ley de la Memoria y que
su alcalde y senador del PP, Vicente Aroca, elude cumplir, con
denuncias ciudadanas de por medio ante los juzgados, celebrará el sábado, 24 de
agosto, a las 20 horas, una misa en honor de “Los caídos por Dios y por
España”, sin que el obispo de Albacete, la Audiencia Provincial y los
partidos políticos hagan algo por evitarlo, permitiendo herir la memoria de
muchas víctimas cuyos cuerpos aún hoy yacen en cunetas o en fosas comunes como
la existente en el cementerio de La Roda.
“Amigo de los mártires” y de
Cospedal
Que esto suceda en La Roda no sorprende a nadie, conociendo como conocen al
alcalde de la localidad, Vicente Aroca, que hasta hace poco presumía en su muro
de Facebook de ser “amigo de los mártires de La Roda”. De ahí,
suponemos, su negativa a retirar nomenclatura y signos fascistas. Y de ahí la
denuncia de la Marcha de la Dignidad en 2014 exigiendo al regidor Aroca,
arropado por María Dolores de Cospedal, la retirada de los numerosos
símbolos franquistas que jalonan fachadas, calles y rincones de la localidad.
En su denuncia, los querellantes solicitan al juzgado de La Roda que
obligara al alcalde y a la Iglesia albaceteña a eliminar la placa a los
“caídos por Dios y por España”, así como el escudo inconstitucional del
aguilucho, además del monolito que recuerda el paso por la localidad del
cuerpo de José Antonio Primo de Rivera, portado por los falangistas en su
onírico y surrealista recorrido entre Alicante y Madrid en 1936.
Calles y colegios
Vicente Aroca, presidente también del PP partido que gobierna en La Roda
desde 1987, no tiene justificación para mantener el nombre de calles de
golpistas en el pueblo (Mola, Moscardó...), ni tampoco para seguir nombrando un
colegio público “José Antonio”, fundador de la Falange que hasta la muerte
de Adolfo Suárez daba nombre a la principal vía urbana de la localidad,
renombrada ahora con el expresidente del Gobierno. Y no sólo eso, La Roda es de
las pocas localidades que mantienen la Medalla de Oro de la villa al
dictador Francisco Franco, desposeído de este reconocimiento en casi todas
las ciudades, muchas de ellas gobernadas por el PP.
“Los mártires” de El Alcázar
de Toledo
Pero aquí no queda la ruta de las misas
fachas por Castilla-La Mancha. Ni mucho. Falta la principal de todas
ellas que por su localización e importancia convierten el acto de exaltación en
una de las mayores ignominias protagonizadas por los familiares de los
golpistas y de la Iglesia toledana. El caso es que, en septiembre, la Hermandad
de Nuestra Señora Santa María del Alcázar de Toledo, sede en la actualidad
del Museo del Ejército y de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, organiza un
acto de exaltación de las personas que en 1936 se levantaron en armas contra el
legítimo Gobierno de la II República.
En su mayoría militares y guardias civiles que la citada hermandad, que
para más provocación desfiló por primera vez en sus más de ochenta años de
historia en la Procesión del Corpus Christi de este año, se encarga de
mantener viva la memoria de estos “heroicos defensores del glorioso
baluarte”, como catalogan a los sediciosos los familiares y simpatizantes
de estos golpistas, entre los que todos los años se encuentra algún que otro
concejal del PP del ayuntamiento toledano, que no duda en visitar la cripta
donde descansan los restos mortales, entre otros, de Jaime Milans del Bosch.
Con las bendiciones de la Iglesia
Exaltación, sin embargo, que no sólo se celebra con total impunidad en un
edificio público y de la importancia cultural del Museo del Ejército,
sino que cuenta con el apoyo entusiasta de la Iglesia toledana, que año tras
año cede espacios y curia para que la vertiente más fundamentalista del
nacional-catolicismo tenga su día en el calendario y aclame el golpe de Estado
de 1936. Tanto es así que, incluso, en la Catedral Primada existe una
capilla donde diariamente tiene lugar “la Santa Misa, a las 8,30, en sufragio
de los difuntos de la Hermandad de Nª Sª del Alcázar”; es decir, en honor de
los golpistas que se atrincheraron en el emblemático recinto. Letrero que
permanece en la puerta de la capilla 81 años después del golpe de Estado contra
el Gobierno legítimo de la II República, y tras diez de la aprobación de la Ley
de Memoria Histórica que prohíbe la exhibición y exaltación del régimen
franquista.
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