El obispo
de San Sebastián compara a los “ateos radicales” con el Daesh
En su última carta pastoral, José Ignacio Munilla sostiene que el ateísmo
fue “la bandera más utilizada en el siglo XX para justificar el exterminio de
millones de personas en el mundo entero”. Sus críticas también incluyen a John
Lennon por cantar 'Imagine'.
Público
Bilbao
Danilo Albin
Cuando aún no ha pasado un mes de los atentados reivindicados por el Daesh en Barcelona y Cambrils, el obispo de San Sebastián ha dedicado su última carta pastoral a establecer un insólito paralelismo entre quienes él considera “relativistas” y los terroristas del autodenominado Estado Islámico. Yihadismo no, relativismo tampoco es el título del escrito que llegó esta misma semana a todas las iglesias de Gipuzkoa.
“A propósito de los atentados en Catalunya, como ha sucedido cada vez que el terrorismo yihadista ha actuado dentro de las fronteras europeas, se ha reabierto el debate sobre el influjo de la fe religiosa en la paz mundial. He seguido con interés las diversas reflexiones que se han publicado, y aunque no creo que la mía vaya a resultar novedosa, pretendo, al menos, ser pedagógico en mi exposición”, arranca Munilla.
A continuación, asegura que “en las redes sociales” se han producido “una vez más” lo que él define como “ataques habituales a todo tipo de fe religiosa por parte del ateísmo más agresivo, quien considera que la fe en una verdad suprema es la raíz de todo fundamentalismo y el germen de la violencia mundial”. Tras esa introducción, el obispo recurre a uno de los integrantes de The Beatles. Sí, The Beatles. “Este ateísmo radical sostiene que el mundo sería más pacífico sin religiones, tal y como expresaba la conocida canción Imagine, de John Lennon, –recuerda-: "Imagina un mundo sin motivos para matar o morir, sin religión alguna. Imagina a todas las gentes viviendo sus vidas en paz".
Su siguiente pensamiento también está dedicado a Lennon, a quien acusa de ignorar que “mientras él cantaba esa canción, el ateísmo estaba siendo la bandera más utilizada en el siglo XX para justificar el exterminio de millones de personas en el mundo entero”. En esa línea, sostiene que “la consideración de la fe religiosa como ‘opio del pueblo’, llevó a un holocausto de multitud de inocentes”.
En cualquier caso, Munilla admite que “tampoco sería equilibrado afirmar que el ateísmo haya sido la causa de la violencia mundial”. “En realidad, tanto la fe como el ateísmo no han sido sino un mero pretexto para el ejercicio de la violencia –describe-. Matar en nombre de un dios, en nombre de la revolución, o en nombre de la libertad, además de un asesinato, es una mentira. Una mentira que busca dignificarse encubriéndose en supuestos ideales, de los que en realidad carece”.
“La alternativa al yihadismo no puede
ser ni el materialismo ateo, ni el relativismo de una religión hecha a nuestra
medida. El yihadismo se sentiría muy cómodo teniendo a ambos como adversarios.
¡Nuestro relativismo sería su victoria!”
A su juicio, “el relativismo aprovecha la sombra del yihadismo para poner bajo sospecha de fundamentalismo a la fe cristiana que cree en una revelación histórica y objetiva”. Tras citar “unas palabras deliberadamente silenciadas del Papa Francisco” (“También el relativismo hiere mucho a las personas: todo parece igual, todo parece lo mismo”), Munilla afirma que “uno de los mayores éxitos que podría alcanzar el yihadismo es el de generar o reforzar una corriente de pensamiento relativista, hasta el punto de requerirnos a los cristianos una reformulación de nuestra fe”.
“La alternativa al yihadismo no puede ser ni el materialismo ateo, ni el relativismo de una religión hecha a nuestra medida. El yihadismo se sentiría muy cómodo teniendo a ambos como adversarios. ¡Nuestro relativismo sería su victoria!”, remata.
A favor de Hazte Oír
Esta última carta pastoral de Munilla no
provocó demasiada sorpresa en el interior de la Iglesia guipuzcoana, donde ya
son de sobra conocidas sus recurrentes posturas fundamentalistas. En marzo
pasado, mientras las principales ciudades de Euskadi se preparaban para tratar
de impedir la llegada del “autobús del odio” de la organización ultracatólica Hazte Oír, el obispo de San Sebastián salió en defensa de ese
grupo ultra. Lo hizo a través de Twitter, donde comparó la Gala Drag
del Carnaval de Palmas de Gran Canaria con el bus del odio.
“Los que reivindicaban libertad de
expresión cuando estaban ‘abajo’, se convierten en censores en cuanto alcanzan
el poder”
Poco antes, Munilla había escrito otro mensaje muy significativo: “Hemos de aceptar las verdades por verdaderas, y no por agradables…”.
Algunos días antes, el religioso criticaba a la Generalitat de Catalunya por su decisión de “analizar” la charla que iba a dar el homófobo francés Phillipe Ariño. “Los que reivindicaban libertad de expresión cuando estaban ‘abajo’, se convierten en censores en cuanto alcanzan el poder”, criticó. Un par de años antes, llegó a calificar al gobierno del PP de “marxista” por “asumir la aberración de considerar al aborto como un derecho humano”.
Nombramiento polémico
En el marco de su militancia ultraconservadora,
el ahora obispo de Donostia llegó a fundar su propia organización dentro de la
Iglesia. Se trata del Movimiento Loiola, un colectivo tradicionalista que hasta
hace pocos años contaba con fieles repartidos por Zumárraga, San Sebastián,
Bilbao, Pamplona y Logroño. Su registro como “asociación sin ánimo de lucro”
ante el Gobierno Vasco se produjo en 1992, pero su salto decisivo a la fama se
produjo a finales de 2009, poco después de la llegada de Munilla al Obispado de
San Sebastián. Por entonces, distintos religiosos vascos advirtieron que el
Movimiento Loiola funcionaba al margen de la Iglesia oficial guipuzcoana.No en vano, su nombramiento fue respondido por más de cien curas de ese territorio, quienes reclamaron públicamente que su designación fuese anulada. La Conferencia Episcopal miró para otro lado, algo que se repetiría ante cada una de sus polémicas cartas pastorales. La última habla de ateos, yihadistas y John Lennon.
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