23/05/2018
Cómo Zaplana destrozó Canal 9, en siete pasos
Mariola Cubells
23/05/2018
ElHuffPost
Ayer, cuando vi esta imagen de Eduardo Zaplana tras ser detenido en su casa de Valencia, mostrando su perfil izquierdo con todo su esplendor, me fui a muchos años atrás. Me fui a 1998, al despacho de la directora General de Canal 9, Genoveva Reig. Recién aterrizada en la cadena había reunido al equipo directivo.
Ayer, cuando vi esta imagen de Eduardo Zaplana tras ser detenido en su casa de Valencia, mostrando su perfil izquierdo con todo su esplendor, me fui a muchos años atrás. Me fui a 1998, al despacho de la directora General de Canal 9, Genoveva Reig. Recién aterrizada en la cadena había reunido al equipo directivo.
Reig, una mujer férrea, venía de ser la jefa de
prensa de Zaplana cuando este era alcalde de Benidorm y su Directora General de
Medios durante sus dos años de mandato.
- "Os habrán dicho que yo soy del PP", les
espetó con aplomo. "Pues bien, quiero que sepáis que yo no soy del PP, yo
soy de Zaplana".
Aquella fue la primera de toda una retahíla de
declaraciones de principios, que luego se convirtieron en órdenes absurdas,
intolerables o necias. Y que en la cadena se ejecutaron en bloque con solo unos
cuantos periodistas desarrapados y arrinconados, protestando. La directriz más
sonada de la historia de la televisión y que ayer recordé otra vez en toda su
magnitud, también la dio Reig:
Ayer también recordaba con pena, con tristeza y con
cierta sorna, ese momento delirante con uno de los cámaras que recibió la
orden: "Nos llegó a través del responsable de turno, y lo primero que
preguntamos fue el motivo. Y la respuesta fue porque por el perfil izquierdo se
le cae un poco el mentón y no queda bien. ¿Y sabes qué pensé en ese momento?
Pues pensé, vaya, igual que a Julio Iglesias, porque me acordaba de que el
cantante también tenía un perfil proscrito y sus gorilas siempre nos impedían
grabarlo por ahí".
A Zaplana no se le pude grabar por el perfil
izquierdo
Los
cámaras, al principio, no le dieron demasiada importancia, pero cuando vieron
que no obedecer tamaña estupidez tenía consecuencias en forma de broncas o
defenestraciones, se plantaron. Así que la dirección decidió contratar a dos
cámaras externos para las salidas del presidente.
"Pero antes de que eso pasara, de que fuéramos
apartados de la cobertura de Zaplana, pasó algo divertido. Me enviaron a un
acto en Moscú con Zaplana y Julio Iglesias y yo llegué y no sabía dónde coño
ponerme. Si grababa desde un lado incumplía la orden de Canal 9 y si me ponía
del otro, la del séquito de Julio Iglesias. La cosa concluyó con los gorilas
del cantante apartándome de un manotazo del sitio equivocado".
La obsesión de
Zaplana por su imagen no había empezado al llegar al poder
Ayer
recordaba eso y otras tantas cosas con los colegas periodistas que sufrimos,
sufrieron, los desmanes de Zaplana y de los suyos. Mis compañeros realizadores
me refrescaron la memoria con otros momentos anecdóticos que lo cuentan todo,
como cuando se enviaban equipos a seguirlo en los desplazamientos que hacía con
el Valencia CF.
"Teníamos
que grabarle imágenes concretas y declaraciones, claro. Las enviamos con el
satélite, y siempre antes que las de los jugadores, por si acaso. Más de una
vez, llegaban las de Zaplana y no las de los jugadores. Un horror, vamos".
No sin mi peluquero
Pero
esta obsesión por su imagen no había empezado al llegar al poder. En 1995,
cuando Eduardo Zaplana aún estaba en la oposición acudió a Canal 9 a participar
en el debate electoral con el resto de candidatos. La cadena, evidentemente,
contaba con un amplio equipo de maquilladores y estilistas. Pero, el que poco
tiempo después se convertiría en presidente de la Generalitat, se trajo a sus
propios estilistas y no dejó que los profesionales de la tele lo acicalaran.
Pidió
también una silla diferente de la asignada, sin dar explicaciones, y una mesita
auxiliar para colocar sus papeles. Había querido también traer a su propio
experto en realización, pero eso, claro, le fue negado. Su hombre de confianza
en aquel momento, que controlaba la campaña electoral, José Vicente
Villaescusa, observó todos los detalles desde el control.
"Y
entonces le dices, bueno yo una comisioncita. Le pides dos millones de pelas o
tres de lo que quieras..."
Algo
insólito, por cierto. Unos meses después, ya con Zaplana en el poder, Villaescusa
sería el primer director general de la tele autonómica. Cuando fue nombrado
presidente de la Generalitat, hacía ya muchos años que había tenido aquella
famosa conversación en el caso Naseiro con el regidor del ayuntamiento de
Valencia, Salvador Palop:
Zaplana:
A lo mejor se queda con el solar y hacemos ahí una cosilla, ¿eh? Tú haces de
intermediario de la venta, que yo no puedo, y tú pides la comisión a Javier
Sánchez Lázaro. ¿Eh? Y luego nos la repartimos bajo mano.
Palop:
Pero, ¿para venderlo a...?
(...)
Z:
Y entonces le dices, bueno yo una comisioncita. Le pides dos millones de pelas
o tres de lo que quieras...
P.-
Bueno, le pido más...
Z.-
¿Eh? Lo que te dé y me das la mitad bajo mano.
P.-
Pues si tenemos que repartir, joder...
En
cambio, nunca pronunció una frase que se ha puesto mil veces en su boca:
"Estoy en política para forrarme". Seguid conmigo y veremos quién la
dijo... Así que cuando los valencianos le votaron para hacerlo presidente, más
o menos se sabía quién era. Puso en la tele a sus jefes de gabinete, sus jefas
de prensa, sus directores generales de comunicación, que es la mejor manera de
no tener que ir dando consignas todo el rato, de dejar a los directivos
trabajar a su libre albedrío.
El
primero en llegar a la dirección, de la mano del citado Villaescusa, fue Jesús
Sánchez Carrascosa, que había sido jefe campaña de Zaplana. Durante su mandato
en Canal 9 ambos sentaron las bases de lo que sería una de las televisiones
autonómicas más desprestigiadas del panorama. Y pionera en todo lo malo.
1. En programar telebasura
Recordemos
que aquí nació Tómbola. Porque una de las máximas de Zaplana que
siempre apuntaba alto, era lograr cualquier cosa a cambio de la audiencia. Sin
pudor.
Bajo
el mandato de ambos también se emitió el programa El jui d'Alcasser, denunciado social y
judicialmente y que fue de una vergüenza infinita. Lo sé porque yo
trabaje allí.
Hoy Carrascosa regenta
una tienda de productos ecológicos. Es un dato.
2. En
crear redacciones paralelas
Cuando
uno hereda una plantilla de periodistas por oposición a los que no puede echar
y no puede doblegar, lo que hace es crear una redacción alternativa con otros
profesionales capaces de decir que "esto es un huevo" cuando lo que
se está enseñando es una barraca de feria, por poner un ejemplo al azar.
Este
comportamiento se extendió pronto por otras teles autonómicas. En ese momento
eran unos 600 trabajadores. Los que se mostraron díscolos fueron apartados de
informativos a programas menores, a deportes, a galeras, a pasillos. En su
lugar llegaron hordas de periodistas afines que no ponían pegas a nada. La
cadena dobló su plantilla en un abrir y cerrar de ojos. Llegó a tener 2.000.
Cuando se cerró tenía 1.800 trabajadores. Zaplana también dejó clara la
necesidad de obedecer para no ser arrinconado.
3. En convertir la manipulación y la censura informativa en un
modelo de comportamiento
Nadie
NO afín al PP y a Zaplana tenía cabida en los puestos de mando ni por supuesto
en pantalla. Los esbirros de Zaplana sentaron las bases y cuando llegó Camps
todo estaba atado y bien atado. Por eso no hubo problemas para que NO hablaran
de Gürtel, ni del accidente del metro, ni de los trajes. Nunca me cansaré de
recordar estos momentos de Manu Ríos, una de las presentadoras destacadas de la
casa aquellos años:
4. En usar la tele sin remilgos para cultivar su imagen
Vamos
con un dato: tal y como recogió en uno de sus muchos informes el combativo
comité de redacción de la cadena, entre mayo de 1999 y agosto del año 2000
Zaplana apareció cinco veces más en los informativos que toda la oposición junta.
Zaplana salió en pantalla 318 veces frente a las 31 en que lo hizo algún
dirigente socialista o las 29 en que fue uno de EU. Por otra parte, el PP
acaparó el 80% de la información en los días previos a las elecciones generales
de marzo del año 2000. Había informativos en los que llegaba a salir tres veces
por cuestiones diferentes.
5. En el endeudamiento feroz
Contratar
a estrellas de la farándula: tuvieron programa propio en la cadena gente como
Terelu, Mar Flores, Julian Lago, Sánchez Dragó, Cristina Tárrega, José Luis
Moreno (que obtuvo gracias a todos los valencianos, por su Noche sensacional,
8 millones de euros) o Bárbara Rey. Pagar los costes de Tómbola (32 millones de euros de 1997 a 2004) o de los
tertulianos que traíamos de Madrid y que a cambio escribían loas sobre Zaplana
en sus medios nacionales. Pagar sobrecostes de productoras afines. Pagar
favores contratando a hijos, a los cuñados, a los hermanos y alguna que otra
fallera mayor.
Todo
eso costaba mucha pasta. Pasta que salía de los fondos públicos. Así, la deuda
de la tele cuando cerró en 2013, tras 24 años de gestión, era de 1.300 millones
de euros. Cuando el PSOE la dejó, en 1996, la deuda ascendía a 22 millones.
6. En ir a negro
Fuimos
la primera tele autonómica que se CERRÓ; la primera que
hizo un ERE, que después la justicia anuló; la primera que no aceptó la
decisión judicial, y la primera que tuvo que volver a contratar y tener en
nómina durante meses a sus trabajadores cuando ya la tele estaba en negro.
Gestión impecable, sin duda.
7. En
instalar la decrepitud moral
Permitió
que el secretario general y jefe de recursos humanos, amigo personal de Zaplana
(y el que pronunció esa frase de la que hablaba al principio, "estoy en
política para forrarme") abusara y acosara sexualmente de tres periodistas de la
cadena. Con buena parte de la redacción callada y con el mirar para otro lado
del resto de la cúpula directiva.
BONUS TRACK
Ayer
también, cuando veía la cobertura, tibia, de la detención en Los Desayunos de TVE
recordé que la directora adjunta de ese programa, Elena Sánchez Pérez, fue su
fiel escudera, su jefa de prensa, durante sus años como ministro de Trabajo y
como portavoz.
Pensé
en la pelea que llevan a cabo ahora los profesionales de la tele pública por
dignificarla. Y recordé con tristeza cómo el Comité de Redacción de Canal 9 le
estuvo enviando a Zaplana, durante un año entero, una carta diaria pidiéndole
una reunión para hablar del deterioro de la cadena. Jamás contestó y jamás los
recibió. Ese es el Zaplana de la foto, además del que ha sido detenido por
blanqueo de capitales.
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