La “ley
mordaza”, un paso atrás en nuestra débil democracia
Cuando
cambien las cosas, y cambiarán dentro de un año, de lo primero será derogar
esta ley, y puede hacerse en muy pocos días si existe verdadera voluntad
política
12/12/2014
ElPlural
Fernando de Silva
Si hace 48 horas el Gobierno, a través del Consejo General del Poder
Judicial, daba un golpe
mortal a nuestro Estado de Derecho, al atacar directamente la
independencia de los jueces, inhabilitando “de facto” al juez Ruz para
que pueda finalizar la instrucción del caso Gürtel; en el día de
ayer, con la aprobación definitiva de la “ley mordaza” en el Congreso de los
Diputados, se consumó un ataque directo a derechos fundamentales, al limitar
los derechos de manifestación y de reunión, con la fijación de multas de
cuantías desorbitadas, las que, sin intervención judicial previa, se
podrán imponer en vía administrativa a quien ose transgredir una norma legal
propia de un régimen autoritario, que nos recuerda a los tiempos de la
dictadura franquista, que creíamos ya superados.
La nueva Ley de Seguridad Ciudadana es claramente
inconstitucional. El problema es que interponer un recurso contra la misma ante
el Tribunal Constitucional puede resultar frustrante desde el momento que sus
magistrados carecen de la independencia necesaria al haber sido nombrados por
los partidos de la casta, a los que deben rendir pleitesía y obediencia; y
podría ser incluso contraproducente, ya que corremos el riesgo de que una
interpretación involutiva la respaldase, consagrando definitivamente la
limitación de los derechos fundamentales que incluye nuestra Carta Magna.
Hay muchas maneras de convertir un sistema democrático
en un régimen totalitario. El método más eficaz y rápido es del golpe de
Estado; pero cuando éste resulta inviable o poco estético, en cuatro años
de gobierno con mayoría absoluta de un partido ultraconservador se puede
conseguir el mismo objetivo. Y en la práctica los derechos democráticos están
quedando en nada, o en muy poca cosa.
El Gobierno del PP ha conseguido en tres años acabar
con la independencia de los medios de comunicación públicos, controlar los
privados imponiendo cambios en la dirección de los que no les siguen sus
consignas, colocar los cimientos para acabar con la enseñanza pública,
potenciar la sanidad privada en perjuicio de la pública, acabar con la
independencia judicial expulsando a los que no les son afines, imponer las
decisiones del Tribunal Constitucional a través de sus fieles magistrados,
potenciar la desigualdad social marginando a las personas más débiles, derogar
por la vía del estrangulamiento presupuestario la Ley de Dependencia, favorecer
los intereses de los bancos y las grandes empresas; y así podríamos seguir
indefinidamente. Y, como les parecía poco, limitan ahora los derechos de
reunión y manifestación con una ley claramente coactiva y retrógrada.
El próximo año será vital para desalojar del poder a
una derecha reaccionaria, que puede acabar con nuestra democracia. Pero debemos
ser firmes en nuestras decisiones para cambiar el futuro, y no dejarnos engañar
por la multitud de embustes, mentiras y manipulaciones que surgirán del
Gobierno y del partido que lo sustenta en los próximos meses.
Tendremos que
demostrar que nuestra democracia es recuperable, y somos mayores para cuidarla,
respetarla y fomentarla; solo así conseguiremos que lo que está ocurriendo
ahora lo veamos como una mala pesadilla.
Por cierto cuando cambien las cosas, y cambiarán
dentro de un año, una de las primeras misiones será derogar la denominada “ley
mordaza”, para recuperar nuestras libertades. Se puede hacer en muy pocos días,
y sin pérdida de tiempo, si existe verdadera voluntad política. Entre todos
Podemos.
Fernando de Silva es abogado y autor del blog SInLaVeniA
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