El Estado de la Nación
Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno estuvo en el
Congreso autocomplaciendose de sus propias mentiras.
Es difícil encontrar en la historia reciente de este
país un gobernante tan nefasto. José Mari Aznar, su padrino, recurrió a él en
última instancia después de las reiteradas negativas de Rodrigo Rato que tenía
unas perspectivas mucho más lucrativas. Señaló con el dedo al más inútil con la
idea malsana de regresar en un futuro más o menos próximo en calidad de
salvador, tan poca era la confianza que le inspiraba. Fraga le había obligado a
casarse si quería progresar en política permaneciendo, eso sí, dentro del
armario. La Trotona de Pontevedra debía pasar a la historia.
En el debate se mostró insolente, hipócrita, mentiroso,
maleducado y grosero con la oposición. No le gusta que le digan las verdades.
Volvió con sus promesas (no ha sido capaz de cumplir
ni una sola de las muchísimas que hizo estando en la oposición) insistiendo en
crear un millón de puestos de trabajo (en varios años por lo que habría que
volver a votarlo). Teniendo en cuenta los tres millones y medio que prometió por
medio de uno de sus acólitos Esteban González Pons nos encontramos con una
promesa de seis millones y medio de puestos de trabajo.
Mintió, mintió y no ha dejado de mentir…¿Por qué debemos
de creerle ahora?
El Estado de la Nación
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