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miércoles, 4 de febrero de 2015

Curas pedófilos de Granada, malnacidos, hijos de la Gran Puta.

“Si el Papa le ha dado estos vuelos al niñito, estamos apañados”
AMINA NASSER / 1 Feb 2015
andaluces.es
“Nos tenemos que preparar, de aquí a nada nos llaman a declarar”, le dice Francisco José Campos, exjuez diocesano, a su interlocutor, que la Policía Judicial no identifica en el sumario. La conversación tiene lugar el 17 de noviembre, el mismo día que trascendió la investigación judicial en la que estaban encartados diez curas diocesanos y dos laicos.
Las escuchas telefónicas practicadas a los miembros del grupo ‘los romanones’ por supuestos abusos sexuales a menores duraron unos pocos días. Los teléfonos fueron intervenidos el 17 de noviembre, un mes después del inicio de la investigación penal y de que el propio arzobispo de Granada, Javier Martínez, pusiera sobre aviso a los imputados al suspender ‘a divinis’ a tres de los diez sacerdotes encartados: Román Martínez Velázquez de Castro, a quien consideran el ‘líder’ del grupo, Manuel Morales Morales, expárroco de Órgiva, y Francisco José Campos.
De las conversaciones aparecidas en el sumario, al que ha tenido acceso andalucesdiario.es, se deduce que los imputados pudieron armar con la suficiente antelación una estrategia para montar su defensa. Casi todos los diálogos de los imputados se refieren a la investigación penal, a las citaciones de la Policía Judicial, al proceder de la Iglesia y del Papa, a las publicaciones de la prensa sobre el caso, al denunciante principal, D. R., de quien dicen que es como el pequeño Nicolás o a la posible prescripción de los delitos que les imputan.

“HA ENGATUSADO AL PAPA”
El día 17 de noviembre, los tres sacerdotes imputados como supuestos autores de los abusos sexuales estaban en Salamanca.
-“Tenéis que estar tranquilos. No han salido nombres, no hay nada de nombres”, le dice Francisco José Campos a su familia.
-“Si lo mejor que puede pasar es ya que podamos hablar nosotros y que podamos defendemos, que ahora van a ser, lo mismo hoy, que mañana, dos días de noticias que yo os aconsejo que no las veáis para que no os pongáis peor, y ya está, y ya está, que éste ya sabéis que es un delincuente y que además, ha engatusado, por desgracia al Papa…”
En esa conversación, Campos les pide a sus familiares que estén tranquilos, que están en Salamanca para hablar con los profesores de allí, que ya les habían dicho que era previsible que el tema “podía saltar”.
-“Y ha salido y ya está, y la prensa le da a esto mucha trascendencia, pero ya está, no os agobiéis”.
-“Es que me cago en sus muertos, hijos de puta, blasfemos, que son unos hijos de puta y unos blasfemos”, comenta su interlocutor, a quien este diario prefiere no identificar al no ser objeto de la causa penal.
En su respuesta, el exjuez diocesano se refiere al denunciante principal, el joven D. R., que denunció los supuestos abusos al Papa, al arzobispo de Granada y a la Fiscalía.


“VAMOS A MOVER LOS HILOS QUE TENEMOS QUE MOVER”
-“…Sabemos que es un delincuente que quiere hacemos daño…y gente que le ha dado crédito, no deberían de haberle dado crédito y más sin contrastar las noticias, sin haber hablado con nosotros… además tiene malas ideas y quiere hacer daño, pues tiene muchos medios y él se ha ido donde sabe que puede hacer daño, pero bueno, nosotros estamos en buenas manos y vamos a mover los hilos que tenemos que mover, pero por los cauces que hay que hacerlo… Si nos ponemos nerviosos, si empezamos a actuar indebidamente, al final le estamos dando carnaza a la prensa, le estamos dando carnaza la gente de fuera y esto quien tiene que decidir en última instancia son los jueces y es la Iglesia… ahí es donde nosotros estamos moviéndonos ahora”.
De las conversaciones se desprende que los imputados sospechaban que sus teléfonos estaban intervenidos. En varias ocasiones afirman que no pueden hablar más por teléfono y, de hecho, alguien les advierte de que los teléfonos podían estar ‘pinchados’.
-“Estamos en Salamanca, hemos venido a ver al abogado este canónico y hablar un poco con él… viendo un poco cómo plantear las cosas…”, explica Campos a un miembro de su familia, con quien habla de las filtraciones a la prensa.

“COMO EL PEQUEÑO NICOLÁS”
-“Este que es un iluminado, es que es como el pequeño Nicolás… pero es un delincuente con piel de cordero y que ha enredado al mismo Papa y a todo el que ha podido…”, comenta en alusión al joven denunciante.
-“Si el Papa está detrás de todo esto y le ha dado estos vuelos al niñito, estamos apañados”, afirma.
En esa conversación, parece haberse gestado la idea de movilizar a su gente para escribir cartas de apoyo a los imputados dirigidas al Papa.
-“El Papa ha leído su carta y lo ha llamado por teléfono” (en referencia al denunciante), ¿Por qué las personas que se sienten también víctimas de esta situación y de un juego sucio, no tienen derecho a que se las escuche?, reflexiona Campos con su interlocutora.

“LO DICE HASTA EL SUBDELEGADO DEL GOBIERNO”
Al día siguiente, el exjuez diocesano llama a uno de los miembros del grupo:
-“Estamos de camino, vamos por Despeñaperros, se habla incluso de que no se descartan detenciones inmediatas, estamos asustados, lo dice hasta el Subdelegado del Gobierno, me parece increíble que la Policía venga a por nosotros a nuestro domicilio”.
Su interlocutor lo tranquiliza, le dice que no se fíe de la prensa, que hay que llamar a su abogado.
En otro momento, lo llama un miembro del grupo para comunicarle que la Policía judicial ha citado a uno de ellos para declarar:
-“Que se vaya para allá y ya está, que sea prudente… Dile que esté tranquilo, que sea natural, y ya está… y que no tiene obligación de contestar todas las preguntas, y si no sabe o no se acuerda pues ya está”.
EL PAPA “HA SIDO EL QUE LO HA LIADO TODO”
En una de las llamadas que recibe, Campos explica a su interlocutora que están citando a declarar a varios miembros del grupo. Hablan de cómo se están cebando con ellos los medios de comunicación, del comportamiento del Papa, de quien dicen “que ha sido el que lo ha liado todo por responder a la carta de ese tío”.
-“El mismo Papa ha metido la pata dándole su apoyo a una persona que ni conoce, que te ha venido con una carta de cinco folios, que pueden ser totalmente inventados, por muy coherente que le parezca a usted su argumentación, pero ese señor es un pequeño Nicolás, es un delincuente de guante blanco…”
-“Es un lobo con piel de cordero…”, responde su interlocutora.
-“Este hombre tiene una cosa que es lo que nos está matando; que vivió un año con nosotros… y tu sabes cómo vivimos, que vivimos como una familia…lo nuestro no es un seminario que cada uno tiene su habitación. No… compartimos las habitaciones, tenemos una vida de familia, tenemos la piscina allí en la casa, nos bañamos allí…O sea, él conoce al detalle nuestra vida. Basta que quieras interpretar mal cosas o quieras ir un poco más allá… Tú puedes darle la vuelta a la tortilla…Si yo voy diciendo que esto ha pasado, es tu palabra contra mía…

“SI PIDE PERDÓN ES QUE YA HA CONDENADO…”
El exjuez diocesano agrega después:
-“El Papa ha metido la pata. Si eso lo ha hecho oficialmente, ha violado el derecho de la Iglesia y humano… porque el Papa le pide perdón; cuando tú pides perdón eso significa que ha habido un delito, que ha habido un mal. Él ha pedido perdón en nombre de la iglesia, con lo cual está reconociendo que ha habido un mal. Si el Papa, que es juez supremo de la Iglesia pide perdón, quiere decir que él ya ha condenado… ¿Cómo puede haber condenado si no ha oído a la otra parte?… Eso es un vicio judicial que va contra el derecho…”
En sucesivas conversaciones telefónicas son frecuentes las alusiones a lo que consideran una “metedura del Papa” por llamar al joven denunciante y pedirle perdón… También aluden a las “ganas” que le tienen los medios al arzobispo “porque es un impresentable”, a las propiedades que les atribuye la prensa, a la presión mediática y a lo que califican de “linchamiento público”.
“YA NO SE ARREGLA AUNQUE NOS DECLAREN INOCENTES”
-“Eso ya no se arregla, aunque nos declaren inocentes, ya el estigma ese lo vamos a llevar pa to los restos…”, le dice Campos a otro de sus interlocutores.
-“Esta muy complicado… Es el Papa pidiendo perdón ha sentenciado”, afirma después para referirse al joven denunciante:
-“Yo tengo ya muchos datos… por teléfono no puedo hablar mucho, pero bueno que alevosía hay de sobra, o sea, entonces que se ha presentado con piel de cordero y el Papa ha caído en la trampa…”
Manuel Morales, otro de los imputados, también cuestiona la actuación del Papa en las conversaciones que mantiene con sus interlocutores. Durante la estancia en Salamanca de los tres supuestos autores de los abusos, otros miembros del grupo llaman a Román para leerle lo que dice la prensa del caso. Uno de los que le pone al día es el párroco de Ogíjares, Ángel Moreno, también miembro del grupo e imputado como presunto encubridor.

“ESTO HA COGIDO UNAS MEDIDAS DESPROPORCIONADAS”
-Román: Dice que la policía está ya para detenernos.
-Ángel: ¡Vamos, vamos, vamos! yo ya…
-Román: Es demencial.
-Ángel: El abogado que ni mucho menos, eso te mandan una citación y…
-Román: Yo ya no sé por dónde va esto, ya es que ha cogido unas medidas desproporcionadas.
-Ángel: Es que esto va a una velocidad enorme. Sí, sí, ¡bueno! Sabemos que están llamando a gente….
-Román: ¿Cómo?
-Ángel: Que sabemos que están llamando a gente para declarar, eso sí lo sabemos.
-Román: ¿Por qué? Porque habéis oído algo.
 Ángel: Sí, sí, sabemos de unos, ya cuando lleguéis hablamos.
Otros interlocutores comunican a los miembros del grupo que ya tienen las cartas preparadas para mandarlas al Papa.
“HACEDLE LLORAR LA PAPA TAMBIÉN”
-“Sí, y en esas cartas hacedle llorar al Papa también, ¿vale?”, dice el expárroco de Órgiva en un diálogo. El mismo cura les pide a miembros de su familia que escriban su carta al Papa con palabras y expresiones fuertes, contundentes, pero con educación. “Que le pidan al Papa que les haga la misma llamada que le hizo al denunciante”, indica la transcripción de la conversación recogida en el sumario.
Las escuchas telefónicas incluyen las impresiones de algunos curas imputados tras prestar declaración ante la Policía Judicial. Así, el párroco de Órgiva, José Gabriel Flores, llama a Manuel para decirle que todo ha ido bien “y que la declaración ha sido muy tonta, muy rara y la denuncia sencilla”.
Durante los días en que tuvieron los teléfonos intervenidos, los curas, que aluden en varias ocasiones al posible pinchazo, evidencian que se han puesto de acuerdo en la línea argumental de su defensa.
-“…Hemos estado hablando entre nosotros esta tarde y viendo un poco como hay que presentar eso”, dice Román en una conversación. “… Hay que medir muchas cosas, tener en cuenta muchos detalles, cosas que hay que declarar y recordar y hacer ver, y poner de relieve y subrayar, es decir todo eso es lo que queríamos haber hablado, que lo hemos hablado con los demás pero con él no hemos podido”, señala, en alusión al primer imputado que fue a declarar.
“LO DE LAS CARTAS AL PAPA NO LO DIGÁIS”
-“En la Iglesia tenemos ahora el problemón, es que este muchacho se ha metido al Papa en el bolsillo, si ahora se pone en evidencia que el Papa se ha equivocado siendo tan atolondrado, pues como comprenderás van a tratar de que eso no pase, ¿y cómo es el modo?. Eliminándonos, porque el Papa no se puede equivocar”, le dice Román a una mujer, a la que le comenta que están pensando que la gente que los conoce le envíe cartas al Papa.
El 28 de noviembre, unos días después de la detención de los tres sacerdotes y el profesor de Religión y su puesta en libertad con cargos, el cura Ángel Moreno llama a uno de los miembros del grupo, quienes comentan que van a llevar una carta en mano a Roma y dicen que se la juegan si trasciende que el Papa va a recibir a un familiar de ellos. Le pide que recopile todas las cartas de apoyo dirigidas al Papa, pero que no comente con nadie que las van a enviar. “Me han dicho que como se filtre estamos muertos, ¿entiendes?”, afirma. Un día después, insiste con otro interlocutor. “No vayáis a decir nada. ¿Sabes a lo que me refiero? No quiero decirlo por teléfono. ¿Lo sabéis, no? Lo de las cartas que no lo digáis a nadie, que como se filtre se puede echar a perder el negocio”.


A vueltas con ‘los romanones’

¿Qué vientos son estos actuales –se pregunta el autor– que han hecho al Papa, populista y peronista sociológico, engancharse al vagón de la memoria histórica y atreverse a reconocer los pecados propios?

JUAN ALFREDO BELLON / Granada / 1 Feb 2015
A fuerza de pensar en ello, tengo que decir que no conozco un homosexual mariquita en el desempeño de la labor sacerdotal en la Iglesia Católica. De hecho, puede decirse que las instituciones eclesiásticas oficiales siempre han sabido filtrar perfectamente a sus plumíferos y los han apartado de las primeras filas de la liturgia. Solo he conocido ese amaneramiento feminoide en los servicios auxiliares eclesiásticos y monacales: legos, diáconos, porteros, fratelli, castratti y personas por el estilo que siempre desempeñaban trabajos muy secundarios y nunca labores pastorales ni de especial protagonismo apostólico.

Y también debe decir, basándome en mi experiencia de visu y de trato, aunque no senso biblico, que jamás conocí a un cura pederasta que no los tuviera muy bien puestos e, incluso, que no presumiera de ello, porque esa inclinación tenía un carácter sustitutivo y resultaba un desahogo posibilista de la sexualidad pues, a falta de pan (siendo las mujeres un género vedado por el voto de castidad) buenas son las tortas de lo próximo y accesible (monaguillos, cursillistas, alumnos y compañeros de seminario, etc.), personas sobre las que los investidos con la autoritas pastoral tienen una gran proximidad y mayor ascendencia.

Sentadas estas premisas, lo que se describe en los autos judiciales recién desvelados por el juzgado granadino que entiende del llamado caso de los romanones es, no por frecuente y sabido en el conjunto de nuestra sociedad, menos escalofriante y horroroso: el acoso y derribo de (por ahora) cuatro víctimas infantiles, obligadas física y moralmente a someterse a la voluntad libidinosa de los sacerdotes en quienes se había depositado el encargo de guiar su espiritualidad cristiana. Los “argumentos” no pueden ser más estremecedores y kafkianos: Dios es amor; déjate llevar por su voluntad; no reprimas lo divino de tu sexualidad; vívela con naturalidad; déjala libre y hazla y hazte libre tú también, etc.
Pero dentro de lo malo, lo que me ha producido una cierta satisfacción ha sido saber que alguien le ha filtrado al Papa mis reiteradas peticiones de que no se traslade de sede al señor Martínez y que se le haya asegurado en cierto modo su continuidad (el Papa me ha pedido que me quede; que no me baje de esta cruz). A saber en qué postura estaría pensando don Francisco cuando don Francisco Javier creyó oír esas palabras. Ya sabemos con quién se las habrá de ver la feligresía granadina y, sobre todo, la de los curas encausados, que siguen trabajando como si nada en sus respectivas parroquias.

En lo que a mí respecta, me doy por casi satisfecho con el conocimiento general de los pederastas aunque solo me quedan dos cosillas por puntualizar. La primera que, pase lo que pase en el procedimiento civil seguido contra los Romanones (obsérvese que no se hacen llamar Romanonas, tan machos ellos, como el Espíritu Santo), estarán condenados de por vida en el sentir popular, hayan prescrito o no los crímenes que se les atribuyen y sean o no condenados por los tribunales civiles. Y la otra, mucho más sutil que me sugirió un amigo homosexual, progresista e incapaz de hacer daño a nadie y tan indignado como yo con el proceder de los supradichos. ¿Porqué cargar al arzobispo Martínez con la responsabilidad de lo ocurrido y de lo no reprimido con suficiente diligencia en su archidiócesis? Vale que se haya hecho el remolón en descubrir y castigar estos desmadres, pero ¿y los anteriores pastores granadinos, el bondadoso José Méndez Asencio (RIP) y el ahora purpurado y arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares? ¿Acaso es la primera vez que se conocen y denuncian las más diversas trasgresiones sexuales bajo las sotanas de los clérigos seculares y regulares? La Iglesia tildaba de anticlericales, ateos y enciclopedistas a quienes nos hemos hecho eco de esta inveterada tradición eclesial. ¿Se habrá abobado ahora a ella este Papa Francisco? ¿Qué vientos son estos actuales que lo han hecho a él, populista y peronista sociológico, engancharse al vagón de la memoria histórica y atreverse a reconocer los pecados propios y a  sacudir el polvo de las alfombras y esteras vaticanas?
¿Cómo estarán Sevilla y Roma cuando, como parece, no quieren trigo?


La Policía considera “desproporcionadas” las propiedades de los ‘romanones’
AMINA NASSER / 5 Feb 2015
andaluces.es
No hicieron voto de pobreza y parece que tampoco lo son. Los sacerdotes imputados en el mayor escándalo de pederastia del clero descubierto poseen un patrimonio “desproporcionado” o “no congruente con su actividad laboral”, según las conclusiones de la investigación realizada por el Grupo de Delitos Económicos de la Policía incluida en el sumario del caso.
El Grupo de Delitos Económicos tenía encomendada una investigación patrimonial “íntegra y exhaustiva” de los bienes, cuentas, donaciones, y herencias tanto de los doce miembros del grupo ‘los romanones’ (diez sacerdotes diocesanos y dos laicos) imputados como supuestos autores o encubridores de abusos sexuales, como de la farmacéutica de Órgiva María Rosario Muñoz Morillas, fallecida en 2008, que nombró albaceas de su herencia a dos de los curas del grupo.
Los agentes adscritos al grupo realizaron una consulta preliminar relativa al patrimonio inmobiliario de los imputados y a otros bienes, como vehículos. El informe, del pasado 9 de enero, contenido en el sumario, al que ha tenido acceso este periódico, desvela que el patrimonio de los encausados puede ser “excesivo” o “no justificado en relación a los ingresos medios habituales de las profesiones que ejercen los investigados”.

EN BUSCA DEL ORIGEN DEL DINERO
El Grupo de Delitos Económicos realizó consultas al Notariado y al Registro de la Propiedad pero no pudo esclarecer “la forma de pago” de los bienes que posee el grupo ni el origen del dinero con el que se abonaron las propiedades.
Muchas de las propiedades de los miembros del grupo proceden de herencia familiar, según se deduce del informe policial incluido en el sumario. De hecho, el líder del grupo, Román Martínez Velázquez de Castro, expárroco de la Iglesia San Juan María de Vianney, pertenece a una familia adinerada de la zona Norte de la provincia de Granada y adquirió buena parte de sus propiedades por herencia familiar.
Pese a ello, y a que la “totalidad” de las propiedades de los miembros del grupo fueron adquiridos antes de la muerte de la rica farmacéutica de Órgiva, el Grupo de Delitos Económicos considera “necesario e indispensable” seguir indagando en el origen de las posesiones de los imputados, tanto de “las cantidades con las que se pagaron” las fincas como de otros bienes que pudieran poseer: cuentas bancarias, depósitos, inversiones financieras, concesiones administrativas, créditos y avales, cajas de seguridad…”

INFORME DE LA AGENCIA TRIBUTARIA
Por ello, los investigadores solicitaron al juez instructor del caso, Antonio Moreno, que librara un mandamiento judicial dirigido a la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) para pedir un informe patrimonial y otro fiscal de los imputados.
La investigación de la Agencia Tributaria sigue su curso, según fuentes cercanas al caso. El informe de la AEAT no aparece aún en el sumario, en el que sí hay referencias a hipotéticas vinculaciones del patrimonio de ‘los romanones’ con la fortuna de la farmacéutica de Órgiva.
De hecho, en las escuchas telefónicas practicadas por la Policía Judicial a instancias del juez, figura la trascripción de una enigmática conversación entre Román con un tercero relativa a la herencia de la boticaria. El 22 de noviembre, poco antes de las 10 de la noche, el sacerdote recibe una llamada. Su interlocutor le dice:
-“Para ver si es posible que me dejes, pues hemos visto que ha salido una foto del testamento de la señora de Órgiva… ha salido una entrevista por la cadena SER bastante delicada, ¿vale?, entonces para ver si es posible que mañana me facilites, fotocopia de toda la documentación de la que hemos hablado, desde su testamento, copias simples, escrituras…”
-Román: Todo eso, lo que pasa es que es difícil, tendría que ir a los notarios y todo…
-Interlocutor: Pensábamos que las tenías tú a mano, aunque no sean las originales.
-Román: Fotocopia sí, con la fotocopia te la puedo hacer mañana.
UNA ENTREVISTA MUY DELICADA
-Interlocutor: Sí, de todo, absolutamente todo, tanto de las viviendas como si tenéis testamento de la mujer, ¿vale?, y ya te digo, una conversación, una entrevista por la cadena SER muy delicada, le han puesto de nombre un tal Ernesto, que evidentemente no es su nombre, le han distorsionado la voz o lo han dicho al principio, y que te conoce perfectísimamente, según él, vamos. No sé, tampoco queremos calentarnos la cabeza, pero bueno la tenemos nosotros y ya tranquilamente en cualquier momento la escucharemos o lo que sea, ¿sabes?, para que nos aclares este va por aquí o por allí. Tú sabrás quién es perfectamente… y en fin, os conoce a todos, ¿sabes?
-Román: (bajito) Sí, sí.
-Interlocutor: Era por eso, ¿vale?, cuando te venga a ti bien, a la hora que te venga bien y donde te venga bien. Eso no es problema.
-Román: Yo lo preparo y mañana te lo doy.
Al día siguiente, ya el 23 de noviembre, un día antes de su detención, Román llama a la misma persona y quedan para llevarle todos los documentos relativos a la herencia de la farmacéutica de Órgiva.
Llama la atención que esos documentos estuvieran en su poder. El nombre de Román no aparece para nada en el testamento de la boticaria. Doña María, la farmacéutica, nombró herederos a los “pobres”, así, genéricamente. Y como albaceas para distribuir su fortuna entre los herederos ‘innominados’, designó a Francisco José Campos Martínez, juez eclesiástico suspendido en sus funciones, que no cesado, y uno de los imputados entre los supuestos autores de los abusos sexuales, y a Juan Carlos Moreno Muñoz, actualmente, párroco de San Gabriel de Loja.
Moreno, uno de los siete curas que sigue ejerciendo sus funciones sacerdotales, fue quien acreditó documentalmente el fallecimiento de doña María en la notaría en la que otorgó el testamento. En el documento no consta la condición de sacerdotes de los albaceas, de los que solo se dice que son mayores de edad y vecinos de Pinos Genil, la localidad en la que los miembros del grupo poseen un chalé que, supuestamente, fue el escenario de la mayoría de los abusos. La vivienda fue registrada por la Policía el mismo día de la detención de Román junto a otros dos curas y el profesor de Religión, cuando los imputados estaban sobre aviso, según se desprende de las escuchas telefónicas incluidas en el sumario.


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