"Afirmar que el arzobispo de Granada ha estado a disposición de las
víctimas es lo más lejano a la realidad"
Los
familiares de "Daniel" tildan de "bochornosa y humillante"
la actuación de Javier Martínez
Denuncian en
una carta abierta la "falta colaboración con la justicia" del prelado
en el caso Romanones
Jesús Bastante, 01 de junio de 2015
Religion digital
(Jesús Bastante).- "Hablar de
tolerancia cero a la pederastia dentro de la Iglesia, y adornar todo de una falsa colaboración con la justicia, cuando el señor
juez instructor del juzgado de instrucción número 4 de Granada, viene
solicitando información al Arzobispado desde el 4 de noviembre de 2014 y este
alega diferentes escusas hasta en 5 ocasiones, resulta bochornoso, humillante al máximo para las víctimas de los
delitos de abuso y
agresión sexual cometidos por sacerdotes incardinados en la diócesis de la cual
el señor Javier Martínez, como arzobispo es responsable".
Así de rotundo se muestra, en una carta abierta, a la que ha tenido acceso este
diario, el padre de "Daniel", el denunciante víctima de abusos
sexuales en Granada, conocido como "caso Romanones".
Después
de conocerse que el arzobispo había entregado la documentación requerida en
varias ocasiones por el juez instructor, tras ser forzado a ello por la Santa
Sede, los familiares de "Daniel" no han aguantado más y contestan con
dureza las afirmaciones de monseñor Martínez donde asegura que ha colaborado en
todo momento tanto con la víctima como con la investigación. "Es radicalmente falso que el señor arzobispo de Granada animara al
denunciante a interponer denuncia alguna ante los tribunales civiles",
sostiene.
"Es doloroso hasta el extremo para las víctimas,
ver como a día 1 de junio de 2015,7 de los 10 sacerdotes que fueron imputados por abusos, siguen
ejerciendo el sacerdocio y tratando con menores e inocentes en sus centros
parroquiales, sin que desde el arzobispado de Granada, se manifieste
nadie, ni se apoye a las víctimas de estos sujetos que un día destrozaron la
infancia a niños inocentes", subraya la carta, que culmina manifestando la
"absoluta repulsa" a los "delincuentes que cometen pederastia
disfrazados de sacerdotes, y a aquellos letrados que, sin demasiada ética,
tienen el valor de aparecer en medios de comunicación insultando a las
víctimas de abusos sexuales".
Por su interés, reproducimos a continuación la carta:
En primer lugar, y en base a las reiteradas notas de prensa y documentación
aportada por el señor arzobispo de Granada Francisco Javier Martínez, señalar
que:
1- La denuncia por abuso y agresión sexual contra los
diez sacerdotes incardinados en la diócesis de Granada y los dos laicos que con
estos sacerdotes "sacerdotes" convivían, se realizó el día 14 de
octubre de 2014, martes, a las 9 de la mañana en sede policial del Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía, ante el inspector jefe y el fiscal superior,
D. Jesús García Calderón, POR PROPIA INICIATIVA del denunciante y sin haber
recibido en ningún momento motivación para hacerlo por parte del señor
arzobispo de Granada.
2- Es RADICALMENTE FALSO que el señor arzobispo de
Granada, animara al denunciante a interponer denuncia alguna ante los
tribunales civiles. Prueba de esto, es que el señor arzobispo, recibió noticia
de la denuncia, días después de haber sido interpuesta en la Fiscalía del
Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Por tanto la afirmación del señor
arzobispo: "consta en la causa que yo (arzobispo) animé al denunciante,
por ser el mayor de edad, a que trasladara la denuncia a la autoridad
judicial" es completa y absolutamente falsa. Jamás animó a trasladar la
denuncia a la autoridad judicial, pues el denunciante, motu proprio, efectuó la
denuncia el día 14 de octubre, y hasta dos días más tarde, como demuestra el
mail enviado por el denunciante y que consta en todos los expedientes civiles y
eclesiásticos. El 17 de octubre de 2014, a las 9:09 de la mañana, el
denunciante le comunicó: "Querido Don Javier, Creo que sería bueno, que
pese a plantear yo la denuncia en las autoridades civiles, como ya está hecho
en la fiscalía del tribunal superior de justicia de Andalucía, usted se
presenciara para dar parte de los hechos y manifestar así el conocimiento que
desde la Iglesia se tiene de este delito. Además, de este modo, se garantizaría
la protección de todas las victimas que ya hemos hablado, y las víctimas
potenciales que pueden aparecer en diferentes sitios. También sería bueno, por
el hecho de narrar las medidas de las que dispone la Iglesia y ponerse a
disposición de la fiscalía para asegurarnos la completa protección de las
víctimas y no dar quizá algún paso (aplicar las medidas cautelares o
comunicarle a estos sujetos que se está llevando a cabo una investigación para
esclarecer los hechos) que puedan sesgar la investigación de la policía
judicial y por tanto sesgar el papel que a día de hoy desarrolla la fiscalía.
¿Cómo lo ve? ¿Sería posible?" Muestra evidente y que consta en sede
Policial de que el señor arzobispo de Granada, ni animó al denunciante a
presentar denuncia, ni motivó investigación civil y penal alguna, ya que fue el
denunciante POR PROPIA INICIATIVA Y SIN LA MOTIVACIÓN DEL ARZOBISPO DE GRANADA,
quién hizo efectiva la denuncia sin que el señor arzobispo conociera que se
había presentado esta, en otro motivos, por el temor y la desconfianza, a que
se ocultaran datos o desaparecieran pruebas que sesgaran la investigación
policial.
3- A la petición que el denunciante realiza al Señor
arzobispo tras haber interpuesto la denuncia, ("que se presenciara para
dar parte de los hechos y manifestar así el conocimiento que desde la Iglesia
se tiene de este delito") el señor arzobispo respondió
"Querido-------, hijo, Estate tranquilo. El asunto este ya no está ni en tus
manos ni en las mías, sino en las de la Virgen. Ella es madre y sabe de dolores
y de lo que significa ser víctima, hasta la muerte".
4- Traslado así mi malestar más profundo y absoluta
desconfianza en la actuación que desde el arzobispado de Granada, se está
llevando a cabo, teniendo en cuenta que fue la primera institución que tuvo
conocimiento del grave delito de abusos y agresiones sexuales cometido por diez
sacerdotes de la diócesis de Granada y dos laicos, uno de ellos profesor de
religión.
5- Por otro lado, y continuando con el
"apoyo" que el señor arzobispo dice dar a las víctimas, este solo
estimó oportuno retirar del sacerdocio y ministerio público, a tres de los diez
sacerdotes que fueron imputados, y retirar al laico la venia como profesor de religión
4 meses después de tener constancia de mi denuncia y tras la detención y
prisión provisional del imputado. 4 meses donde, aún sabiendo el señor
arzobispo todo lo que había pasado y teniendo constancia de la denuncia, dejó
que este profesor, imputado por abusos, siguiera ejerciendo como profesor de
religión y por tanto tratando con menores. Igualmente a día de hoy, y 10 meses
después de trasladar la denuncia al arzobispado de Granada, 7 de los 10
sacerdotes que fueron imputados, continúan ejerciendo el ministerio sacerdotal
en sus parroquias y por tanto, manteniendo trato con menores, sin haber
adoptado el arzobispado, ninguna medida de cautela o prudencia y obviando el
hecho de la imputación por abuso sexual que se hizo sobre estos sacerdotes.
6- Afirmar, que el señor arzobispo ha estado a
disposición de las víctimas ofreciendo su ayuda en todo momento y dispuesto a
colaborar, es lo más lejano a la realidad que podría afirmar, pues el
denunciante principal, lleva sin recibir el más mínimo mensaje de apoyo, o de
simple cercanía del arzobispo de Granada, 7 meses. 7 meses donde no ha habido
ningún interés por parte del prelado granadino en conocer ni el estado ni la
situación del denunciante principal y de otros denunciantes, y por tanto, en
meses de angustia, jamás se ha manifestado cercano ni queriendo dar su apoyo y
colaboración, pues simplemente no ha mostrado el mínimo interés en comunicarse
con las víctimas como también consta en todos los mails y comunicaciones que
hubo con él y que figuran en sede policial.
7- Igualmente y con respecto al protocolo de actuación
ante casos de abuso sexual por parte del Clero de la Conferencia Episcopal
Española, han sido múltiples las faltas cometidas por parte del señor arzobispo
de Granada, pues jamás en las reuniones mantenidas con el ordinario de la
diócesis, hubo un testigo o tercera persona que testificara lo que en ellas se
hablaba, situación que el protocolo recoge de forma expresa. De igual modo, no
hubo testigo cuando se entrevistó con otra víctima ni con los familiares del
denunciante principal, siendo esto una pieza clave en el protocolo de la
Conferencia Episcopal Española. Tampoco se hizo consciente al denunciante
principal ni a sus familiares, así como a otras posibles víctimas con las que
el prelado granadino se reunió, de un informe valorativo que debía redactar el
señor arzobispo en base a la reunión mantenida con las víctimas y sus
familiares, ni tan siquiera se informó de ese informe a las víctimas con las
que se reunió ni a los familiares de estas, y por supuesto, en ningún momento,
redactó dicho informe en presencia de las víctimas ni lo dio a conocer a día de
hoy. (http://www.conferenciaepiscopal.es/images/stories/Imagenes/2015/Protocolo_Civil.pdf)
8- Hablar de tolerancia cero a la pederastia dentro de
la Iglesia, y adornar todo de una falsa colaboración con la justicia, cuando el
señor juez instructor del juzgado de instrucción número 4 de Granada, viene
solicitando información al Arzobispado desde el 4 de noviembre de 2014 y este
alega diferentes escusas hasta en 5 ocasiones, resulta bochornoso, humillante
al máximo para las víctimas de los delitos de abuso y agresión sexual cometidos
por sacerdotes incardinados en la diócesis de la cual el señor Javier Martínez,
como arzobispo es responsable. De igual modo, es doloroso hasta el extremo para
las víctimas, ver como a día 1 de junio de 2015, 7 de los 10 sacerdotes que
fueron imputados por abusos, siguen ejerciendo el sacerdocio y tratando con
menores e inocentes en sus centros parroquiales, sin que desde el arzobispado
de Granada, se manifieste nadie, ni se apoye a las víctimas de estos sujetos
que un día destrozaron la infancia a niños inocentes.
9- Manifestar igualmente mediante esta nota de prensa,
todo el apoyo y agradecimiento por la labor encomiable de justicia que realiza
el Juzgado de Instrucción número 4 de Granada con su magistrado a la cabeza,
que de forma admirable, puede demostrar que la justicia en España, es igual
para todos, lleven o no alza cuellos, y que cuando está en juego la vida y
desarrollo de los niños, los más inocentes de la sociedad, toda investigación
es poca.
10- De igual modo, manifestar todo el apoyo y
agradecimiento por parte de las víctimas, a la Asociación PRODENI en Granada,
que con su labor, pone voz a tantos niños que sufren las aberraciones cometidas
por desarmados y dejan heridas y secuelas imborrables. Su apoyo a las víctimas
y su personación como acusación popular, es un incentivo y muestra evidente de
la defensa TOTALMENTE DESINTERESADA que esta asociación hace de los derechos de
los niños y ayuda, de forma admirable, a que las víctimas de estos graves
delitos, no desfallezcan en este arduo proceso.
11- Por último, manifestar la ABSOLUTA REPULSA A LOS
DELINCUENTES QUE COMETEN PEDERASTIA DISFRAZADOS DE SACERDOTES, Y A AQUELLOS
LETRADOS QUE SIN DEMASIADA ÉTICA, TIENEN EL VALOR DE APARECER EN MEDIOS DE
COMUNICACIÓN INSULTANDO A LAS VÍCTIMAS DE ABUSOS SEXUALES.
http://alacarta.canalsur.es/television/video/jueves-19-de-febrero/1827923/335
Un día 22 de febrero de 2014, apareciendo en la televisión autonómica de
Andalucía, Canal Sur Televisión, el letrado J.Muriel, acusó al denunciante
principal, llamándole delincuente y mentiroso ante los medios de comunicación.
Realizó esos insultos a una víctima de abuso y agresión sexual, días antes de
que llegara al juzgado número 4 de Granada, el Análisis de Testimonio y
Conducta realizado a su cliente, acusado de abuso y agresión sexual a menores.
Desconocedor este letrado en ese momento del contenido del informe pericial a
cerca del testimonio de su cliente, sacerdote imputado por abuso y agresión
sexual a menores y que a día de hoy, aún sigue estándolo, se atreve a llamar mentiroso
y delincuente a una de las víctimas de su cliente. Pues bien, días más tarde,
el 19 de marzo, en el informe de la Policial, se afirmaba que el testimonio del
sacerdote imputado por abuso sexual y agresión sexual a menores, defendido por
el letrado J. Muriel, era un testimonio: "ALTAMENTE COMPATIBLE CON UN
TESTIMONIO DESHONESTO QUE OCULTA Y ALTERA LA VERDAD". Mientras tanto, el
testimonio de la víctima principal, a quién el letrado Muriel llamó
"mentiroso y delincuente" en los medios de comunicación, presentaba
"UN TESTIMONIO ALTAMENTE COMPATIBLE CON UN TESTIMONIO HONESTO". Lo
menos que podría hacer sería retractarse ante los medios públicos de estos
insultos a una víctima de abuso sexual, que además dice la verdad como
atestigua su informe y bastante ha sufrido ya por parte del cliente imputado
por abuso y agresión a quién él defiende. De no hacerlo, el letrado deberá dar
las oportunas explicaciones ante la justicia y el Colegio Oficial de Abogados.
Apelamos en primera instancia a la ética profesional y a los valores y
principios básicos de cualquier ser humano. Ganar dinero defendiendo a un
imputado de abuso y agresión sexual, puede ser lícito, pero insultar a las
víctimas, va contra toda moral y ética profesional.
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