Felipe VI como en familia
entre criminales de guerra
Público
Luis Gonzalo Segura
13 noviembre, 201613 noviembre, 2016
Felipe VI
ha decidido conmemorar el trágico aniversario de los atentados de París desbloqueando la venta de munición por valor de 40 millones de euros
y presentándose como intermediario en la venta de armas a Arabia Saudí por valor de 2.000
millones de euros, actividad que ya desempeñaba su padre con acusaciones de comisionista de
por medio. Hay que ser especialmente infame para ser capaz de
aceptar semejantes decisiones y acudir a Arabia Saudí cuando hace menos de un mes un bombardeo en Yemen
causó la muerte de 140 personas e hirió a otras 525. En Yemen han
muerto más de 10.000 personas en los últimos 18 meses, lo que para Felipe
VI no es una tragedia, sino una oportunidad para el negocio. Y allí
iba con toda la pléyade acostumbrada si no hubiera muerto un hermano del, cómo decirlo, sátrapa que gobierna
Arabia Saudí.
Para
hacernos una idea de la obscenidad de la imagen sería como si un jefe de estado
visitara al Estado Islámico, desbloquease una venta de 40 millones de euros en
munición e intentara venderles armamento por valor de 2.000 millones de euros
solo un mes después de los atentados de París (tampoco es mucho imaginar porque
la mayoría de las armas, la logística, el mantenimiento, etc. del Estado Islámico
procede de Occidente). Sería de una repugnancia difícil de soportar. Bien, pues
básicamente es lo que soporta nuestro país y nuestros medios de comunicación,
que guardan infame silencio o susurran ante semejante aberración.
Sorprende la
facilidad con la que se maneja Felipe VI entre criminales, lo cual imagino
se debe a años de una exigente educación (adiestramiento si se prefiere).
Primero, Felipe VI hizo un aprendizaje intensivo con el abuelo, el
sanguinario dictador Francisco Franco, que le enseñó todo lo necesario en
cuanto a golpear y destrozar un país. La clase preferida debió ser los
fusilamientos, las torturas y las fosas, de eso parece que sabía mucho el
Caudillo. Además, los niños y adolescentes sienten una irresistible
atracción por lo sanguinario, sobre todo si son de sangre azul.
El
sublime conocimiento transmitido fue complementado con la experiencia
que aporta trabajar como aprendiz de un humanista de gran talla como es el
golpista, filofranquista y denunciado comisionista Juan Carlos I. Lo que Felipe
VI no aprendió en los paredones de la dictadura, lo adquirió en las
cloacas de la monarquía, en las que se empapó de mucho más que de
sabiduría. Felipe González le terminó de enseñar con su excelso gobierno lo que
era la moral, la decencia y los diversos usos de la cal.
Acudir a
Arabia Saudí, una vez acostumbrado a tan exquisita compañía, es casi como estar
en casa de unos amigos de la familia. Si alguno lo duda solo hay que pensar en
otro de los grandes referentes para nuestro monarca: su madre, la
Reina Sofía. Nuestra reina pasaría bastante desapercibida en Arabia Saudí
por sus manifestaciones homófobas o contra el aborto, aunque no se le conoce opinión alguna sobre
otro pecado muy practicado entre los Borbones como es el adulterio.
Por ello, Felipe VI no tendrá mayor problema en darle la mano a quien ejecuta a
homosexuales, adúlteras o ateos, y hasta puede que le envíe un
mensaje de apoyo de la Reina Sofía, máxime cuando ambas familias reales guardan
tan amistosa relación.
Así pues,
Felipe VI tendrá que estrechar la mano, cuando se realice el viaje aplazado, de
quien ha decapitado más de doscientas cabezas en los últimos años, así como asesinado a miles de personas en los bombardeos, y crímenes de guerra, de
Yemen. Lo hará con gusto, como cuando de pequeñito saludaba al abuelito Franco
después de los fusilamientos de esos depravados opositores que no
merecían ni salir de las cunetas. Nada le parecerá mal, ni tan siquiera
inusual, hasta puede que toda la historia le deje el dulce sabor de recordar la
infancia. Por ejemplo, el embajador de Arabia Saudí afirmó que dejar de bombardear Yemen
sería como pedirle que deje de pegar a su mujer y, claro está,
lo de pegar a la mujer le recordará la feliz infancia junto a su madre, su
padre, las amigas especiales de este y las escenas familiares (el rey Juan Carlos le arrojó un plato a la cabeza a Sofía en plena
discusión conyugal)
.
Lo dicho,
Felipe VI como en familia en Arabia Saudí.
Luis Gonzalo
Segura, exteniente del Ejército de Tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario