La
guardia civil del chaleco antibalas, sancionada por reprochar a un coronel si
"se sentiría cómodo en tanga"
La
agente, que se negó a colocarse un chaleco antibalas masculino, ha sido
suspendida de empleo y sueldo durante un mes.
“Para
nosotras es Pili, para otros es el terror de los generales”, aseguran sus
compañeras con orgullo.
19 agosto, 2018 02:12
El Español
María Pilar Villacorta Díez es una guerrera. A sus
48 años, la cabo 1º ha roto las barreras de la discriminación de género siendo
la primera y única mujer en formar parte del Consejo de la Guardia Civil. Sin
embargo, ni su experiencia ni su profesionalidad están siendo objeto de debate.
El nuevo director general del cuerpo, Félix Vicente Azón, ha impuesto un mes de
suspensión de empleo y sueldo a la guardia por falta disciplinaria grave
después de haber rechazado colocarse un chaleco antibalas masculino.
-“Y
usted, mi coronel, si a usted le pusieran un tanga, ¿se sentiría cómodo?”,
espetó Villacorta a su coronel al mando.
En ese momento comenzó su calvario profesional. Los
hechos ocurrieron el pasado 5 de octubre en la galería de tiro de la
Comandancia de Cantabria. Durante unos ejercicios ordinarios, la agente
protestó por la falta de chalecos femeninos. Una semana antes había advertido
que no disponía de chaleco femenino. Su queja pasó desapercibida a pesar de que
el chaleco masculino le quedaba grande y ello le ponía en riesgo. Ante esta
situación el coronel al mando autorizó a las agentes presentes a realizar el
ejercicio de tiro sin chaleco. Sin embargo, una vez concluido, el teniente
director decidió “instruir” a las guardias en la forma correcta de colocarse la
prenda.
El expediente abierto detalla cómo el teniente entró
en contacto con Villacorta, a pesar de que ella no se lo pidió, para
‘ajustarle’ el chaleco. Esta acción afectó físicamente a sus pechos que
quedaron aplastados por la presión de la prenda. “El agente quería encajarlo
apretando mucho. Yo ya estaba agobiada y muy incómoda”, explicó en
declaraciones a los medios la protagonista. Ante esa circunstancia la cabo se
encaró a su coronel planteándole la incómoda cuestión.
Esta situación fue denunciada por Villacorta ante el
Juzgado Togado Militar Central que archivó la causa. Sin embargo, en
contrapartida la agente, que ha interpuesto un recurso de alzada, fue
sancionada. “Poco le dijo. Le humillaron y vejaron. Ella se negó solamente
a ponerse un chaleco masculino. Desde la Asociación Unificada de Guardia
Civiles (AUGC) -que cuenta con 31.000 efectivos- tiene todo nuestro
apoyo", explica a EL ESPAÑOL Alicia Sánchez, secretaria nacional de
la Mujer de la AUGC y compañera de promoción de la protagonista.
El hecho sucedió enfrente de otras dos agentes que,
según los compañeros de Villacorta "no han sido solidarias con Pili por
miedo; porque para nosotras es Pili para otros el terror de los generales.
Algunos compañeros actúan como toca, otros ante una inspección, no. Es curioso,
nos enfrentamos a criminales y delincuentes a diario pero ante los jefes, no
somos capaces de hablar”.
"Pili,
el terror de los generales"
Originaria de Palencia, Villacorta se incorporó al
Instituto Armado con 23 años aunque el destino le condujo hasta Cabezón de la
Sal (Cantabria) donde desarrolla su actividad profesional ligada al SEPRONA. “Viéndola es fácil averiguar que ella es Guardia
Civil por vocación. Le encanta su trabajo. Otra cosa es que le dejen hacerlo”,
explica Sánchez.
Pilar Villacorta David S. Bustamante
“Éramos cerca de 180 mujeres en nuestra promoción.
De entre todas, ella ya destacaba. Como cabo cuartel era firme, se notaba que
valía para este trabajo”, asegura Sánchez. Dentro del cuerpo Villacorta se
formó en Biblioteconomía y Documentación. También como Técnica en Igualdad de
Género. “Es una mujer que por convicción decidió luchar por dignificar los
derechos y el trabajo de la mujer en la Guardia Civil”, expresan sus compañeros
de la AUGC. Sin duda, es la filosofía de vida de esta palentina, motera y
abanderada del lema: “Los cambios hay que lucharlos y el sentido común más”.
Un sentido común que aplicó en el año 2016 cuando
dimitió por razones de salud ligadas al estrés de su cargo como secretaria
de la AUGC. Como vocal también formó parte del Comité para la Igualdad efectiva
de las Mujeres y Hombres. “Es una mujer fuerte que nos ha abierto el camino a
las mujeres en la Guardia Civil. Tiene una visión de futuro exagerada”, explica
Sánchez.
Sus
compañeros temen que sufra represalias
Sin embargo, a su regreso "los mandos que están
sobre ella van a seguir siendo los mismos pero es una luchadora nata. Es
alguien en quien reflejarte", explican a EL ESPAÑOL sus compañeros, que
temen que a la hora de su reincorporación al SEPRONA como jefe de grupo
existan represalias contra su persona: "En las zonas rurales la situación
para las mujeres es aún más compleja a pesar de que es una profesional muy
preparada. Para nosotros es una líder".
Villacorta tiene además dos hijos, uno de 15 y otro
de 13 años que crecen teniendo como modelo a una mujer rompedora "en el
seno de una institución machista. Sacrifica tiempo en común con su familia por
luchar por los derechos de las guardias civiles. Su marido viaja mucho por su
trabajo y combinar toda esta actividad y lo sucedido es muy complicado. Al fin
y al cabo es humana", explica una fuente del entorno cercano a Villacorta.
De hecho, a través de su cuenta de Twitter la agente expresó con decepción la
decisión respecto a su sanción: "Cumplo un mes de empleo y sueldo por
exigir la plena efectividad del principio de igualdad. Al final no todas
disponemos de las mismas herramientas”.
Este es uno más de los muchos casos de
discriminación de género que denuncia la AUGC. De hecho, desde la Asociación
profesional recuerdan: “la Guardia Civil: no hay suficientes partidas
presupuestarias para chalecos antibalas femeninos, y no se dan cuenta de que un
chaleco correcto puede salvar mi vida y la de mi compañero ya que me permitirá
moverme correctamente. Tampoco hay vestuarios femeninos. A veces nos cambiamos
en baños o en despachos. Por qué si yo también soy agente de la Guardia Civil
he de padecer esta desventaja frente a un hombre. No quieren gastarse dinero en
nosotras”, explica la portavoz de la asociación profesional.
“Esta situación no puede ser resuelta de otra manera
que no sea con la llegada de una segunda generación de derechos para que cambie
la manera de entender las relaciones laborales entre los altos mandos“,
concluye a través de un comunicado la AUGC.
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