Cómo hablar a los niños del divorcio
08/09/2018
Escrito por Eirene
Heidelberger.
"Mamá y papá nos vamos a separar". Esas son
las temidas palabras que a ningún padre o madre le gustaría pronunciar jamás.
Sin embargo, la realidad es que, en Estados Unidos, entre el 40% y el 50% de
los matrimonios se acaban divorciando.
Aunque el divorcio puede ser duro para ti, uno de los
aspectos más complicados es cómo afectará a tus hijos. Querrías protegerles de
todo dolor y sufrimiento, pero a veces es inevitable hasta cierto punto.
La clave es la comunicación. Lo que les digas a tus
hijos del divorcio se les quedará grabado en la memoria para siempre.
Los estudios demuestran que hay tres factores que
ayudan a los niños de todas las edades a acostumbrarse a la nueva vida tras el
divorcio. En primer lugar, mantener una relación sólida con ambos padres; en
segundo lugar, el buen ejercicio de la paternidad (vaya sorpresa) y, en tercer
lugar, una exposición mínima a los conflictos.
A continuación puedes leer varios consejos para superar esta situación
turbulenta:
Elegir un buen momento es fundamental
Si tu pareja y tú estáis pensando en divorciaros,
guardaos la información para vosotros hasta que lo sepáis seguro. Los hijos
solo deberían enterarse de estas situaciones cuando es imprescindible, y solo
necesitan saberlo cuando la decisión ya es definitiva. Los niños no progresan
en situaciones inciertas. Salen adelante sabiendo exactamente lo que les espera
en el futuro, de modo que hay que ser fuertes.
Está claro que nunca es un "buen" momento
para soltar la noticia del divorcio, pero aseguraos, cuando lo vayáis a hacer,
de que tenéis mucho tiempo después para estar junto a vuestros hijos.
Necesitaréis darles muchos abrazos
y no llevarlos con prisas al entrenamiento o a una fiesta de cumpleaños.
Comunicadlo juntos
Aunque no os pongáis de acuerdo en nada, tratad de
consensuar lo que les vais a decir a vuestros hijos. Lo ideal es dar la noticia
como un equipo. Decírselo a los hijos juntos les ahorra confusión, oyen solo
una versión de la historia, lo cual demuestra que es una decisión mutua.
Los niños prefieren escuchar un mensaje en el que los
padres no se echen las culpas el uno al otro. Aseguraos de asumir ambos la
responsabilidad del final del matrimonio. Este frente unido les protegerá de
sentir que quizás hayan sido ellos los causantes del divorcio o de que deben
posicionarse a favor de uno y en contra de otro.
Que el mensaje sea simple, en términos que puedan
comprender vuestros hijos. Sed lo más sinceros y directos posible, teniendo en
cuenta su edad y madurez emocional.
Cuando terminéis, preparaos para responder un montón
de preguntas (o ninguna). Las preguntas pueden ir desde "¿Dónde viviré y a
qué colegio iré?", pasando por "¿Quién de vosotros dos se irá de
casa?" hasta "¿Quién cuidará de mí y cada cuánto os veré?". Los
niños simplemente quieren saber cómo les afectará en su vida, así que dadles apoyo, sed
comprensivos y tened preparadas unas respuestas concretas.
Evitad echar culpas
Da igual el enfado que lleves encima, no le eches la
culpa a tu pareja por la ruptura. Evitad discutir delante de vuestros hijos y
guardaos para vosotros cualquier detalle sobre aventuras extramatrimoniales o
problemas financieros.
Quizás el disgusto sea tal que te entren ganas de
hablar a tus hijos del "comportamiento" de tu pareja, pero se lo
tomarán como una traición, o peor, como un reproche a ellos. Tu pareja y tú
sois los mejores amigos de vuestros hijos, así que cuidado con lo que decís, porque
los pequeños están en alerta máxima.
Ahorradles los detalles
No convirtáis la mesa del comedor en la base central
del divorcio: mantened los papeles del divorcio fuera de la vista, sobre todo
si vuestros hijos saben leer. Tampoco habléis sobre asuntos legales, ni
siquiera al teléfono, cuando vuestros hijos puedan oíros.
Si se requiere una evaluación profesional para decidir
las condiciones de la custodia (eso es algo que puede implicar visitas al hogar
para observar y entrevistar a los hijos y a la familia), tratad de minimizar la
importancia sin prepararlo demasiado ni hacer ensayar a vuestros hijos lo que
deben decir.
Atentos a posibles comportamientos inusuales
Que no os pille por sorpresa si vuestros hijos
muestran comportamientos inusuales. Por ejemplo, inseguridad, problemas para
dormir o para hacer bien sus necesidades (si es pequeño), furia, desobediencia,
excesiva dependencia emocional o búsqueda de atención. Un divorcio es algo
aterrador para los niños. Algunos se muestran abiertamente tristes o enfadados,
mientras que otros niegan tener sentimientos al respecto. Cualquiera de esas
emociones puede brotar en un momento dado y variar de un minuto a otro.
Habrá días buenos y días malos. Tomáoslo día a día.
Vosotros también sentiréis estas emociones, así que aseguraos de rodearos de un fuerte
grupo de familiares y amigos.
Preocúpate también por ti
Cuídate tú también. Algunos padres asisten a
conferencias o a cursos para recuperar la confianza y superar el estrés del
divorcio. Para encontrar estos cursos, puedes consultarlo con un médico o
terapeuta.
Si piensas que puedes superar por tu cuenta este
capítulo decisivo de tu vida, te recomiendo que lo reconsideres. Darte permiso
para hablar y llorar por tu matrimonio hará que estés en mejores condiciones
para cuidar a tus hijos. No te compliques a la hora de cuidarlos y no
prolongues mucho tu sufrimiento.
Si tus únicos objetivos con tus hijos son pasar con
ellos tanto tiempo como sea posible manejar de forma sana, acostarlos y
mantenerlos alimentados de forma constante, ya estás cumpliendo con partes
esenciales de lo que implica criar hijos sanos.
No importa cómo se desarrolle la conversación o el
proceso del divorcio, no os olvidéis de que separaros no os convierte en malos
padres. Hay vida más allá del divorcio.
Este post fue
publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del
inglés por Daniel Templeman Sauco.
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