«Quedan
pocos torturadores franquistas pero hay que destaparlos a todos. Hubo hasta
castraciones»
La Audiencia Provincial archiva la denuncia de tres víctimas que ahora
recurrirán al Constitucional, entre ellas Gerardo Iglesias. «Estamos
abochornados e indignados», señalan
La Voz de Asturias
Fausto
Sánchez García, Vicente Gutiérrez Solís, el letrado Alberto Suárez y Delfina
Flórez, de la Comuna d'Asturies
Susana D.
Machargo
«En Asturias hubo torturadores que no tuvieron
nada que envidiar a Billy el Niño. A mí me rompieron el tímpano y dos
costillas. A otros los machacaron. Conozco a uno que hasta le cortaron un
huevo, lo castraron. A algunos les clavaban astillas en el cuerpo. Quedan pocos vivos pero tenemos que seguir
tirando de la manta». Los tres asturianos que abrieron una vía
judicial en España para encausar a los hombres que los apalearon durante la
dictaduras se muestran indignados. El juzgado de instrucción ha archivado
su denuncia y la Audiencia Provincial también. El argumento
es que no se trata de crímenes de lesa humanidad humanidad y, aún así, si lo
fueran, ya habrían prescrito. Pero ni
Gerardo Iglesias, exlíder del PCE, ni Vicente Gutiérrez Solís ni
Fausto Sánchez García se rinden. Apoyados por la Comunidad d'Asturies y
con la asesoría legal del letrado Alberto Suárez, acaban de presentar un
recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Si esto
tampoco funciona, emprenderán el camino hacia Europa, al Tribunal de Derechos
Humanos de Estrasburgo.
Persiguen
básicamente dos cosas. La primera y fundamental, que se haga justicia. No
quieren que los delitos que se cometieron con ellos queden impunes eternamente.
Al mismo tiempo pretenden que todos los nombres salgan a la luz. En España, el
nombre de referencia es Antonio González Pacheco, conocido como Billy El
Niño. Ese es el más famoso de todos los torturadores. El de Asturias es Pascual
Honrado de la Fuente. Pero por detrás hubo muchos más. Fausto Sánchez señala
que fueron miles en toda España. No le hace falta hacer demasiada memoria para
que broten más nombres. Del capitán Caro, traído desde Andalucía, recuerda su
ferocidad contra los mineros y cómo hasta se drogaba delante de ellos antes de
machacarlos. Hubo muchos más. Algunos se negaron y no participaron en esas
tropelías. «A los que se negaban les
castigaban. Los que no querían participar eran, por ejemplo, trasladados al
País Vasco», rememora.
«Es bochornoso. Algún gobierno tiene que
reconocer lo que se hizo con nosotros. Vale que hubo una amnistía pero
alguien tiene que encontrar una solución. Algún gobierno tiene que condenar la
actitud del régimen», reclama Vicente Gutiérrez, que advierte de que «esto no
se ha acabado aquí». Pasaron años soportando castigos, así que tiene cuerda
suficiente para pasar otros tantos reclamando justicia. Explica fueron casi dos
décadas de torturas. «Me jode irme al
otro barrio sin ver nada», reconoce Fausto Sánchez, que lamenta que a los ojos
de la justicia «no seamos todos iguales». «Todavía hay gente tirada en las
cunetas», insiste.
Asisten también
con bochorno al espectáculo que se está dando con la exhumación de los restos
de Franco del Valle de los Caídos.
Vicente Gutiérrez cree que el Gobierno tendría que haberlo atado todo muy bien
antes de dar este paso, porque ya sabía por adelantado que iba a haber
resistencia de la familia y de sectores conservadores. Cree que el PSOE ha
pecado de inocencia. «Lo triste es que se está reconociendo a los asesinos y
las víctimas todavía estamos esperando», lamenta.
El
respaldo
A su lado, Delfina Flórez, de la Comuna d'Asturies, el
colectivo que empezó con la Querella Argentina y que también respalda la vía
judicial abierta en España.
Flórez reitera que no están cansados. No les queda mucho tiempo antes de
que fallezcan todos los torturadores y también las víctimas, pero lo van a
intentar por todos los medios. «Ellos
son un ejemplo de lucha y constancia, así que seguiremos adelante. Seguirán
ellos y también seguiremos sus hijos y sus nietos», defiende.
El letrado Alberto Suárez muestra el mismo
espíritu de lucha. Reconoce que no ha sido una sorpresa que los juzgados de
instrucción estén archivando las denuncias. Como tampoco lo ha sido que la Audiencia Provincial
haya seguido el mismo camino con los recursos. Pero esa era la vía que tenían
que seguir. «Si no conceden las
extradiciones a Argentina porque es un hecho que sucedió en España y hay que
investigar aquí pero luego tampoco acceder a juzgarlo no están conduciendo a un
callejón sin salida», argumenta el abogado. No obstante, cree que su
obligación es investigar todas las opciones judiciales. Está en contacto con
colegas que llevan los casos de otras víctimas que están siguiendo la misma
estrategia en otras comunidades. Intercambian información y afinan sus
denuncias pero no está actuando de manera coordinada.
Los tres asturianos
-Gerardo Iglesias, Vicente Gutiérrez Solís y Fausto Sánchez
García- ya se han decidido a presentar el
recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Y anuncian su desembarco en
Estrasburgo si fuese necesario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario