24/11/2018
Las fantasías sexuales más comunes, según trabajadores del sexo
"Muchos
hombres afirman no haber estado nunca con otro hombre, pero luego llegan y se
nota que tienen mucha experiencia".
Los trabajadores
sexuales suelen tener una relación especial con sus clientes y, debido a su
tipo de trabajo, conocen los deseos sexuales más profundos de la gente, incluso
los que quizás no se atreven a contarles a su pareja o a sus amigos más
íntimos.
La
edición estadounidense del HuffPost se ha puesto en contacto con trabajadores
sexuales, incluidos dominatrixy
escorts, para conocer las fantasías sexuales que más les revelan sus clientes.
Este es el resultado:
1. Feminización humillante y forzada
La
dominatrix Aleta Cai comenta
que a la gran mayoría de sus clientes les interesa la feminización humillante y
forzada, por la cual un hombre adopta el papel, los comportamientos y la
vestimenta tradicionalmente atribuidos a la mujer, todo bajo las órdenes de la
persona dominante.
"Querían ser convertidos en 'nenazas', algo que, por supuesto, es un
término denigrante y desempoderante para los hombres considerados afeminados.
El proceso implica humillación; el propio nombre indica un proceso de
castración. Les pongo sujetador, bragas, a veces los maquillo y les hago
caminar con tacones altos", explica.
La
dominatrix
y escritora Kitty Stryker
asegura que también ha tenido varios clientes que le pidieron que los
"forzara" a vestirse o a actuar de modos tradicionalmente
considerados femeninos, pero prefiere abordarlo desde una perspectiva
feminista.
"Como
me preocupa mucho el consentimiento, no utilizo la fuerza, sino que animo a
estos hombres a que exploren la feminidad y lo que significa para ellos. Al
superar las ideas de lo que se consideraba femenino (y al ser una dominatrix punk con
botas de combate), he podido poner a prueba sus prejuicios sobre el significado
de la masculinidad y ayudar a estos hombres a tener una expresión corporal más
equilibrada", expone.
2. Bisexualidad "forzada"
De
forma similar, en la bisexualidad
"forzada", una actividad por la que la persona con el rol
de dominante "obliga" a la persona sumisa (normalmente el hombre) a
participar en relaciones sexuales con alguien del mismo sexo, no hay ninguna
persona forzada, ya que el cliente y el trabajador sexual ya han negociado
previamente las condiciones del acto.
"Tuve
muchas peticiones de hombres que querían ser 'forzados' a realizarle sexo oral
a otro hombre mientras yo miraba y dirigía la escena. Como miembro del
colectivo queer, no organizo ninguna escena en la que los actos
sexuales queer se consideren negativos o vergonzosos, así que
en lugar de eso, les animaba durante estos actos bisexuales", comenta
Kitty Striker.
"Creo
que parte del erotismo para los hombres se encuentra en la naturaleza prohibida
de las fantasías, ya que muchas veces se les fuerza a encajar en ideales
hipermasculinos tóxicos, pero a menudo ni siquiera han considerado que puedan
experimentar estas cosas de un modo reafirmante", añade.
El escort y dominante
profesional Oz Bigdownunder
dice que toma muchas veces el papel de hombre dominante en esta clase de sexo BDSM.
"Un
cliente típico puede ser el cliente habitual de una dominatrix que lleva meses o años recurriendo a sus
servicios participando en juegos de rol en los que el cliente se imagina
escenarios en los que tiene que chupar un pene o recibirlo por el culo. Se
llevan juguetes y arneses con consolador hasta que al final se atreven a
probarlo de verdad. Muchos de los que encajan en esta descripción afirman no
haber estado nunca con otro hombre, pero luego llegan y se nota que tienen
mucha experiencia", asegura Bigdownunder.
3. Juegos de rol sexuales
Los
juegos de rol sexuales basados en la dinámica de poder, como por ejemplo entre
profesor y alumno, entre jefe y empleado o entre doctor y paciente, son
fantasías bastante populares. En estos escenarios, Aleta Cai señala que sus
clientes varones normalmente buscan que ella desempeñe el papel de mujer
autoritaria que abusa de su poder, pero de forma segura.
"La
mayoría de estos hombres tenían alguna clase de fijación, tensión o trauma
sexual sin resolver con alguna figura autoritaria. ¿Y quién no? También está el
hecho del tabú, ya que en la realidad no deberían sentirse atraídos por estas
personas que están al mando, de modo que en la fantasía esto se convierte en
una mina de oro, ya que el tabú siempre potencia el erotismo", asevera.
4. 'Cuckolding'
El cuckolding
es una filia sexual tabú en la que una persona (normalmente un hombre) se
excita al ver a su pareja practicando sexo con una persona de fuera de la
relación. Los clientes de la escort Hayley Jade le
suelen pedir que practique sexo con otro hombre. "Aunque no soy su novia,
es una fantasía muy común", afirma.
Como
escort varón, Oz Bigdownunder ha participado en las fantasías de cuckolding de otros
hombres. Ha practicado sexo con una escort mientras su cliente observaba. A
veces el cliente solamente mira, otras veces se masturba y en otras ocasiones
quiere participar de algún modo.
"A
menudo el cliente está atado e indefenso. Algunos de ellos se encuentran en
algún tipo de situación de castidad forzada, como con una jaula de pene, y no
tienen permiso para tocarse hasta el final de la sesión, de modo que consiste
más en renunciar al control y a las expectativas. Algunas de estas sesiones de cuckolding y de
bisexualidad 'forzada' también incluyen elementos BDSM como las cuerdas, las
mordazas, algún juego de impactos como los cachetes o los azotes, pero no
todas", enumera Bigdownunder.
5. Tríos
Tener
más de una pareja sexual al mismo tiempo es una fantasía popular
para hombres y para mujeres, ya estén solteros o en una relación.
Hayley Jade dice que los clientes le piden muchas veces hacer tríos con ella y
con otra mujer.
"Como
les gustan las mujeres, evidentemente, cuantas más haya, mejor para
ellos", razona.
En
otras ocasiones, el cliente solo quiere mirar sin participar mientras ella
practica sexo con otra mujer.
"Muchos
hombres ni siquiera necesitan participar. Se quedan satisfechos simplemente
viendo a dos mujeres juntas", señala.
6. Extorsión
Cuando
Aleta Cai entró en la industria BDSM, dice que aparentaba menos años de los que
tenía y que tenía una voz suave, así que los clientes le pedían muchas veces
que hiciera el papel de colegiala mientras ellos hacían el de profesores. Ella
empezaba en la posición de menos poder, pero luego cambiaban las tornas y
empezaba a tomar control sobre los clientes.
"Como
incentivo extra, la fantasía requería que 'extorsionara' al cliente. Por
ejemplo, le hacía una foto y amenazaba con mandársela a su esposa, algo que
nunca llegaba a ocurrir. Solo era para la fantasía".
Aunque
ser extorsionados en la vida real suena a pesadilla, en un contexto BDSM puede
ser excitante.
"Para
el cliente, considero que tiene algo excitante el hecho de ser engañado, de ser
puesto en su sitio y de quedarse sin control, pero de forma segura. Son
fantasías más bien tabú en nuestra sociedad. Evidentemente, hay muchas
películas y escenas sobre estudiantes o secretarios que seducen a sus
profesores o superiores, pero en la vida real hay muchas consecuencias que no
se dan aquí en la mazmorra", resume Aleta Cai.
Los testimonios han sido editados por motivos de claridad y
estilo.
Este artículo
fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido
del inglés por Daniel Templeman Sauco.
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