El Jefe
El Caudillo; los tres Pablos
y Pinochet; el Lute; Fraga
Iribarne; Henry Kissinger; Carrero Blanco; la SEAT; el diario Madrid; Ingrid
Bergman; Humphrey Bogart; tú mujer; su confesor; la Obra; la Puri; tus hijos;
Ruiz Mateos; Javier de la Rosa; Mario Conde;
Sam; su famoso Tío; la felación
de Mónica; la pilila de Bill; Camila, Diana y
el príncipe tampax; el gobernador Bush; la Cruzada de liberación; Vd, mi
querido y finado suegro y yo.
Luis
Viadel
Recuerdo
aquel año como si fuese hoy. Murieron tres Pablos famosos: primero nos dejó
Picasso, le siguió Neruda, doce días
después del golpe de estado del general Pinochet y finalmente Pablo Casals.
Genios de una vitalidad extraordinaria en el terreno profesional y amatorio que
en el caso del gran maestro del violonchelo le llevó a segundas nupcias a los
80 años con su alumna, Marta, de tan solo 21. El gobierno dinamitó el edificio
del diario Madrid, cerró la fábrica SEAT por conflictos laborales, detuvieron
al Lute, dos años y medio después de escaparse del penal del Puerto de Santa
María, Manuel Fraga fue designado
embajador en Londres, el Generalísimo Caudillo de España por la gracia
de Dios celebró sus bodas de oro y el secretario de Estado norteamericano,
Henry Kissinger, visitó al Presidente del gobierno Carrero Blanco el día antes
de ser asesinado por un comando de ETA en la calle Claudio Coello de Madrid.
Aquel año había dejado Vd. en estado de buena esperanza a la Puri, del turno de
noche, que tan solo tenía dieciséis años y que su amigo el doctor Tal y Cual,
supernumerario, le dio la dirección de un colega que le solucionó el problema
en un periquete con un: ¡Aquí no ha pasado nada!. Su mujer se acostaba
regularmente con su Director espiritual (el de ella) y en lo referente a su
hijo menor, (¡Antes prefiero un hijo maricón que mentiroso!) Dios acudió
en su ayuda.
Dentro del marco de estos acontecimientos consideré llegado el
momento de decirle facha recalcitrante, explotador, hijo de la gran puta y que se fuese a tomar por el culo. ¿Qué habría
sido de mi hace veintisiete años, si aquella mañana radiante cuando intenté
entrar en su despacho, ("Ave María Purísima. Buenos días Jefe, ¿Da Vd.
su permiso?") para contarle todo esto, Vd. no hubiese estado de
viaje ?. Mi querido suegro no he podido contabilizar las coronas de flores que
le han traído pero sobresale una en especial por su tamaño y belleza de la UGT,
a pesar de llevar tantos años sin hablarse con su hijo mayor. (¡Antes rojo
que mariquita!) Dios volvió a
escucharle. También han venido algunos de sus colegas numerarios con el Obispo
Auxiliar que le trae la bendición del Padre, pasaporte seguro para ir
directamente al cielo. Mamá está muy bien; mucha entereza, no ha derramado ni
una sola lágrima. Toda una dama, toda una señora. Hasta ha sonreído cuando su
hermana (la de Vd.) le susurraba al oído: El muerto al hoyo y el vivo al
bollo. Y su hija fue a confesarse y a comulgar esta misma mañana. Ha venido
radiante, bueno…quiero decir triste, pero emanando ese candor propio de las
almas en paz. El deán catedralicio es un auténtico santo varón. Yo tengo un
problema con la Begoña del turno de noche, ¡qué casualidad! que espero
solucionar rápidamente. Ahora no es como
antes, el aborto se legalizó. El caso es que parecía más mayor. Ya no hay
atentados pero algunos pretenden que empresarios y banqueros de fama y
prestigio vayan a la cárcel. Hasta quieren encerrar al General Pinochet que
tanto admiraba a Franco. Una becaria llamada Mónica le chupa la pilila al Bill
de los EE.UU. y explica a todo el Mundo delante de las cámaras de televisión el
color, el olor, el sabor, el PH, el grado de viscosidad del semen presidencial
que conserva celosamente en uno de sus vestidos que por abundancia o glotonería
se le desparramó cuando el mandatario de la White House se agilipolló un poco
más de lo normal, se le nubló la vista y muy rígido, babeó estallando como un
géiser intermitente los espermatozoides
armados igual que los marines en el desembarco de Normandía. El Príncipe
heredero de la corona de Inglaterra lamenta no ser la compresa de la fea esposa
de un capitán de caballería que se llama Camila. No el capitán si no la del
tampax soberano, mientras Diana, la consorte oficial retoza despechada e
insatisfecha con unos y otros por la permanente infidelidad física y química de
su simiesco esposo, hasta que tropieza con un hijo de Alá, multimillonario, y
juntos suben al cielo (cada uno al suyo) a bordo de un Mercedes. La gente llora
y se agotan las flores mientras unos cuantos empiezan a estudiar las fórmulas
para emprender el largo (a veces) camino de la canonización y una bula para el
que hubiese sido futuro dueño de El Corte Inglés inglés. Todos tan contentos. La Iglesia Católica parece
que quería pedir perdón por nuestra Cruzada de Liberación pero una vez más ha
dado muestras de coherencia y sentido común, le ha dado la vuelta al asunto y
ha perdonado lo que hicieron los otros, los rojos, que a fin de cuentas fueron
los que se sublevaron contra el Generalísimo por la gracia de dios, continuando
a marchas forzadas las beatificaciones de los mártires de la Cruzada. En los
Estados Unidos de América, nuestra
segunda patria, el gobernador aspirante a presidente George Bush, firma una orden para trasladar a
un preso que estaba en la UVI hasta la penitenciaría del estado donde le
aplican una inyección letal según manda la ley. Las cosas bien hechas, bien
hechas están. Casi no se convocan
huelgas, (toco madera) todo va bien, las fuerzas sociales pactan
constantemente, por lo que, "aunque no nos quede Paris"
llevándole la contraria a Rick (Humphrey Bogard) en Casablanca, Ilsa (Ingrid
Bergman) seguirá escuchando como Sam (Dooley Wilson) toca "As time goes
by" (El tiempo pasará o Mientras el tiempo pasa) y le aseguro que puede
ser "el principio de una hermosa amistad". Váyase
tranquilo, papá, que aquí mucho ha tenido que cambiar para que todo siguiese igual. R.I.P.
Luis
Viadel Cócera . 2001
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