80 años Guerra Civil Española
Hilari Raguer: "La Iglesia española
se echó en brazos de los golpistas
tras el golpe del 18 de julio"
se echó en brazos de los golpistas
tras el golpe del 18 de julio"
Raguer es monje benedictino en la abadía de Montserrat
desde 1954, doctor en Derecho Civil por la Universidad de Barcelona
y diplomado en Estudios Superiores de Ciencias Políticas en la Sorbona. Ha
desarrollado amplias investigaciones sobre el papel
de la Iglesia en la Guerra Civil española, por el que insta a las autoridades eclesiásticas a pedir disculpas por su posición durante la contienda.
de la Iglesia en la Guerra Civil española, por el que insta a las autoridades eclesiásticas a pedir disculpas por su posición durante la contienda.
Público
15-7-16
ALEJANDRO TORRÚS
MADRID.- Hilari Raguer (Madrid,
1928) habla de sí mismo como un antifranquista, un demócrata y un nacionalista
catalán. Es monje benedictino en la abadía de Montserrat desde 1954, doctor en
Derecho Civil, diplomado en Estudios Superiores de Ciencias Políticas en la
Sorbona y ha estudiado ampliamente el papel de la Iglesia durante la República y
la Guerra Civil española. De hecho, sus opiniones distan mucho
de las habituales en la jerarquía católica española, a la que insta a pedir disculpas como
heredera de la Iglesia de 1936.
No obstante, Raguer critica que desde la historiografía (de uno y otra vertiente ideológica) siempre se ha exagerado una presunta connivencia del Vaticano con el golpe, que él rechaza. La Iglesia española se echó en brazos de los golpistas, pero no el Vaticano. Raguer atiende a Público desde la abadía del Montserrat con ganas de que la "verdad" llegue a la sociedad y de esta manera sea más fácil evitar lo que sucedió un 18 de julio de 1936, hace ahora 80 años. "Cuanto más sepamos más fácil será que no vuelva a suceder. Hay que apartarse de esas actitudes", dice.
No obstante, Raguer critica que desde la historiografía (de uno y otra vertiente ideológica) siempre se ha exagerado una presunta connivencia del Vaticano con el golpe, que él rechaza. La Iglesia española se echó en brazos de los golpistas, pero no el Vaticano. Raguer atiende a Público desde la abadía del Montserrat con ganas de que la "verdad" llegue a la sociedad y de esta manera sea más fácil evitar lo que sucedió un 18 de julio de 1936, hace ahora 80 años. "Cuanto más sepamos más fácil será que no vuelva a suceder. Hay que apartarse de esas actitudes", dice.
¿Qué papel jugó la
Iglesia católica en el pronunciamiento militar del 18 de julio?
La Iglesia católica, como las
derechas, empresarios, gente rica, etc., no tomó parte de la conspiración
golpista del 18 de julio. Pero sí que deseaba y esperaba un golpe del ejército
que pusiera fin a los desórdenes, sobre todo después de la victoria de las
izquierdas en febrero del 36. Pero una cosa es que lo desearan y que esperaran
ese alzamiento y otra es que la jerarquía católica estuviera en la
conspiración. No lo estuvo. Sí que es cierto que algún eclesiástico recogía
fondos que no se sabía dónde iban a parar. Había diversos grupos dentro de la
Iglesia que deseaban y fomentaban un golpe, pero sólo había uno que tenía
posibilidades de éxito: el que preparaba el general Mola, el Director. Y en
esta conspiración no había miembros de la alta jerarquía
"Pero sí que
deseaba y esperaba un golpe del ejército que pusiera fin a los desórdenes"
¿Los golpistas tenían
en mente la religión o la Iglesia cuando hicieron el golpe de Estado?
Los que formaban aquel golpe no se
distinguían por su religiosidad. El Director, el general de Brigada Mola, no se
distinguía por su religiosidad. El jefe de la Junta de Defensa de Burgos,
Cabanillas, era masón; Queipo de Llano era también anticlerical. El único
católico era Dávila, que también estaba en Acción Católica. El Franco de antes
de la Guerra tampoco se distinguía por su religiosidad. Sus compañeros
africanistas decían de él: "Ni misas, ni
mujeres". Otra cosa es que después, cuando se pronuncia el alzamiento,
la Iglesia se lanza en brazos de los militares
¿Por qué se lanza la
Iglesia en brazos de los militares?
Se sentían perseguidos por el
Gobierno del Frente Popular y, además, la Iglesia estaba identificada con las
derechas. Ser de derechas y ser católico era
prácticamente sinónimo. Las excepciones eran rarísimas. La Iglesia no
entró en la conspiración, pero se lanzó en sus brazos. La prensa de los
primeros días, en los sitios donde triunfó el alzamiento, en Salamanca, Burgos,
Sevilla, Zaragoza no hay nada de religión. Pero conforme pasan los días se
convierte en una guerra religiosa.
¿Por qué?
"Los
conjurados no se movían por móviles religiosos. Pero a los días se enmascaró y
se construyó el mito de que el golpe se dio por defender a la Iglesia y a la
religión"
Los
conjurados no se movían por móviles religiosos. Pero a los días se enmascaró y
se construyó el mito de que el golpe se dio por defender a la Iglesia y a la
religión. Pero es falso. En los bandos de declaración del estado de guerra de
los militares del alzamiento se decía que el ejército toma el poder y contra
qué se levantan y a favor de qué. Ni uno sólo dice que lo hace por
declaraciones religiosas. Dicen que es por el peligro del bolchevismo, por el
orden público, por la dignidad de España, por el papel del ejército, etc. Pero
ninguno nombra la cuestión religiosa. Los bandos y los mensajes de Franco en
los primeros días tampoco lo mencionan. Hay uno que habla de cruzada pero
en un sentido simbólico, no religioso. Incluso, el 1 de octubre, cuando Franco
toma posesión como jefe del Estado pronuncia un discurso en el que habla de la
separación Iglesia-Estado. Los carlistas y el obispo Gomá protestaron
enérgicamente y el texto oficial que se divulgó después del discurso de Franco
ya no recogía lo de la separación
¿Entonces los golpistas
apelan a la defensa de la Iglesia y de sus derechos cuando vieron que
necesitaban apoyo exterior para ganar la Guerra que había iniciado su golpe
fallido?
Exactamente.
El golpe fracasó en la mayoría de la península. Triunfó en África y los
pronunciamientos militares clásicos se resolvían en cuestión de horas, o días:
o triunfaban y los golpistas eran salvadores de la patria o fracasaban y los
fusilaban. Pero este golpe llegó a una situación de impasse. Ni se impone a la mayoría de España ni la
República tiene fuerzas para sofocar el golpe. Entonces deviene en Guerra
Civil, pero los dos dependían del apoyo extranjero porque ni uno ni otro tenían
municiones para una guerra larga. La Guerra se decidirá en las cancillerías
europeas y de cara a esta opinión europea era muy
importante para los sublevados el factor religioso y la bandera religiosa porque
iba unida a la bandera del orden y de la propiedad. Por ejemplo, Gran Bretaña,
que tenía un papel decisivo porque tenía dominada la política francesa, tiene
intereses económicos y le espantaba el comunismo. Como decía mi maestro Josep
Benet: "Los asesinos e incendiarios del 36 sirvieron en bandeja a Franco
el título de cruzada". Este título le sería muy útil
."El Vaticano
teme que el nuevo régimen sea de tipo fascista y hay pánico a la influencia
nazi que se revela a través de Falange"
¿Qué papel jugó el Papa
Pio XI? ¿Estaba de acuerdo con el apoyo de la jerarquía eclesiástica española a
los militares golpistas?
La actitud del Papa, y de su
secretario, sobre la Guerra Civil se ha falseado históricamente. Tanto la
historia profranquista como la prorrepublicana han estado sosteniendo que la
Iglesia estaba implicada, no sólo la española, sino también el Vaticano. Al
menos desde que estalla la Guerra. Pero hay una gran diferencia entre los
obispos españoles, que se lanzaron en brazos de los militares, de la postura
del Vaticano, que fue mucho más cauto. Incluso cuando se desencadenó la
tremenda persecución religiosa en la España republicana el Papa y el Vaticano
callan porque, primero, no saben quién va a ganar; segundo, porque los grandes
protectores del golpe son Hitler y Mussolini y la Santa Sede tiene crecientes
problemas con ellos. En Alemania hay una auténtica persecución de la Iglesia.
El Vaticano teme que el nuevo régimen sea de tipo fascista y hay pánico a la
influencia nazi que se revela a través de Falange. El horror de Pio XI y Pio
XII a una penetración o dominio de tipo nazi o fascista dura hasta la primera
posguerra
¿Se posicionó
públicamente Pio XI a favor de algún bando?
La primera vez que Pío XI da un
discurso sobre la Guerra Civil española fue dos meses después de que comenzara.
Es el discurso del 14 de septiembre del 36 en su residencia veraniega de Castel
Gandolfo ante un grupo de 500 prófugos españoles, que eran casi todos
eclesiásticos que habían logrado huir, pero también había un grupo de seglares,
gente de extrema derecha que había estado conspirando y que esperaban y casi
exigían que el Papa condenara a la República y reconociera y se mostrara
incondicionalmente del lado de Franco y lo reconociera diplomáticamente. Este
discurso, sin embargo, fue muy prudente. Siguió lo que había sugerido Vidal i
Barraquer, arzobispo de Tarragona, que también estaba allí.
"La
propaganda fascista difundió copiosamente el discurso del Papa pero quitando la
parte final, que mencionaba 'los excesos'"
El discurso del Papa comenzó con
la lamentación sentidísima de las víctimas, a las que llama mártires, y tenía
toda la razón. Pero en lugar de pasar a reconocer al bando insurrecto, como
esperaban ellos, dice que toda guerra es terrible y que una gota de sangre es
insoportable y más si la guerra se trata de una fratricida, entre hermanos. El
discurso termina con la bendición de los presentes y con algo así:
"Nuestra bendición se dirige de modo especial a los que han asumido la
difícil y peligrosa tarea de defender los derechos de la Iglesia, que son los
derechos de la dignidad humana. Y decimos misión difícil y peligrosa porque en
ella con frecuencia se incurre en excesos y en partidismos". Y acabó
haciendo suyas las palabras del Evangelio de paz y amor para con los que
persiguen a la Iglesia. Normalmente, Pio XI solía improvisar sus discursos,
pero éste estaba preparado y repartió a todos los asistentes el discurso
impreso en español. Muchos, y he conocido a algunos, lo guardaron con gran
devoción, pero en aquel grupo de seglares algunos protestaron ruidosamente y
allí mismo rompieron el ejemplar que les habían dado
¿Este discurso fue
manipulado por los franquistas?
La propaganda fascista difundió
copiosamente el discurso pero quitando la parte final, que al mencionar los excesos mostraba que el Papa tenía noticia de
fusilamientos de sacerdotes vascos por parte de los sublevados y de la
represión en la zona del bando nacional. Porque hay que tener en cuenta
que los cadáveres no ocupan todo lo mismo. Aquellos prófugos de la Iglesia y
gentes de derechas que pudieron escapar, gracias a la ayuda de la Generalitat y
de la República, y llegaron a Roma tuvieron una gran caja de resonancia para
publicitar la persecución religiosa. Pero los pobres diablos que sufrieron la
marcha terrible de la Columna de la Muerte, de Queipo de LLano, que desde el
Estrecho de Gibraltar hasta las puertas de Madrid fue exterminando republicanos
por donde pasaba... Esos pobres diablos no tenían caja de resonancia. Lo
comparo con lo que pasó en la Revolución Francesa. El terror de la guillotina
tuvo una tremenda caja de resonancia que ha llegado a la literatura y al cine,
pero, en cambio, la represión de la Comuna de París fue varias veces superior a
la de la Guillotina y, sin embargo, no tuvo la resonancia que tuvo aquella.
"La
jerarquía de la Iglesia española tuvo una piel muy fina para sus víctimas y una
piel muy gruesa para las víctimas republicanas"
Frente a esta actitud y
discurso del Papa, dentro de España están los casos de los obispos Segura, Gomá
e Irurita que, desde el principio rechazaron la II República y adoptaron lo que
en Francia se había llamado la 'politique du pire' o teoría de la catástrofe
previa: cuanto peor, mejor, porque provocará la Guerra. Esto es lo que usted
escribe en la obra 'Los mitos del 18 de julio'
Sí. Cuando el director de un periódico catalán, católico y republicano le explicó al obispo Irurita cómo estaba defendiendo a la Iglesia desde posiciones democráticas, el obispo contestó: "Desengáñese. Cristo necesita una espada". Pero ellos no estaban organizando el golpe y no conspiraban con Mola. Alentaban y lo deseaba. Un grupo de católicos, entre los que hay algún eclesiástico, funda el movimiento Acción Española, que es un movimiento y una revista cuya alma es Eugenio Vegas Latapié. Estos confiesan, por escrito, que su intención es crear las bases filosóficas y teológicas para un alzamiento contra la República.
Durante y después de la
Guerra Civil se produjo una represión brutal por parte del bando franquista,
que triplica a la que se vivió en el bando republicano según los datos
aportados por Paul Preston. ¿Hubo consentimiento por parte de la Iglesia
española con estas atrocidades?
Hubo un silencio cómplice. La
jerarquía de la Iglesia española tuvo una piel muy fina para sus víctimas y una
piel muy gruesa para las víctimas republicanas. Por ejemplo, la primera carta
que envía el obispo de Salamanca dice que ahí todo ha ido muy bien y que el
ejército ha tomado el poder sin problema y no menciona la represión tremenda
que denunció Unamuno. Por otro lado, la famosa carta colectiva de los obispos
en 1937 tiene el grave defecto de absolver al Gobierno de Burgos de la represión.
Hay actos particulares de obispos que intervienen para salvar a alguna persona,
como el Obispo de Canarias que fue personalmente en coche para atajar una
matanza de republicanos. El único caso público solemne es el del obispo de
Pamplona, que era salesiano e hijo de un obrero de los Altos Hornos. Este
señor, en agosto del 36, da un discurso tremendo denunciando que era frecuente
que cuando moría un requeté en el frente, después del entierro, había una
matanza de republicanos en honor al muerto. Imagínese en los pueblos, donde
todo el mundo sabe por qué partido vota cada uno, cuando había un entierro cómo
estarían de espantados los que sabían que eran conocidos como republicanos.
"No más sangre", repetía el Obispo, que decía que el muerto los detendría,
que no querría más sangre derramada que la que había en los frentes o tras los
juicios justos, que obviamente no existían. Había pasado un mes. La matanza en
Navarra fue tremenda. La jerarquía católica es culpable de esta represión
porque fueron ciegos. No mandaban noticias
"La Iglesia española tiene que pedir
perdón por su posición en la Guerra Civil"
¿Está a tiempo de pedir
perdón la Iglesia católica por su papel en la Guerra Civil?
La Iglesia española tiene que
pedir perdón por su posición en la Guerra Civil. No por su complicidad en la
organización y declaración del alzamiento, pero sí por haberse sumado a una
guerra entre hermanos. Hubo un momento en el que se quiso pedir perdón. Fue en
la asamblea de obispos y sacerdotes dirigida por Tarancón en el clima del
posconcilio. Fue un momento de sinceridad. Los sacerdotes se lo tomaron muy en
serio. Allí se propuso una moción que recogiera que la Iglesia pedía perdón
porque no supimos ser ministros de la reconciliación en la Guerra y no porque
fuéramos cómplices de la represión. Esto se aprobó por mayoría simple, pero
según el reglamento de la asamblea se necesitaba una mayoría de dos tercios. Se
repitió la votación y fue el único caso en el que una moción que tenía mayoría
simple, pero no de dos tercios. Cuando se repite la votación pierde el pedir
perdón. Hay muchos obispos que creen que no tienen que pedir perdón por cosas
que no hicieron, pero es que los obispos de hoy son sucesores de aquellos. En
la Iglesia hay cambios de gobierno, pero no hay cambios de régimen. Somos
solidarios y yo soy solidario de lo que hicieron los obispos del 36, 37 y 38 y,
por tanto, no puedo decir a mi no me afecta. La
jerarquía argentina, la chilena, la alemana... han pedido perdón. La española
parece la Inmaculada Concepción, que no tiene culpa de nada
Durante la Guerra
Civil, en los territorios leales de la II República hay también una persecución
eclesiástico. ¿Qué sucedió?
"Hay un
discurso de Queipo de Llano que decía: "Sabemos
que el presidente Compayns ha salvado a miles de personas de derechas. Dios se
lo tendrá en cuenta". Dios seguramente sí, pero ellos no"
Hay una persecución religiosa
en la zona republicana. Puede decirse que hay persecución religiosa porque se
da el caso de que hay personas que son sancionadas y ejecutadas no por algo que
haya hecho sino por pertenecer a una confesión religiosa. Hubo unos meses en
los que sólo por el hecho de ser religioso o por ser católico militante era
suficiente para ser liquidado sin proceso judicial. Esto sucedió en los
primeros meses de la Guerra Civil. No se prolonga, de ningún modo, durante los
tres años de la Guerra. Se da cuando el Gobierno de la II República está
desbordado por las masas que se habían sumado para luchar contra la sublevación
fascista. Lo que no hay es una toma de disposición legal del Gobierno contra la
Iglesia. No es comparable a la persecución de la Iglesia en Roma, por ejemplo.
El Gobierno de la República y de la Generalitat de Catalunya se esfuerzan por
salvar vidas y preparar la evasión de los clérigos en barcos italianos y
franceses. Hay un discurso de Queipo de Llano que decía: "Sabemos que el
presidente Compayns ha salvado a miles de personas de derechas. Dios se lo
tendrá en cuenta". Dios seguramente sí, pero ellos no
Y esto sucedió durante
la Guerra Civil. ¿Durante la República existió la llamada persecución
religiosa? ¿Mantiene una actitud los gobiernos progresistas de la República
anticlerical?
No y no.
Hay desórdenes. Muchos. Pero son de lado y lado. Calvo Sotelo denunció en las
Cortes la lista de incendios, asesinatos, etc. pero son más los actos de
violencia de gente de derechas. He tenido en mis manos del Archivo Central del
Estado Italiano los comprobantes bancarios de la suma
mensual que Mussolini, a través de la embajada francesa, pasaba a José Antonio
Primo de Rivera para que promoviera alborotos contra la República. Con este
dinero Primo de Rivera contrataba pistoleros. No solo falangistas de
convicción, que los hubo, sino también pistoleros contratados. Se
cometen atentados de parte y parte. Había un gran desorden, pero causado de una
parte y de otra, pero no estuvo instigado por las autoridades republicanos. En
un estudio reciente en Los mitos de la Guerra Civil sobre esos desórdenes se
muestra que el grupo más numeroso de víctimas es de miembros de las fuerzas de
orden público de la República. Es decir, el Gobierno de la II República lucha
hasta el punto de tener numerosas víctimas para mantener el orden público
contra los extremistas de uno y otro lado.
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