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sábado, 12 de noviembre de 2016

Los Legionarios de Cristo



Marcial Maciel Degollado  fue un sacerdote mexicano, fundador de la asociación seglar Regnum Christi y de la congregación católica Legión de Cristo que nació el año 1920 y murió en Florida EEUU en 2008 a los 87 años de edad, en medio de acusaciones de abuso sexual.
Entonces el Papa Benedicto XVI, señaló que Maciel había sido «invitado» a retirarse a «una vida reservada de oración y penitencia y a no cumplir con su ministerio público».
Tuvo una hija con una mujer de 26 años en la década de los 90 y dos más de otra relación de los años 70, Omar y Raúl quienes tuvieron que soportar durante ocho años los abusos sexuales de su padre.

Maciel era también adicto al Demedol, un potente tranquilizante, el cual conseguía gracias a sus seminaristas, que se lo suministraban regularmente, con el pretexto de padecer dolores de espalda y cabeza. Sus mismas víctimas denunciaron su afición a la morfina.

"¡Cuánta suciedad hay en la Iglesia!" Este clamor le valió un pontificado al entonces cardenal Joseph Ratzinger. 
Estuvo envuelto en abusos sexuales, pederastia e hijos secretos
Al morir el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado, se desvelaron una serie de acusaciones y escándalos en su contra, DESDE abusos sexuales por miembros de la congregación y estudiantes, pederastia e hijos secretos, 
 en 1997, cuando ocho ex miembros de la Legión de Cristo acusaron al sacerdote Marcial Maciel de haber cometido abuso sexual en su contra y que además, en su MOMENTO, nadie de la congregación o miembros de la jerarquía católica los atendió.
Esta acusación se hizo en una carta abierta dirigida al Papa Juan Pablo II, por la que Maciel argumentó que padecía una extraña enfermedad que los niños podían ayudar a aliviar, por lo "que necesitaba una muestra de semen para un examen y un 'ayudante' para extraérselo".
Como consecuencia de estas acusaciones, dejó la dirección de la Legión de Cristo en 2004.

Hoy los legionarios de Cristo están ahí con sus residencias, colegios (¡para niños!)… como si no hubiese existido semejante monstruo.


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