S.O.Spain
España es un Estado fallido porque falla algo básico: la confianza en
quienes posan su culo en los sillones del poder, un conjunto de culos que los
jueces que han logrado saltar las barricadas definen como organización criminal
CTXT
26 de Abril de 2017
El término “Estado
fallido” describe aquellos Estados soberanos en los que fallan elementos
básicos y necesarios para su funcionamiento y la seguridad de sus ciudadanos.
El concepto nos sugiere un paseo por las calles de una ciudad en la que es
habitual que te roben a punta de pistola y a continuación te extorsione la
policía. Cosa de países lejanos. ¿Decir que España se acerca al Estado fallido
es una exageración?
Jefatura del Estado compi
yogui, Presidencia del Gobierno, ministerios, mostrando su apoyo en
reuniones, correos o SMS a acusados de blanquear, extorsionar, sobornar o
saquear empresas públicas del país. Asaltos en la casa de fiscales que
investigan la corrupción mientras sus jefes intentan frenar su trabajo.
Ministros de Justicia que, sabiendo que todo esto sucede, si mueven un dedo es
para escribirle un SMS al corrupto dándole ánimos. Destrucción de discos duros con
pruebas de delitos en la sede del partido gobernante. Cajas de ahorro saqueadas
con el conocimiento de los organismos controladores que nos han costado
hospitales y escuelas. Medios de comunicación financiados por el poder desde
empresas públicas saqueadas. Medios que, en lugar de vigilar al poderoso, han
decidido que su papel es informar sobre países lejanos y proteger al saqueador
que los financia. Jueces que denuncian falta de recursos para investigar la
corrupción. Corruptos gobernantes que no piensan darles medios a estos jueces.
Un partido que quita y pone jueces, que aparta fiscales con total naturalidad
cuando las investigaciones se acercan a las cúpulas. Miembros del partido
apartados en silencio si denuncian haber visto algo raro. Cientos de cargos que
nunca saben nada, nunca sospechan nada, hasta que la alcantarilla rebosa y la
guerra interna les obliga a posicionarse del lado de alguna de las familias en
conflicto interno por el poder. Grandes empresarios pagando millonarias
campañas electorales que perpetúan en el poder a gobernantes regados con
sobresueldos. Gobernantes agradecidos dando concesiones públicas a dedo con el
dinero de todos, haciendo que la prioridad del país la marquen los empresarios
corruptos que sobornan a políticos. Ministros de Economía que se felicitan por
un crecimiento cuya gasolina es la rueda corrupta. Una de cada cuatro personas
en riesgo de pobreza y exclusión. Y la cifra creciendo. Trabajadores pobres. Y
el sueldo bajando. Leyes mordaza que dificultan la protesta contra el tinglado
organizado. Ministros del Interior usando dinero público para inventarse
operaciones antiterroristas contra usuarios de redes sociales o espiando a
rivales políticos.
Sí, España es un Estado fallido porque
falla algo básico: la confianza en quienes posan su culo en los sillones del
poder, un conjunto de culos que los jueces que han logrado saltar todas las
barricadas y zancadillas definen en sus investigaciones una y otra vez como
organización criminal. España es un Estado fallido porque ocurre algo muy
grave: los ciudadanos no podemos confiar en quienes dicen trabajar para
nosotros, ni en quienes vigilan que se cumpla la ley, ni en quienes construyen
desde los medios el relato de un país que, nos dicen, está resfriado, un país
que, sabemos de sobra, está comido por la metástasis de la corrupción.
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