03/09/2018
La reflexión del juez Bosch que callará la boca a quienes dicen que Franco
sólo mató a asesinos republicanos
"Algunos dicen ahora que Franco fue una especie de santo varón o que
la dictadura solo fusiló a criminales con delitos de sangre"
·
Redacción El
HuffPost
LASEXTA
Joaquim Bosch,
uno de los portavoces de Jueces para la Democracia, ha querido callar la boca a base de
argumentos a aquellos que defienden por las televisiones españolas las
múltiples virtudes de los militares golpistas, del dictador y de su régimen.
Uno de estos franquistas, indignado por la medida
adoptada por el Gobierno de Pedro Sánchez de exhumar el cadáver del dictador
del mausoleo del Valle de los Caídos, es el general en la reserva Fernández-Monzón, quien hace algo más de
una semana aprovechó la visibilidad que le dio la Sexta para decir cosas como
"se persiguió a la gente que había cometido asesinatos. La saña y la
crueldad se vio en el bando rojo" o, directamente, que "Franco no
asesinó a nadie".
"Algunos dicen ahora que Franco fue una especie
de santo varón o que la dictadura solo fusiló a criminales con delitos de
sangre", ha escrito indignado Bosch, en el inicio de una reflexión sobre
Franco, el golpe, sus víctimas o sus juicios que en pocos días tiene decenas de
miles de 'me gusta'.
Algunos dicen ahora que Franco fue una especie de
santo varón o que la dictadura solo fusiló a criminales con delitos de sangre.
Esas alusiones revelan falsedades intencionadas, ignorancia culposa o meras
simpatías con el franquismo. Intento explicar lo que sucedió (hilo).
Los golpistas de 1936 impartieron instrucciones muy
claras para eliminar a toda persona que pudiera ser contraria a la sublevación.
La mayoría de quienes están en fosas comunes, como García Lorca, no había ido a
ninguna guerra. Fueron asesinadas durante las primeras semanas.
Franco y los militares que se alzaron contra un
gobierno elegido democráticamente dieron la consigna de ejecutar una limpieza
ideológica generalizada, con la finalidad de eliminar cualquier posible
resistencia y de atemorizar a toda la población.
En este Día Internacional contra las Desapariciones
Forzadas vale la pena leer este hilo de @olgarodriguezfrhttps://twitter.com/olgarodriguezfr/status/1035135637559623680 …
Además de los asesinatos extrajudiciales, tras la
guerra se celebraron juicios militares con el mismo criterio de eliminar
disidentes y provocar el terror colectivo. La mejor prueba del éxito de esa
estrategia de intimidación social fue que la dictadura duró cerca de 40 años.
Los procedimientos judiciales eran una farsa, sin la
más mínima garantía, y la sentencia estaba decidida de antemano. Los jueces
eran militares, con vínculos jerárquicos hacia sus superiores. Los acusados no
podían elegir libremente abogados defensores.
Entre los cientos de procesos que he examinado,
podría mostrar el de Juan Peset Aleixandre, como ejemplo de justicia del
franquismo. Así se eliminó a decenas de miles de personas por razones
ideológicas, precisamente por su compromiso con los valores democráticos.
Juan Peset fue uno nuestros mejores científicos.
Catedrático de Medicina Legal y Rector de la Universidad de Valencia entre 1932
y 1934. Realizó aportaciones muy relevantes en el campo de la bacteriología, la
higiene pública o la vacunación contra el tifus.
Era un progresista moderado, simpatizante del
laborismo británico y de las socialdemocracias escandinavas. Y en los años 30
se unió con ilusión al proyecto republicano y democrático de Manuel Azaña. En
las elecciones de febrero de 1936 fue el diputado más votado en Valencia.
Las actuaciones judiciales dejan claro que se le va
a fusilar por oponerse con la palabra al golpe de estado y por apoyar el orden
constitucional. Y que no intervino en ningún delito de sangre y salvó la vida
de monjas, de personas de derechas y evitó la quema de templos.
La única actuación relevante en guerra de Peset fue
ser coordinador de hospitales militares, para salvar vidas, como siempre había
hecho. Pero el tribunal lo condena a muerte por adhesión a la rebelión, como a
las miles de personas a las que se eliminó por razones ideológicas.
La interpretación de este delito fue otra burla
jurídica. Los golpistas consideraron rebeldes a todos los que se opusieron a la
sublevación y defendieron el orden democrático constitucional. El mundo al
revés.
Así fueron fusiladas miles de personas que no tenían
el menor vínculo con delitos de sangre, en procesos como el de Peset, en casi
todas las ciudades del país. Intelectuales, científicos, políticos,
sindicalistas, profesores. Cualquiera que pudiera oponerse a la dictadura.
Todas las condenas a muerte tenían el visto bueno
final de Franco. El dictador fue el máximo responsable del exterminio y el que
lo acababa decidiendo todo en la dictadura. Resulta intolerable que una
sociedad democrática pague el mantenimiento de su mausoleo faraónico.
Las sentencias de los tribunales militares
franquistas deben ser anuladas, como se ha hecho en Alemania con resoluciones
similares de la época del nazismo. Unas decisiones abiertamente contrarias a
los derechos humanos no deben formar parte de nuestro ordenamiento jurídico.
La reparación a las víctimas de la dictadura no es
posible mientras Franco siga en el Valle de los Caídos, mientras estén los
asesinados en fosas comunes y mientras no se anulen las sentencias que trataron
como delincuentes a personas por sus convicciones democráticas (fin).
Los comentarios generados por la reflexión de Bosch
se cuentan por centenares.
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