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lunes, 10 de junio de 2019

La Fiscalía eleva el "procés" a un Golpe de Estado y a Franco a los altares



La Fiscalía del Tribunal Supremo ha calificado por primera vez de "golpe de Estado" lo que ocurrió en Cataluña desde marzo de 2015 hasta octubre de 2017, especialmente en el otoño de este último año con la celebración del referéndum ilegal del 1-O y la declaración unilateral de independencia, y ha considerado probado que hubo rebelión porque los acusados se valieron de la "violencia suficiente" y "necesaria" para intentar conseguir sus objetivos en este periodo "insurreccional": la derogación de la Constitución y la secesión de una parte del Estado.

Los cuatro fiscales encargados de dirigir la acusación pública contra los líderes independentistas siguen convencidos de que en los días previos al 1 de octubre de 2017 y durante la jornada del referéndum ilegal se produjo una “insurrección violenta” que puso en grave peligro el orden constitucional, y que por tanto el Tribunal Supremo los deberá condenar por un delito de rebelión, castigado con penas que van de los 15 a los 25 años de prisión

Según indicaron a EL PAÍS fuentes del Tribunal Supremo, los cuatro fiscales de Sala que dirigirán la acusación —Javier Zaragoza, ex fiscal jefe de la Audiencia Nacional; Consuelo Madrigal, ex fiscal general del Estado; Fidel Cadena y Jaime Moreno— mantienen un criterio unánime con respecto al delito de rebelión y no han recibido ninguna instrucción contraria por parte de la nueva fiscal general del Estado, María José Segarra, con la que trabajan en sintonía. Las principales asociaciones de fiscales han mostrado su total confianza en la imparcialidad de los cuatro fiscales de Sala y han alabado su valía profesional, que los sitúa a salvo —aseguran desde la Asociación de Fiscales y la Unión Progresista de Fiscales— de cualquier injerencia política.

 Los historiadores y periodistas de choque se indignan porque el Tribunal Supremo recuerda que el general Franco fue jefe del Estado español desde el 1 de octubre de 1936 y no desde el 1 de abril de 1939, o por ahí.

"El golpe del 18 de julio de 1936 contra el Gobierno democrático del Frente Popular cuyo fracaso parcial dio origen a la guerra civil"
Uno de estos franquistas, indignado por la medida adoptada por el Gobierno de Pedro Sánchez de exhumar el cadáver del dictador del mausoleo del Valle de los Caídos, es el general en la reserva Fernández-Monzón, quien hace algo más de una semana aprovechó la visibilidad que le dio laSexta para decir cosas como "se persiguió a la gente que había cometido asesinatos. La saña y la crueldad se vio en el bando rojo" o, directamente, que "Franco no asesinó a nadie".

Algunos dicen ahora que Franco fue una especie de santo varón o que la dictadura solo fusiló a criminales con delitos de sangre. Esas alusiones revelan falsedades intencionadas, ignorancia culposa o meras simpatías con el franquismo. Intento explicar lo que sucedió  Los golpistas de 1936 impartieron instrucciones muy claras para eliminar a toda persona que pudiera ser contraria a la sublevación. La mayoría de quienes están en fosas comunes, como García Lorca, no había ido a ninguna guerra. Fueron asesinadas durante las primeras semanas.

 Franco y los militares que se alzaron contra un gobierno elegido democráticamente dieron la consigna de ejecutar una limpieza ideológica generalizada, con la finalidad de eliminar cualquier posible resistencia y de atemorizar a toda la población.

En este Día Internacional contra las Desapariciones Forzadas vale la pena leer este hilo de @olgarodriguezfr


Mi bisabuelo Santos Francisco, asesinado por
los golpistas en 1936, sigue desaparecido. Herrador, padre de 7 hijos. Lo
sacaron de su casa y se lo llevaron como a otros muchos. Día de las Víctimas de
Desapariciones Forzadas Más de 114.000 desaparecidos del franquismo. Hilo


 Además de los asesinatos extrajudiciales, tras la guerra se celebraron juicios militares con el mismo criterio de eliminar disidentes y provocar el terror colectivo. La mejor prueba del éxito de esa estrategia de intimidación social fue que la dictadura duró cerca de 40 años.
 Los procedimientos judiciales eran una farsa,
sin la más mínima garantía, y la sentencia estaba decidida de antemano. Los jueces eran militares, con vínculos jerárquicos hacia sus superiores. Los
acusados no podían elegir libremente abogados defensores.

 Entre los cientos de procesos que he examinado, podría mostrar el de Juan Peset Aleixandre, como ejemplo de justicia del franquismo. Así se eliminó a decenas de miles de personas por razones ideológicas, precisamente por su compromiso con los valores democráticos.
Juan Peset fue uno nuestros mejores científicos. Catedrático de Medicina Legal y Rector de la Universidad de Valencia entre 1932 y 1934. Realizó aportaciones muy relevantes en el campo de la bacteriología, la higiene pública o la vacunación contra el tifus.

 Era un progresista moderado, simpatizante del
laborismo británico y de las socialdemocracias escandinavas. Y en los años 30 se unió con ilusión al proyecto republicano y democrático de Manuel Azaña. En las elecciones de febrero de 1936 fue el diputado más votado en Valencia.


 Las actuaciones judiciales dejan claro que se
le va a fusilar por oponerse con la palabra al golpe de estado y por apoyar el orden constitucional. Y que no intervino en ningún delito de sangre y salvó la
vida de monjas, de personas de derechas y evitó la quema de templos.



 La única actuación relevante en guerra de Peset fue ser coordinador de hospitales militares, para salvar vidas, como siempre había hecho. Pero el tribunal lo condena a muerte por adhesión a la rebelión, como a las miles de personas a las que se eliminó por razones ideológicas.
 La interpretación de este delito fue otra burla jurídica. Los golpistas consideraron rebeldes a todos los que se opusieron a la sublevación y defendieron el orden democrático constitucional.
El mundo al revés.

 Así fueron fusiladas miles de personas que no
tenían el menor vínculo con delitos de sangre, en procesos como el de Peset, en casi todas las ciudades del país. Intelectuales, científicos, políticos,
sindicalistas, profesores. Cualquiera que pudiera oponerse a la dictadura.
 Todas las condenas a muerte tenían el visto
bueno final de Franco. El dictador fue el máximo responsable del exterminio y el que lo acababa decidiendo todo en la dictadura. Resulta intolerable que una sociedad democrática pague el mantenimiento de su mausoleo faraónico.

 Las sentencias de los tribunales militares franquistas deben ser anuladas, como se ha hecho en Alemania con resoluciones similares de la época del nazismo. Unas decisiones abiertamente contrarias a los derechos humanos no deben formar parte de nuestro ordenamiento jurídico.
 La reparación a las víctimas de la dictadura no es posible mientras Franco siga en el Valle de los Caídos, mientras estén los asesinados en fosas comunes y mientras no se anulen las sentencias que trataron como delincuentes a personas por sus convicciones democráticas (fin).
Franco era un traidor al estado republicano al que había jurado
lealtad, traidor, cobarde ni siquiera buen militar y el supuesto golpe militar
se alargo en una cruenta Guerra Civil. Una aberrante trágica chapuza.

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