PEDERASTIA
La Iglesia conocía el
caso del sacerdote Peré Barceló, condenado por abusar de una niña de 10 años
Un catequista le denunció ante la Guardia Civil en 1998 y se lo comunicó al
obispo
ElPlural
5-7-16
ADRIÁN LARDIEZ
El párroco
de Can Picafort (Mallorca), Peré Barceló Rigo, expulsado del sacerdocio en marzo
de 2013, ha
sido condenado a seis años de cárcel tras reconocer ante la Audiencia de Palma haber
perpetrado repetidas violaciones y abusos sexuales a una monaguilla de su
parroquia de 10 años de edad. La
víctima, cuyo nombre es María, actualmente de 28 años de edad, ha explicado
cómo el sacerdote protagonizó agresiones sexuales contra ella.
El sacerdote comenzó
como rector de Can Picafort en 1996 y tan
solo dos años después, en 1998, un catequista, Mateu Ferrer,
denunció ante la Guardia Civil que
había sorprendido al por entonces sacerdote abusando presuntamente de una niña.
La Fiscalía de Baleares abrió diligencias por este hecho y otras informaciones
recogidas por el catequista sobre otros niños que frecuentaban la parroquia de
Barceló y confirmaban su conducta delictiva. Testigos y niños prestaron
declaración ante la Fiscalía pero la causa, finalmente, fue archivada pocos
meses después.
El ahora periodista Mateu Ferrer, quién puso la denuncia en 1998, aseguró
que informó de
todos estos hechos al que fuera obispo de Mallorca, Teodor Úbeda a
través de Bartomeu Suau, un
vicario episcopal. Según Ferer, Suau le recriminó que acudiera la Fiscalía. De
esta manera. La Iglesia obvió la denuncia presentada por supuestos abusos a menores de Barceló y le
permitió continuar con su oficio con total normalidad -hasta marzo de 2013-.
Ferrer elaboró un documental -Els Monstres de ca meva- donde presentaba
estos hechos. En ese momento, el obispo alegó desconocimiento. Sin embargo,
según señala el Diario
de Mallorca, el actuar prelado (cargo
superior de un convento o comunidad eclesiástica), Jesús
Murgui, estaba al tanto, al igual que
varios de sus colaboradores.
Resurge la polémica
La condena a Peré Barceló vuelve a situar las escasas medidas de la
institución eclesiástica en la lucha contra los abusos sexuales a menores, así
como el encubrimiento de parte de algunos responsables, en el foco mediático.
Casos como el de Boston, llevado al cine con Spotlight, ganadora del Óscar 2015 a mejor película; o como el de Irlanda, en el cual se descubrieron miles de casos de abusos
sexuales en instituciones gestionadas por la Iglesia católica tras 9 años de
investigación.
La jerarquía del Vaticano, en
entredicho
A pesar de que el Papa
Francisco atajó el asunto en 2015 creando
un tribunal especial para juzgar a los obispos que abusen de su poder y encubren casos de pederastia,
todo esfuerzo es poco.
En el año 2014 el Comité de la ONU emitió un informe con respecto a los Derechos de los
niños en el que denunciaba que la Iglesia “ha adoptado políticas
y prácticas que han llevado a la continuación y la impunidad de los
culpables". Este informe concluye
que la Santa Sede incumple los derechos fundamentales del menor.
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