Podemos obliga al PSOE a abstenerse en la
investidura.
23-10-16
Luis Viadel
En las últimas elecciones el PSOE sacó el peor
resultado de toda su larga historia, pese a todo salieron a la palestra
falsamente eufóricos reivindicando el papel de oposición que teóricamente
habían desempeñado durante toda la legislatura. Nadie, absolutamente nadie
dentro del partido, fue lo suficientemente honesto como para preguntarse el
porqué de semejante resultado.
Lo más lógico hubiese sido que la dirección del
partido hubiese iniciado una catarsis que le permitiese saber con exactitud qué
es lo que había pasado. ¿O ya lo sabían?
El primer partido de la oposición, si ese que tiene
130 años de existencia, durante toda la legislatura permaneció navegando
cómodamente entre dos aguas mientras el Partido Popular navegaba a sus anchas
con rumbo fijo cometiendo toda clase de dislates, barbaridades y desaciertos,
mirándolo complacientemente. Jamás un partido en el gobierno se había
comportado tan corruptamente pero el PSOE le miraba complaciente desde su
atalaya de oposición. Como curiosidad, Rosa Díez y su partido presentaron más
de cien denuncias contra el PP, mientras el partido de la “oposición” no hizo
ninguna.
La derrota había sido estrepitosa pero ciento
treinta años, presumían, de historia, les avalaba como oposición para la
próxima legislatura. Nadie se preguntó porqué ni tampoco el hecho de que otro
partido con apenas dos años de existencia, sin la menor ayuda por parte de los
poderes económicos había sido capaz de sacar tan solo, 300.000 votos menos. En
Podemos se veían reflejados ellos mismos como eran hace 30 años y eso no les
gustaba. Se han escorado demasiado a la derecha y dejaron un hueco vacante que
unos cultos e inteligentes (como lo habían sido ellos) jóvenes decidieron
ocupar.
De repente apareció el “dios” (en su día fue
venerado como tal) de las izquierdas, Felipe González, que había apostado por
el cambio y desde su sillón de ejecutivo en Gas Natural (premio a su
comportamiento se le concedió una importante crematística “puerta giratoria” y
cumpliendo órdenes del Ibex35) le dio la
orden taxativa a Pedro Sánchez de no pactar NUNCA con Podemos (los
pueden fagocitar, pensaron) por lo que no le quedó otra alternativa que
flirtear con el hijo bastardo del Partido Popular. Son conscientes que con
Mariano Rajoy no pueden ir muy lejos y encargaron un proyecto que acabó siendo Ciudadanos. Les
habían dicho: queremos un partido con un secretario general como Pablo Iglesias
pero de derechas”: Se llama Albert Rivera.
Pablo Iglesias le ofreció a Sánchez la Presidencia
de un gobierno en el que participasen ellos también. La consigna socialista fue
criticar los ”sillones” estuviesen antes que el futuro del país. La experiencia
ya existía en Valencia con un resultado excelente pero no querían escuchar el
argumento. Podemos se convirtió en ese momento en el verdadero ENEMIGO a
combatir. Y en esas están. Firmaron un “acuerdo” con Ciudadanos para poder
echarle la culpa de no formar gobierno, a Podemos. Su inercia hacia la derecha
ya es imparable.
Hace poco volvió
a salir Felipe “aconsejando” que apoyen la investidura de Rajoy “por el
bien de España”. Resulta sorprendente como en los últimos meses que no han
dejado de repetir por activa y por pasiva “NO es NO” que ahora utilicen los mismos
argumentos, mientan y adopten las mismas hipócritas aptitudes que los del
Partido Popular. Cuando hacen declaraciones, si no les miras, no sabes
distinguir de qué partido es el interlocutor.
Es evidente que Podemos ha obligado al PSOE a que se
abstenga en la investidura de Rajoy.
Terrible paradoja, ha sido el Partido Popular quien
ha fagocitado al PSOE. Las bases gritan desesperadamente siendo consecuentes
mientras sus dirigentes parecen decir: ¡Cuán
gritan estos malditos pero mil rayos me partan,
si terminando esta carta, no pagan caro sus gritos.”
si terminando esta carta, no pagan caro sus gritos.”
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