Referéndum
1-O
Cuando
Rajoy pedía un referéndum sobre el Estatut de Catalunya
El 25 de abril de 2006 Rajoy, entonces líder de la oposición, presentó en
el Congreso de los Diputados una proposición no de ley en la que pedía al
Gobierno presidido entonces por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero la
celebración en toda España de un referéndum sobre el nuevo Estatut de
Catalunya. Acompañó su petición de cuatro millones de firmas. Calificó su
iniciativa de "exquisitamente democrática" y de "exigencia
democrática".
Público
MADRID
JORGE oTERO
"No habrá referéndum, no lo habrá". Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, ha sido contundente
en el discurso que ha ofrecido este viernes en Barcelona a sus fieles
tras la reunión de la Junta Directiva del PP de Catalunya. Sus palabras,
sin embargo, no sorprenden: el presidente del Gobierno lleva semanas
proclamando a los cuatro vientos que no habrá consulta sobre la independencia
de Catalunya. Lo que ha hecho este viernes es escenificar una vez más su
repulsa a cualquier cosa que huela a referéndum. En realidad lo lleva haciendo
desde 2011, cuando llego al poder. Sin embargo, no siempre fue así: hubo un
tiempo en el que el PP de Rajoy pedía la celebración de un referéndum sobre
Catalunya.
Es cierto que hay que remontarse más de diez años en el pasado, en concreto
al 25 de abril de 2006. Ese día Rajoy, entonces líder de la oposición, presentó
en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley en la que pedía
al Gobierno presidido entonces por el socialista José Luis Rodríguez
Zapatero la celebración en toda España de un referéndum sobre el nuevo Estatut
de Catalunya que poco antes habían pactado Zapatero y el entonces líder de CiU,
Artur Mas. El mismo estatut que sería refrendado por los ciudadanos catalanes
en junio de 2006 y que el PP impugnaría ante el Tribunal Constitucional unas
semanas después, en julio de ese mismo año. El mismo Estatut, en suma, que el
Constitucional amputaría en una recordada sentencia que tardó cuatro años en
alumbrar.
"¿Considera conveniente que España siga siendo una única nación en la
que todos sus ciudadanos sean iguales en derechos y obligaciones, así como en
el acceso a las prestaciones públicas?", era la pregunta que el PP quería
hacer a los ciudadanos españoles. Rajoy calificó su iniciativa de
"exquisitamente democrática" y de "exigencia democrática".
Un argumento que ahora utilizan los independentistas catalanes.
En una demostración de fuerza, Rajoy acompañó su demanda de referéndum con cuatro
millones de firmadas recogidas a lo largo y ancho de toda España. La
Agencia EFE informó entonces de que esas firmas "llegaron al Congreso en
876 cajas apiladas en palés y transportadas por diez furgonetas aparcadas junto
a la puerta principal del Congreso". Para no pocos analistas en esa
recogida de firmas está el origen del actual conflicto entre el Estado y
Catalunya.
Rajoy puso mucho empeño en dejar claro que su propuesta de referéndum no
iba contra nadie "sino a favor del sentido común". Una expresión muy
suya
En aquella primavera de 2006, el actual presidente del Gobierno se recorrió
toda la geografía española clamando contra el nuevo Estatut de Autonomía
catalán. "Esta no es una iniciativa ni de derechas ni de izquierdas ni de
centro, sino en defensa de las reglas de juego, de la nación española y
de la igualdad entre los españoles", dijo Rajoy el día que presentó su
propuesta en el Congreso de los Diputados.
Pese a su gira por todo el país despotricando contra el Estatut catalán,
Rajoy puso mucho empeño en dejar claro que su propuesta de referéndum no iba
contra nadie "sino a favor del sentido común". Una expresión muy
suya. Aquel 25 de abril de 2006, Rajoy lanzó una premonición que explica muchas
de sus actuaciones recientes en Catalunya, en especial la ofensiva judicial con
la que está arremetiendo contra los impulsores del referéndum catalán: "Los
efectos del nuevo Estatut se verán en los próximos años. El Estado se va a
debilitar", dijo. Quizás por ello ahora quiere seguir demostrando
fuerza en Catalunya. En eso no ha cambiado. En lo que sí ha cambiado es su
opinión sobre la convocatoria de un referéndum: fue llegar a La Moncloa y
olvidarse del asunto. En estos últimos seis años ha podido convocar una
consulta, incluso en todo el Estado, pero no ha querido hacerlo.



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