El
abogado Gil Matamala presidirá la comisión creada por Barcelona para reconocer
a las víctimas del tardofranquismo
Esta
junta, que será pionera en España, se guiará por el protocolo de Estambul en su
lucha contra la impunidad y el olvido de los represaliados. El reconocimiento
tendrá carácter simbólico y no irá acompañado de reparación económica o penal.
Público
Entre los años 1960 y 1978, muchas personas fueron
víctimas de la represión en el Estado a consecuencia de su lucha por la defensa
y la recuperación de las libertades democráticas y sindicales. Ahora, el Ayuntamiento
de Barcelona ha anunciado que creará una comisión de valoración
para resarcir moralmente a los represaliados del tardofranquismo.
El teniente de alcaldía de Derechos de la
Ciudadanía, Jaume Asens, ha destacado que este mecanismo es un paso muy
importante en la lucha contra la impunidad franquista: "Se trata de una
exigencia democrática, moral y política que llevamos adelante justamente por la
inacción de los gobiernos de España, que no han tomado medidas suficientes para
que estos crímenes no queden impunes". Asens destaca que llevan trabajando
en él desde mayo de 2015.
Sin embargo, el Ayuntamiento tuvo que esperar para
encontrar la forma jurídica perfecta para este proyecto y, entre tanto,
priorizó el apoyo a asuntos más urgentes como apoyar la querella
argentina y personarse en la causa de la Asociación
AltraItalia contra los bombardeos de las tropas italianas de Mussolini que
sufrió la ciudad entre 1937 y 1939 y en los que murieron 5.000 personas; la retirada de
placas franquistas de los edificios y trabajos de reparación
democrática como la retirada de
la medalla de oro al alcalde franquista Miguel Mateu.
Esta comisión, que será pionera en España, nace
inspirada por la experiencia del Gobierno Vasco para la recuperación de la
memoria histórica, que ya en 2003 puso en marcha su plan de investigación
para localizar información sobre las personas represaliadas, fusiladas y
desaparecidas en la Guerra Civil.
Uno de los objetivos pendientes de este proyecto,
impulsado por la directora de Víctimas y Derechos Humanos del Gobierno
Vasco, Monika Hernando, era la creación de una comisión de la verdad de
carácter no judicial, tal y como propuso
Amnistía Internacional, con un límite temporal para intentar
esclarecer casos de desaparecidos antes de que sus familiares fallezcan con el
paso de los años.
El
proceso para alcanzar la verdad, justicia y reparación
Una junta de valoración integrada por historiadores,
juristas y psicólogos será la encargada de analizar y valorar las solicitudes
para ser declarada persona represaliada por el tardofranquismo. Al frente
estará August Gil
Matamala, represaliado y prestigioso abogado laboralista barcelonés,
según han confirmado a Público fuentes del Ayuntamiento.
El protocolo de Estambul,
aprobado por la ONU para investigar y documentar los casos de tortura y otras
formas de malos tratos, servirá de referencia a la junta, que perseguirá
tres objetivos: reconocer y rendir homenaje a las personas que sufrieron vulneraciones
de los derechos a la vida o la integridad, promover el conocimiento sobre el
pasado para fomentar una ciudadanía democrática y mostrar gratitud a las
entidades de memoria histórica.
El informe resultante incluirá un análisis de los
requisitos establecidos, un resumen de los hechos acreditados y la propuesta de
resolución del expediente, que puede desembocar en una declaración de persona
represaliada por el tardofranquismo, en una denegación de la solicitud o una
inadmisión a trámite de la solicitud por falta de fundamento. La respuesta por
parte de la Administración no se demorará más de seis meses desde la
entrada de la solicitud al registro municipal.
Pasos
para obtener el reconocimiento
Las personas empadronadas en Barcelona que sufrieron
una vulneración de derechos entre los años 1960 y 1978 podrán iniciar los
trámites para ser reconocidas como personas represaliadas, tanto si se
vulneraron sus derechos como si perdieron a algún familiar próximo (pareja,
progenitores, hijos, nietos o hermanos) a causa de los hechos.
La solicitud se presentará en la Oficina por
la No Discriminación (OND), junto con la documentación requerida:
pruebas admisibles en derecho, resoluciones judiciales o administrativas;
informes o certificados médicos que ayuden a evaluar las consecuencias o las
secuelas de los hechos en cuestión, y, en caso de muerte de la persona
represaliada, el certificado de defunción y la acreditación del parentesco.
Cabe especificar que el reconocimiento tendrá
carácter simbólico, no irá acompañado de reparación económica o penal.
Motor
de cambio
El Consistorio quiere ser motor de cambio y por eso
el proyecto ha sido diseñado por el equipo jurídico del Ayuntamiento con
vocación de abrir camino a la implantación en otras comunidades o
municipios dispuestos a seguir escribiendo el relato de la verdad.
"Nuestra intención es que este reglamento, que ya ha empezado su tramitación
en Barcelona, sea replicado. Por ese motivo impulsamos, junto con la sociedad
civil y otros municipios, que preside actualmente la Red de
Ciudades contra la Impunidad Franquista", explica el teniente
de alcaldía de Derechos de la Ciudadanía.
No obstante, todavía habrá que esperar para su puesta
en marcha. “Hemos solicitado una reunión con la Ministra Delgado para
trasladarle esta iniciativa y otras que llevábamos a cabo en el ámbito
penal", aclara Asens.
La propuesta de reglamento tiene que pasar por las
comisiones de gobierno, de presidencia y finalmente en el plenario, y cuenta
con cinco capítulos, 30 artículos, tres disposiciones finales y dos
adicionales.
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