La
reprobación a Felipe VI y la petición de abolir la monarquía demuestra que Ada Colau no
es una persona de la que nos podamos fiar. Es la demostración de la connivencia
entre la alcaldesa y los grupos independentistas.
Que una republicana defienda la República es bastante
previsible. De quien cuesta fiarse es de un republicano francés que de repente
se vuelve monárquico. Liberté, egalité, fraternité... se quedaron en los
Pirineos?
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