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jueves, 29 de diciembre de 2016

El valenciano sigue siendo catalán. (Hemeroteca)

El valenciano sigue siendo catalán.

    La ignorancia es muy atrevida pero políticamente puede llegar a ser muy rentable. El PP lo sabe y alimenta a sus votantes valencianeros, con esa gran animadversión hacia Cataluña donde desde hace muchos años no se comen un rosco.
   La Generalitat Valenciana dictó una Orden de la Conselleria de Educación y Cultura del 19 de julio de 2006 que no reconocía la titulación de Filología Catalana para acreditar el conocimiento de valenciano en las oposiciones a los cuerpos de profesores de ESO. Ante el recurso interpuesto por las Universidades de Valencia y Alicante, las dos últimas sentencias del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, reconocen el título de Filología Catalana y el término "catalán" para denominar a la lengua propia del País Valenciano. Las sentencias, además, "avalan" la doble denominación de valenciano y catalán para el nombre de la lengua del País Valenciano, "oficialmente 'valenciana' en su Estatuto de Autonomía, y en el ámbito académico 'catalana'".
“Se trata de la 15ª resolución consecutiva del TSJCV y la 17ª, si se tienen en cuenta los dos pronunciamientos al respecto del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo. El Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament (STEPV) ha mostrado su satisfacción por los dos nuevos pronunciamientos del TSJCV que, a su juicio, "reiteran los anteriores y refuerzan los del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional, que siempre han recogido la unidad de la lengua". El STEPV ha señalado en un comunicado que constituyen una desautorización "en toda regla a la política secesionista del consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, al tiempo que lo sitúa fuera de la ley".
     El otro día releyendo a mi gran amigo Paco Candel, encontré un párrafo que no me resisto a copiar. Mi querido y llorado amigo nació en Casas Altas (Rincón de Ademúz, Valencia) y llevado a Barcelona por su familia cuando solamente tenía un año. Edicions 62, en marzo del año 2006 publicó su libro “Primera historia, primera memoria” (que me regaló otro común amigo David Cebrián,  en mayo de ese mismo año) y que un periódico resumía de este modo: Memorias de infancia del prolífico escritor, que recrea sus vivencias en una España sacudida por la Guerra Civil y por la dureza del franquismo”.

   Me limitaré a copiar el párrafo que ya dije y que aparece en la página 234:
  “En la vint-i-cinquena edició de Donde la ciudad cambia su nombre (novembre 2003) que ha publicat el diari El Mundo de València com a complement dominical, sota el segell “Las mejores obras de la literatura de la Comunidad Valenciana”, en la contraportada del llibre, i entre els afalacs i mèrits, assenyalen que escric en castellà y en català. Encara que aixó segon no ès exactament cert, no aniré a desmentir-ho, perquè m´ha agradat i els agraeixo aquesta puntualització de “en català” i no “en valencià”, si per valencià s´hagués entès aquesta nova gramàtica de ún nou idioma que, a còpia de no voler ser català, resulta que tampoc no és valencià; igual que també m´ha gradat i també ho agraeixo summmament que hagin catalogat la meva novel-la Donde la ciudad cambia su nombre entre les millors obres de la litertura valenciana, de bracet d`escriptors aixó sí millors, com Joanot Martorell, Blasco Ibáñez, Gabriel Miró, Max Aub, Miguel Hernandez, Joan Fuster,Azorín, Vicent Andrés Estellés, Teodoro Llorente, Ausiàs March, Joan Timoneda, Manuel Vicent, d`altres…

    Ahora que se ha vuelto a lanzar la campaña “Manifiesto por la Lengua Común”, cuyo principal valedor es el periódico El Mundo apoyado por los de siempre, alegando que la lengua Española o Castellana está en peligro pese a su blindaje férreo en la Constitución, la gente se pregunta en que situación se encuentra nuestro valenciano (según nuestro Estatuto de Autonomía y “catalán” en el ámbito académico) donde hasta las propias autoridades políticas no dejan de prostituir nuestro idioma.  Cualquiera podría imaginarse a uno de sus hijos regresando del colegio con una redacción en castellano donde el profesor(a) hubiese corregido “Bibir” (vivir), vever (beber), apollo (apoyo), etc…etc… nos hubiésemos rasgado las vestiduras. Sin embargo con ese valenciano que hay que diferenciar (como sea) del catalán, vale todo. Y no pasa nada. Los políticos del PP del País Valenciano deberían preguntar a sus colegas de Catalunya y Baleares, por su opinión al respecto. A raíz de la última sentencia el responsable de Cultura (¿Cultura?) el conseller Alejandro Font de Mora anuncia que recurrirá a los más altos tribunales. Lo hará en ingles, que tanto le gusta, al obligar a los profesores a que Educación para la Ciudadanía la impartan en este idioma. Se ha equivocado debería exigirles que lo hiciesen en latín, lo que sin duda hubiese satisfecho al Honorable. No hay suficientes profesores de inglés y los que contraten serán itinerantes para poder cubrir todas las necesidades. Además supondrá un sobrecosto de  cuatro millones de euros más. Por cierto señor Font de Mora, ¿que idioma hablan los habitantes de las Islas Baleares? ¿El mallorquín, el menorquín…?

    A mi amigo Paco Candel le concedieron la Medalla de Oro de la Generalitat de Catalunya, entre otros reconocimientos, celebraron las pompas fúnebres en la Plaza Sanr Jaume de Barcelona y se constituyó la Fundación Francesc Candel. Aquí, en su tierra, nadie le conoce, aunque en Torrent, ya lo dije en otra ocasión, el consistorio anterior rotuló una calle con el nombre de su primo, el famoso pintor Joan Genovés.

Luis Viadel



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