05/11/2018
Qué hacer ante casos de abusos sexuales a menores: detección, atención y
denuncia
El 85% de los
casos no se denuncian y el 70% de los que se ponen en conocimiento de la
justicia no llegan a juicio oral.
Redacción El HuffPost Europa Press
Entre un 10% y
un 20% de la población ha sufrido abusos sexuales siendo niño y la mitad de las
denuncias por este delito en España tienen un menor como víctima. Además, el
85% de los casos no se denuncian y la gran mayoría de los que se ponen en
conocimiento de la justicia, el 70%, no llegan a juicio oral.
Según
los expertos, organizaciones de infancia, Policía Nacional, Guardia Civil o la
propia Fiscalía, el abuso sexual a menores es uno de los malos tratos más
invisibles en la infancia, pero más frecuentes.
El
secretismo impuesto por el propio agresor, el sentimiento de culpa, la
vergüenza de las víctimas o la lealtad hacia el agresor, que en la mayoría de los
casos es alguien de su entorno, impide que las víctimas pidan ayuda para
terminar con esta situación.
Existen
numerosas guías de organizaciones de Infancia -Federación de Asociaciones para
la Prevención del Maltrato Infantil en España (Fapmi), UNICEF, Save The
Children o Fundación ANAR, entre otras- y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
del Estado, dirigidas a menores, padres, educadores y profesionales sobre cómo
identificar y detectar los abusos sexuales, cómo actuar ante estos casos, a
quién recurrir para pedir ayuda y dónde denunciar.
Si eres menor y sufres abusos...
Entre
estas pautas, destaca La Regla de Kiko, difundida por el Gobierno, Fapmi y
el Consejo de Europa hace unos años, y en la que se enseña a los niños a que no
permitan que otros menores o adultos toquen partes de su cuerpo que suelen ir
cubiertas por su ropa interior. También ayuda a explicar a los niños que su
cuerpo les pertenece, que existen secretos buenos y malos y formas de tocar
buenas y malas.
Además
de los tocamientos en los órganos genitales en contra la de la voluntad del
menor, algunas veces no hay contacto físico y el abuso se produce cuando el
agresor pide al menor que se desnude o le observe desnudo o manteniendo
relaciones sexuales, le obligue a ver películas o asistir a conversaciones de
contenido sexual.
En
todas las guías o pautas destinadas a los menores se advierte de que los
delincuentes sexuales suelen pedir a sus víctimas que mantengan el secreto
sobre estos actos cometidos contra ellas para mantenerlos en el tiempo.
"No le creas. Lo hace para poder seguir manteniendo esta situación",
señalan.
Cuando
se da alguna de las situaciones mencionadas, las organizaciones dedicadas a la
protección de la infancia aconsejan a los niños que las pongan en conocimiento
de un adulto con el que tengan confianza.
Eso
sí, el confidente debe estar fuera del entorno del agresor: "Un profesor
de confianza o el pediatra, si el abusador es un familiar, o al padre o madre,
si se produce en el entorno escolar o en las actividades extraescolares",
apunta Save The Children.
También
aconsejan acudir al Grupo de Participación Ciudadana de la Policía Nacional,
que es más accesible, o llamando directamente al 091 (Policía) o al 062
(Guardia Civil). El Teléfono ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo
(116111 ó 900 20 20 10) es otro de las herramientas más utilizadas, atendida
por especialistas las 24 horas del día, que orientan a las víctimas y, si el
caso es grave, avisan directamente a la Policía y Guardia Civil.
Cómo detectar un caso
"No
existen signos indiscutibles que indiquen la presencia de abuso sexual en
menores, y en todo caso deben ser valorados por un especialista. Por tanto, la
presencia de uno o varios de ellos no indica necesariamente el abuso",
apunta la Guardia Civil.
No
obstante, destaca una serie de síntomas, conductas o comportamientos a tener en
cuenta a la hora de apreciar un posible abuso, como cambios externos de
comportamiento -pérdida de apetito, llanto frecuente, pesadillas o miedo a la
oscuridad-; retrocesos en el comportamiento -chuparse el dedo u orinarse en la
cama-, o la expresión de algunos aspectos del abuso en dibujos o juegos.
El
rechazo a la escuela, el miedo a algún adulto, la ropa interior rota o
anormalmente sucia, sangre o inflamación en los órganos genitales también son
otros aspectos que la Guardia Civil y expertos ponen como ejemplo para alertar
sobre posibles abusos a niños. También apuntan que las reacciones en las
víctimas dependerán de la edad y otros factores personales.
Qué hacer si te lo cuenta
Los
expertos recomiendan a los confidentes de las víctimas que les presten mucha
atención para que se sientan creídas, no muestren alarmismo para no
preocuparlas y no les atosiguen y pregunten más detalles de los que en ese
momento les relaten.
También
les aconsejan transmitan protección a estos menores y valoren su valentía por
contar lo ocurrido, les tranquilicen y desculpabilicen; pregunten a un
profesional cómo actuar ante ese caso, y soliciten una exploración médica a la
víctima con parte de lesiones.
Todos
los adultos tienen la obligación legal de poner en conocimiento de las
autoridades -Policía, Guardia Civil o Fiscalía- si se tiene constancia de un
daño a un menor.
"Es
muy importante denunciarlo desde el primer momento para poder dar protección a
las víctimas", señala la Guardia Civil, que sostiene que este tipo de denuncias
tienen un tratamiento preferente y se admiten siempre, independientemente del
lugar en el que se han producido.
ANAR
insiste, además, en la necesidad de que las víctimas de abusos sexuales sean
atendidas también por psicólogos para que les ayuden a analizar la situación
vivida y, sobre todo, les den las herramientas necesarias para que los abusos
sufridos no les dejen secuelas en el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario