'EduKación SeSual'
Ya he tenido en la consulta unas
cuantas “niñas” de 13 años embarazadas que venían para interrumpir lo que aún
no tocaba.
26/09/2019
ElHuffPost
Aquí, mi pequeña
aportación para una gran causa. Este artículo nace desde la centrifugadora que
tengo detrás de mis ojos “presbíticos” de doctora, sin honoris causa,
pero con muchas horas de vuelo.
Vivimos en un desierto con escasos oasis de donde beber y mi misión es
convertirme en palmera para que puedas ayudarme a tirar cocos a los que se lo
merezcan. Cuando la información no llega donde debe, puede ser debido a la
dictadura de unos sesudos tristes que imponen sus doctrinas grises en un mundo
que tenía color, o bien, porque en los medios de desinformación lo que prima es
el culto a lo chabacano.
No recuerdo cuándo dejaron de salir los dos rombos que te enviaban a la
cama. Añoro esos horarios de programación infantil donde quedaba claro que,
tras las noticias de la noche las mentes infantiles no eran bien recibidas en
el salón y, como solo había una tele en casa con dos canales, no había nada más
que decir. Llegué con el baby boom de los 60-70 y por aquel entonces
no existía Internet. Esto puede plantear múltiples interrogantes a quienes no
se plantean sus vidas sin ella. ¿Cómo pudimos sobrevivir?
Nos informábamos de lo que pasaba en el mundo con la tele y la radio, o
con revistas, libros y periódicos (que todavía existen), y luego había unos
grupos de expertos en comunicación que se llamaban “Pandilla” (en extinción) y
con unas pipas y un banco tenías la tarde echada con horas de conversación
entre personas y no entre persona-su móvil.
Los valores en
aquella prehistoria podían evidenciarse en el entrañable Barrio Sésamo donde
todas las generaciones estaban representadas y cada una de ellas aportaba su
sabiduría o inocencia; también los teníamos presentes en los dibujos animados
que podían lanzarte a conseguir retos imposibles como Willy Fog, a fomentar el
amor por los animales como David el Gnomo o, a armarte de valor para luchar
contra robots monstruosos como Mazinger Z. Todo aquello estaba muy bien, pero
olvidaban el tema de “lo sexual”, que quedaba guardado para más adelante.
Ahora, vemos dibujos de mayores en horario infantil, como Los Simpsons,
que pueden tocar el tema de forma tan “sutil” que provocan muchas preguntas en
los pequeños pensadores de la casa que raramente verán contestadas.
“No
tenemos derecho a quejarnos si no hacemos nada por cambiar la realidad de esos
niños que luego serán jóvenes”
Sin límites, sin horarios, y lo peor de todo, sin información, así van
llegando nuestros pequeños a una adolescencia cada vez más precoz, con unos
padres avergonzados aún por temas tabú y que delegan en sus amigos o sus tablets
para que les vayan curtiendo en la vida, aunque sea en el restaurante mientras
ellos comen tranquilos sin imaginar los mundos por los que pasean sus hijos.
No tenemos derecho a quejarnos si no hacemos nada por cambiar la
realidad de esos niños que luego serán jóvenes. Ya he tenido en la consulta
unas cuantas “niñas” de 13 años embarazadas que venían para interrumpir lo que
aún no tocaba, y otras cuantas que pensaban que tenían un problema porque con
la penetración habían sentido dolor sin saber (ni ella ni él) lo que son los
preliminares.
Qué triste ver todo lo que se pierden muchos por empezar por el final y
no saber de qué va la peli. Eso pasa cuando sexualidad se confunde con
genitalidad; cuando las únicas nociones recibidas llegan del porno y la morbo-TV;
cuando siguen emitiéndose “cosas” a las que no puedo ni denominar programas;
cuando los modelos a evitar son los que no dejan de entrarnos por los ojos. La
comunica-basura debería, igual que la basuraleza, dejar de existir para
permitir unos campos de visión más limpios y respirables.
Si hablamos de los
responsables de la educación, enseguida nos vienen a la cabeza maestras/os y
progenitores, pero cuando hablamos de educación sexual, parece que las
encargadas tengamos que ser las profesionales de la salud, ya que aprovechando
que sabemos cómo funcionan el cuerpo y sus hormonas, ya les hablaremos de la
sexualidad mientras les contamos qué es eso de la regla (me he referido en
femenino a este grupo porque somos muchas más matronas, enfermeras, psicólogas,
sexólogas y médicas que los correspondientes XY).
“No sabrán mantener una relación sana con la pareja y
confundirán, con demasiada frecuencia, la sexualidad con el porno”
Increíble pero cierto, todavía hay institutos y colegios donde se
sustituye la Educación Sexual por la Sesual, cuyos alumnos podrán
acabar siendo jóvenes muy sesudos, pero que no aceptarán lo diferente por
miedo, que no sabrán mantener una relación sana con la pareja porque nadie les
habrá explicado que el control sobre el otro no es amor y confundirán, con
demasiada frecuencia, la sexualidad con el porno, que es lo único que han visto
en la ventana de sus móviles de última generación y que les entra cada día a
sus cerebros inmaduros por sus auriculares sin haber procesado la letra que están
tarareando.
Tenemos mucho
trabajo por delante, así que, “tonterías, las justas”, hagamos un equipo entre
familiares, profesores/as, profesionales de la salud y medios de comunicación y
empecemos a hablar con claridad de esos temas que siguen sonrojando a algunas
personas, porque como decía mi yaya “la vergüenza, para robar”. Y a quienes se
dedican al bello mundo de la música, aprovechen el poder de esta y antes de
lanzar sus próximos éxitos, pongan en boca de sus hijas (aunque sean
imaginarias) la letra de sus canciones para ver si merece la pena cantarlas, si
no es así, le harían un gran favor a la humanidad si las desecharan.
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