Actriz.
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08/09/2019
Nuestro coño no es un coche
Algunos
salva-slips y compresas, al estar perfumados, ponen en riesgo el ph de la
vulva.
Disculpen
si el título les parece soez, pero es lo que pienso cada vez que tengo que
comprar salva-slips o compresas en un supermercado. He hecho un cálculo
aproximado y diría que más de la mitad de los productos destinados al cuidado
íntimo están perfumados (y no estoy incluyendo en el cómputo los de limpieza,
que dejarían el bando de los libres de fragancias mucho peor parados). Los
datos mencionados me llevan a suponer que estos productos se venden mucho y,
por lo tanto, a hacerme la consiguiente pregunta: ¿por qué? Tiene intríngulis
el asunto, ¿no les parece? Porque con la información recabada podemos afirmar
que muchas chicas y/o mujeres prefieren una vulva “perfumada”. Sin importarles,
o sin saber, que están poniendo en riesgo el ph de su zona más delicada. Una
zona que, cuando está en equilibrio y con las medidas de higiene apropiadas,
lucha de forma eficiente contra bacterias y demás patógenos gracias a una
acidez idónea. (En el caso de que la intención de las usuarias fuera tapar
algún olor desagradable, la recomendación profesional sería visitar al
ginecólogo. Perfumar la zona no solo no mejoraría las cosas sino que podría
empeorarlas).
Lo
dicho: no lo entiendo. ¿Qué puede aportar ese olor insoportable a insecticida?
Porque, ya me perdonarán los fabricantes de aniquiladores del equilibrio de
nuestra vulva, el olor de esos productos es insufrible. Es más, acaban
contaminando a los que se encuentran en la misma estantería, esa minoría
coño-friendly. Quería evitarles la imagen, pero para que de verdad entiendan el
drama de lo que les acabo de contar, debo confesarles que para elegir algunos
de estos productos he tenido que olisquearlos. Sí, en ocasiones me veo obligada
a oler envases de salva-slips y compresas para identificar si están o no
intoxicados.
En ocasiones me veo
obligada a oler envases de salva-slips y compresas para identificar si están o
no intoxicados.
Algunas marcas tienen el
detalle de indicarlo con letras legibles. Gracias. Me ahorran una serie de
movimientos extraños (aunque he conseguido mejorar la técnica) para procurar
que las miradas ajenas no piensen que tengo alguna parafilia no identificada. Les
he mostrado mi actitud más radical ante agentes irritantes y mata ph vaginal.
Pero, aunque no lo
parezca, comprendo que cada vulva es un mundo, que hay pieles más delicadas que
otras y olfatos con mayor o menor sensibilidad. Reconozco que mi olfato es puntilloso
y que lo expuesto puede estar magnificado. Así que espero que no me toméis por
una enemiga las que elegís la opción perfumada; pero, por el bienestar de
vuestras vulvas, ya sabéis qué alternativa os recomendaría. Porque nuestro coño
no es un coche, es un templo. Y ya que estamos y por si alguien no se ha leído
la letra pequeña de los tampones:
“ATENCIÓN: EL USO DE TAMPONES ESTÁ ASOCIADO A UNA ENFERMEDAD POCO FRECUENTE
PERO GRAVE DENOMINADA SÍNDROME DEL SHOCK TÓXICO (SST). LEA Y GUARDE EL FOLLETO
ADJUNTO”.
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