Lo que le
ocurre a tu cuerpo cuando dejas de tener sexo
Puede haber consecuencias irreversibles
09.09.2019
La Nueva España
Si estás atravesando un
periodo de tu vida en el que tienes pocas relaciones sexuales, ten
cuidado. Puede que se te reconstruya el himen tras meses o años sin hacer el
amor, o que seas más propenso a desarrollar parafilias tras una larga sequía.
O, espera: aunque abundan los mitos sobre la
abstinencia, nada de esto es cierto.
Existen consecuencias
físicas de llevar un
tiempo en el celibato, pero muchas de ellas están enfocadas
negativamente. Es decir, con la falta de
sexo dejamos de obtener los beneficios que aporta a nuestro
organismo una vida sexual plena.
Los hombres son más propensos a tener disfunción
eréctil
La abstinencia parece aumentar la probabilidad de disfunción eréctil en
los hombres. Los estudios tienden a centrarse en los hombres mayores,
pero todos están unidos en la conclusión de que la actividad sexual regular
tiene un efecto positivo en las erecciones de
un hombre.
También existe la
posibilidad de que las eyaculaciones regulares ayuden a un
hombre a evitar el cáncer de próstata, aunque pueda lograrlas por su
cuenta. Un estudio llevado a cabo por la Boston University School of Public
Health y Harvard University concluyó que eyacular de una manera frecuente, al
menos 21 veces al mes, puede ayudar a reducir los riesgos de sufrir cáncer de
próstata.
El
sistema inmunológico se vuelve más vulnerable
La actividad
sexual contribuye de forma favorable a la función
inmunológica del cuerpo, según un estudio publicado en la Universidad
Bloomington de Indiana. Consecuentemente, al
dejar de practicar sexo durante una temporada, nuestro organismo no se
está beneficiando de esta ayuda extra y es probable que se puedan coger
enfermedades e infecciones, que de otra manera se habrían bloqueado.
Disminuye
la libido
Aunque no hay una
postura única sobre este postulado, algunos expertos coinciden que una
vida sexual activa aumenta la libido, y que, por el contrario, una
etapa de sequía disminuye el deseo sexual. La receta es sencilla, entonces: el
sexo aumenta la libido entre la pareja.
Problemas
de corazón
Una vida sexual plena está vinculada a
la salud cardiovascular, porque al fin y al cabo estamos haciendo ejercicio
aeróbico que reduce la presión arterial.
Llevar una vida sana, con una dieta equilibrada, ejercicio regular, buenos
hábitos del sueño y tener una actitud optimista son elementos
imprescindibles para el buen funcionamiento del corazón.
Se
incrementa el estrés
Algunos estudios han
relacionado que las personas que no han tenido sexo de
forma regular tienen mayores picos de presión arterial en respuesta al
estrés que las personas que recientemente han tenido relaciones sexuales.
El sexo reduce la ansiedad y los nervios; estar piel
con piel con nuestra pareja nos conecta a ella de una manera especial, nos hace
sentir bien y nuestro cerebro segrega una substancia química que nos acelera el
centro del placer y nos pone de buen humor. En otras palabras, nos hace sentir
felices.
No
somos tan inteligentes como podríamos
Científicos
de la Universidad de Maryland han demostrado que la actividad sexual aumenta el
crecimiento de las neuronas en el hipocampo del cerebro. Los investigadores
encontraron que la actividad sexual en ratones y ratas mejora el rendimiento
mental y aumenta la neurogénesis (la producción de nuevas neuronas) en el
hipocampo, donde se forman los recuerdos a largo plazo.
Por lo tanto, la
ciencia ha demostrado que la creencia popular de que la
abstinencia nos hace más inteligente es falsa.
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